Un asesor del Gobierno dice que "quizás un confinamiento menos drástico no hubiese provocado esta estampida"
Ordovás opina que el optimismo sobre las vacunas está "basado más en razones políticas y económicas que en una base científica"
El catedrático en nutrición y asesor científico del Gobierno central durante la pandemia por el Covid-19 José María Ordovás ha opinado que “quizás un confinamiento menos drástico no hubiese provocado la estampida social posterior”. Ordovás dirige el grupo de virólogos, especialistas en inteligencia artificial, matemáticos, estadísticos, economistas y sociólogos, compuesto por 15 expertos, que asesora al Ministerio de Ciencia e Innovación durante la pandemia.
En los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en San Sebastián, donde ha tomado parte en un curso sobre nutrición, Ordovás ha calificado de “preocupante” la evolución de la situación generada por el coronavirus en España, pero ha añadido que “también era predecible”. “De nuevo, hemos fallado en anticipar y prevenir el problema, tal como ocurrió inicialmente”, ha opinado.
A su juicio, España debe preocuparse “menos” de su posición en el ranking mundial de contagios y concentrarse “en el problema que tenemos entre manos y ver como todos ponemos nuestro granito de arena para paliar en lo posible el daño personal y social”. “La situación es mala en muchos países”, ha señalado.
Además, ha considerado que en Europa parece que Italia “lo está haciendo mejor que nosotros; en Gran Bretaña la situación no es nada buena”, lo mismo que en “Francia o en Alemania”.
Para Ordovás, se actuó “bien con el confinamiento, aunque quizá no tuvo que haber sido tan drástico o rígido para limitar también la estampida que le siguió en algunos sectores y así se hubiera limitado este rebrote u oleaje tan adelantado que hemos tenido”. “Además, en el conocimiento científico acerca del virus vamos saliendo de la oscuridad total, pero seguimos en la penumbra”, ha reconocido.
El optimismo de las vacunas
Para el experto, las noticias sobre las vacunas “son optimistas, pero un optimismo basado mas en razones políticas y económicas que en una base científica”. “Todavía estamos a meses de saber si funcionan y cuales funcionan, y quizá a un año de distancia de su distribución a la población general”, ha destacado.
Además, ha advertido que se está pidiendo que el trabajo “a 5-10 años se consiga en 5-10 meses y las prisas nunca fueron buenas”. En cuanto al virus, ha explicado que “ataca mas a las personas mayores y que los niños menores de 10 años no parecen ser tan infecciosos y que cuando se infectan lo hacen sin consecuencias graves, en su inmensa mayoría, para ellos”.
Para el experto este es un dato “muy importante” a la hora de
planificar la reapertura en Europa “servirá para poco si no se controlan las cosas en casa”. Por ello, ha considerado que, a lo mejor, “habría que incidir mas en el control de aquellas personas que cruzan esas fronteras con test unos tres días antes de salir de su país y en los 3-5 días tras llegar al país de recepción”.
“Eso disminuiría los periodos de cuarentena significativamente, así como la posibilidad de contagios”, ha aseverado. También ha recordado que “una de las peores armas de este virus es precisamente el hecho de que sea asintomático en tantos individuos lo que le ha facilitado enormemente su dispersión”.
Por otro lado, ha subrayado la “importancia” de una nutrición “equilibrada” frente al Covid-19. Según ha señalado, “las consecuencias de la infección van a ser menores si se mantiene la inflamación y oxidación bajo control y eso se puede conseguir con una buena alimentación de base”.
“No estamos hablando prevenir la infección, pero si de poder responder con energía al contagio con un sistema inmunitario reforzado por esa buena nutrición”, ha puntualizado. También ha alertado del “peligro añadido que supone la diabetes, la obesidad o las enfermedades cardiovasculares, con un componente nutricional alto, ante la Covid-19”.