"¡Un enfermo no puede dormir en una silla!": el grito desesperado de una paciente con coronavirus del hospital de Leganés
Las Urgencias están saturadas y han empezado a derivar pacientes. "Los verdaderos HÉROES están siendo los ENFERMOS, hacinados y en condiciones infrahumanas", escribe una enfermera.
“Denuncio que la situación no es digna”. Este es el grito desesperado de Montse Gil, una enferma por coronavirus ingresada en el Hospital Severo Ochoa de Leganés, en Madrid.
En un mensaje compartido en su página de Facebook la madrugada del jueves al viernes se queja de la saturación que vive estos días el centro hospitalario. Como ella, muchos pacientes están en sillas de plástico: “No hay camas, no hay sillones. Sólo sillas”.
Plantea un panorama desesperante con:
- Personal que no de abasto.
- Atención que no llega porque no pueden más.
- Y personas mayores vomitando en una palangana de papel en una silla.
“No hay solución, no hay traslados a otros hospitales, no hay camas. Reubican a la gente por edad”, escribió la paciente con tono desesperado justo un día antes de que el centro comenzase a derivar pacientes a hospitales privados dada la saturación de Urgencias. El mismo jueves por tarde se vieron obligados a no admitir ninguna ambulancia más con nuevos pacientes: las últimas 24 horas habían recibido 189 ingresos.
“Un enfermo no puede dormir en una silla, así no hay forman de recuperarse. Esta situación es insostenible, ¡una solución ya!”, pide en su mensaje, que ha sido compartido por 150 personas.
“Somos más de 200 personas en Urgencias”, cuenta ella misma en un comentario al mensaje original. “La gente se está muriendo en estas circunstancias”, apunta.
No es ella la única que denuncia esta situación. También lo hace el personal sanitario. Elena Álvarez, una enfermera del hospital madrileño, compartió este viernes en su Facebook una carta llena de pena y desesperación.
“Debería estar durmiendo después de otro turno de noche infernal en el servicio de Urgencias Generales del Hospital Severo Ochoa, pero las imágenes grabadas en mi mente, las cuales van a dejar cicatrices de por vida, me lo impiden”, empieza su texto que ha sido compartido por 11.000 personas.
Las palabras de Álvarez confirman lo que escribió Montse Gil la noche anterior. “Pacientes, mayores y no tan mayores, que llevan más de 48 horas en una miserable silla de plástico o sentados sobre una manta en el suelo o con inmensa suerte en un incómodo sillón”, dice en su publicación, en la que además llama la atención sobre otro detalle: “Sin posibilidad de asearse y sin la más mínima intimidad”.
La enfermera describe una serie de imágenes que dice no se le borrarán de la memoria. Siete escenas que le han llevado a una reflexión: “Los verdaderos HÉROES están siendo los ENFERMOS, que están teniendo que sufrir hacinados y en condiciones infrahumanas la llegada de este maldito virus”.
La carta ha tenido tal repercusión, que la enfermera ha hecho una segunda publicación para agradecer la acogida: “Mis palabras no pretenden ser una crítica, sino UNA SÚPLICA para poder trabajar en mejores condiciones y ofrecer una atención digna a los que lo necesitan”.