Un PSPV para consolidar el cambio
La esencia de la política ha pervivido al paso de los siglos. Conceptos como el de bien público o común o la defensa de los intereses de la comunidad definían ya su razón de ser en la filosofía política griega. Hoy, miles de años después, sólo cabe reivindicar su vigencia. La virtualidad de la acción política sigue siendo ser útil a la ciudadanía. Los partidos, como instrumentos de ello, no tienen sentido fuera de ese marco. Este 'arte de lo posible' (como tantas veces se ha descrito) no es otra cosa que articular soluciones reales a problemas concretos desde una visión determinada de la sociedad. Ideas distintas que conforman sociedades igualmente distintas. Maneras de redistribuir los recursos públicos que radiografían las prioridades de los gobiernos.
La lucha por una sociedad más justa, más solidaria, con plena igualdad y, en suma, la lucha por una sociedad mejor, es el único bando en el que ha militado el PSOE en sus cerca de 140 años de historia. El reciente 39 Congreso avala unas políticas de izquierda que en la Comunitat Valenciana son una realidad desde hace dos años. El futuro se escribe pues aquí en presente. Lo que durante veinte años han sido propuestas electorales hoy son medidas que benefician a las mayorías sociales. Un cambio de rumbo que ha procurado que donde antes había una interminable lista de casos de corrupción y recortes hoy haya transparencia, control del dinero público y se esté a la vanguardia en los derechos.
La consolidación de este proyecto exige un partido vivo, fuerte y útil. Un partido capaz de cambiar la sociedad desde las instituciones como hoy se hace desde el gobierno valenciano. El proceso de primarias abierto de cara al próximo Congreso del PSPV es una inmejorable oportunidad para renovar las ilusiones, coger fuerzas y arrimar el hombro. Para refrescar las ideas y también los equipos. Nadie sobra cuando el reto es construir una sociedad más justa y mejor. Es necesaria la unidad y el protagonismo de la militancia en un partido que apueste por el federalismo, que sea integrador y feminista, que se construya desde abajo y que, principalmente, siga dando respuestas a los ciudadanos y ciudadanas que han confiado en este ola de cambio.
Han confiado en un proyecto de gobierno que ha puesto en marcha políticas de izquierda que, en mi opinión, es necesario y coherente refrendar. No entiendo la política desde las trincheras. Pierde su sentido y su eficacia. Menos aun cuando los mismos valores y principios unen a todas y a todos los militantes. Entiendo la política como proyectos distintos ante realidades distintas. Por tanto, me siento totalmente identificada con el proyecto de Pedro Sánchez para España y quiero que Ximo Puig siga como secretario general del PSPV para reforzar el actual proyecto de progreso de la Comunitat Valenciana.
La lealtad no es obedecer por encima de las propias convicciones. Eso se llama sumisión y creo que este partido necesita convicciones y lealtades, no sumisiones. Sólo desde la unidad, la fuerza, la lealtad y el trabajo conjunto será posible consolidar el proceso de cambio que demandaron en las urnas los valencianos y las valencianas tras más de veinte años de gobiernos de la derecha. Como decía Eduardo Galeano, "al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos". En ello estamos.