Un dudoso Brexit que amenaza al crecimiento económico
El Gobierno británico se enfrenta a su mayor encrucijada desde que el país tomó la decisión de abandonar la Unión Europea. Los acuerdos establecidos para un Brexit ordenado y estructurado no llegan para May, la cual se enfrenta a una moción de censura tras una histórica derrota en la Cámara de los comunes.
Como hemos podido observar en el comportamiento de la economía, el Brexit no solo genera riesgos e incertidumbres a la economía británica -la cual está sufriendo los efectos del proceso-, sino que las previsiones para Europa también se están viendo mermadas ante la incertidumbre de un Brexit negociado y controlado.
Como ya ha indicado el Banco de Inglaterra, la salida de Reino Unido, sin un acuerdo previo, podría reducir el PIB del país en hasta un 8%, siendo este el peor escenario de los posibles. No obstante, si podemos observar cómo la economía británica, así como su moneda, han perdido mucha fuerza, ante un Brexit que está abocado al aplazamiento.
Para Europa, no hay negociaciones posibles en temas de Brexit. Los acuerdos alcanzados en el pasado noviembre son los que, hasta ahora, se respaldan desde Bruselas y, para estos, no hay cabida para otro tipo de acuerdos o posibles negociaciones que modifiquen lo anteriormente acordado. Una situación que dificulta, aún más, el proceso de salida.
Como hemos indicado en otras ocasiones, el Brexit sigue siendo uno de los grandes riesgos a los que se está enfrentando la economía. Un riesgo que, junto a los elevados niveles de deuda o los auges proteccionistas, amenaza con una desaceleración económica, cada vez más temida, y que pone a la economía global en una difícil situación.
Sea como sea, la economía debe recuperar su comportamiento habitual si lo que se pretende lograr es la sostenibilidad de un crecimiento económico en el largo plazo. Estos riesgos de los que hablamos ya están haciendo mella en las economías, que, en algunos casos, ya muestran decrecimientos de un punto porcentual en las perspectivas de crecimiento para el nuevo año.
De darse un Brexit caótico, la retirada de estímulos y el incumplimiento de algún país en materia de déficit, sumado a los auges proteccionistas, la economía global podría verse en un complejo escenario del que costará, y mucho, salir airosos. Debemos recordar que las incertidumbres y los riesgos generan la inestabilidad que vive nuestra economía a día de hoy.
Seguimos echando leña al fuego de la desaceleración. Seguimos dándole una mayor importancia a la pura política sensacionalista y populista, dejando de lado la racionalidad económica. De seguir así, como he indicado en otras ocasiones, la recesión será un riesgo cada vez más presente.
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