Un día en 'Pantera', la nueva tienda reivindicativa del Sindicato de Manteros
"Ningún mantero quiere dedicarse a la venta ambulante", asegura Malick, miembro del Sindicato de Manteros.
En el 54 de la calle Mesón de Paredes del madrileño barrio de Lavapiés destaca desde hace días una fachada. Sobre la piedra lucen el color negro, un grafiti encima del que se lee “Sindicatos de Manteros de Madrid” y el logo de una pantera presidiendo en lo alto de la entrada principal. Es mucho más que otra tienda del centro. Se trata de la nueva aventura comercial del propio Sindicatos de Manteros, que ha abierto un negocio de venta de camisetas en la capital.
Su nombre lleva directamente al movimiento ‘Black Panthers’ nacido en EEUU por la lucha de los derechos de las personas de color. Pero también es una metáfora: la pantera es un animal que “se defiende y pelea”, algo que “se refleja y tiene mucho que ver con la vida de un mantero”, confiesa Malick, miembro del Sindicato de Manteros y persona que dirige la tienda.
Ubicada entre una tetería en obras y un garaje y en frente de la asociación ‘Juntos contra la intolerancia’, tanto la tienda y como sus dueños son conocidos en toda la calle y los vecinos no dudan en facilitar presas a su particular ‘Pantera’.
Antes de que levante el cierre por la mañana, ya tienen el primer cliente esperando en la calle impaciente por adentrarse en la cuna de la reivindicación y protestas antirracistas como promueven en sus productos. En sus camisetas pueden leerse mensajes como “El racismo institucional condena la manta”, “Madrid será la tumba del racismo”, “Sistema colonial” o “Legal clothing, illegal people”
El local por dentro cambia radicalmente de color, pasando de un negro azabache a un blanco resplandeciente, dos colores que también predominan en sus camisetas. Nada más entrar te recibe de nuevo la pantera y tres trabajadores para atender a sus clientes y mantener en funcionamiento el establecimiento.
Javier cierra la primera venta de la mañana, dos camisetas negras de pantera. El hombre afirma, en declaraciones a El HuffPost, que es un gran paso para ellos (los manteros), para que puedan trabajar en una condiciones dignas y también “de cara a la sociedad, para que se visibilicen sus circunstancias, su problemática y su esfuerzo”.
No solo cuentan con productos de su marca; también tienen camisetas de ‘Top Manta’ el colectivo de manteros de Barcelona. Y en el mostrador dos libros de ilustraciones y dibujos. Uno de ellos La historia de Awa, un libro-disco que narra las historias de su protagonista, quien debe enfrentarse a estereotipos racistas. El otro El arte de la interpretación interactiva, es una obra sobre arte.
Malick asegura que se trata de un proyecto que llevan preparando mucho tiempo, ya que querían dar la oportunidad a la gente de dejar la calle. “Ningún mantero quiere dedicarse a la venta ambulante y lo que falta siempre son las oportunidades. Por eso queríamos hacer algo, para que ellos tengan su propio proyecto”, manifiesta.
La calle es muy concurrida y muchos transeúntes curiosos se paran y miran a través de los cristales lo que aguarda la fachada negra en su interior, algunos siguen su camino, pero la mayoría no puede resistirse y entra a la tienda. Durante la mañana se suceden los clientes, muchos acuden a propósito al local movidos por lo visto en redes sociales y todos ellos lo hacen por la misma cuestión: ayudar a un colectivo a legalizar su situación. Además, todos los que acuden a ‘Pantera’, sin excepción, salen con una bolsa entre las manos.
Katya y Félix, lo tienen claro: antes que destinarlo en ropa de grandes superficies prefieren aportar su granito de arena a una iniciativa que consideran “bastante original” y una causa “justa” que puede ayudarles a abandonar la calle. Además, son conscientes de que la pandemia no ha hecho más que empeorar su situación. Por este motivo, abandonan la tienda con dos camisetas y una bolsa para apoyar al colectivo.
La clientela es sumamente variada; desde los jóvenes adolescentes hasta personas de avanzada edad, solos o acompañados tanto por familiares o pareja como por sus mascotas. Algunos incluso aprovechan su vacaciones en Madrid para visitar la tienda.
Este es el caso de Irina y Fabrizio. Ambos viven en Barcelona, donde este colectivo cuenta con otro establecimiento llamado ‘Top Manta’. Sin embargo, gracias a una noticia en un medio de comunicación, conocieron que el sindicato pensaba abrir ‘Pantera’ en Madrid. Así, aprovecharon sus días de descanso para visitar la capital y no dudaron en acercarse a conocer la tienda. Los dos turistas aseguran que están muy sensibilizados con el movimiento de los manteros en su ciudad de residencia, donde han participado en varias iniciativas. Además, consideran que comprar sus productos es una buena forma de apoyar la lucha que estas personas están llevando a cabo.
Pasa la mañana y van algo más de una veintena de personas. Pocas, a juicio del dueño, que apunta que por la tarde acude mucha más gente y que “estamos en pleno verano, esperamos tener más clientes después”.
Lo que está claro es que ventas no les faltan y un producto destaca sobre todos los demás. Así, la camiseta estrella es la negra con el logo de la pantera en medio. La bolsa de tela con el mismo estampado también es muy reclamada.
Lavapiés, un barrio emblemático para los manteros
Nada en la apertura de esta tienda ha sido por casualidad o azar. El logo y los lemas llevan un mensaje, una simbología, que refleja la lucha de este colectivo y su ubicación no iba a ser menos.
Los primeros senegaleses llegaron a España aproximadamente en 1984 y se instalaron en el barrio de Malasaña. Malick detalla que estas personas decidieron buscarse la vida comprando sombreros y demás productos y vendiéndolos en Lavapiés, donde todos ellos residían en un edificio con unas condiciones lamentables.
Desde entonces, muchos otros migrantes, siguiendo el ejemplo de estos pioneros, decidieron acudir a España en busca de un futuro. Así, surgió la comunidad senegalesa que reside en este barrio, a la que dieron continuidad personas de otros orígenes hasta convertir Lavapiés en el barrio multicultural que es hoy en día.