La Unión Europea aguanta el pulso del Gobierno de Vladimir Putin con el gas ruso y asegura que, pese a que el Kremlin debe “respetar” los acuerdos alcanzados, advierten de que Bruselas está preparada para todo.
Bruselas espera que Rusia “respete” los contratos para la venta de gas natural tras el anuncio de este viernes del corte indefinido del gasoducto Nord Stream 1, pero ha argumentado que la UE “está lista” para cualquier eventualidad.
“Esperamos que (el presidente ruso, Vladimir) Putin respete los contratos de Rusia, pero, incluso si no lo hace, la UE está lista”, ha afirmado Gentiloni desde la localidad de Cernobbio, en el norte de Italia, donde se celebra este fin de semana a el Foro Ambrosetti.
En cuanto a las perspectivas económicas, el comisario de Economía de la UE ha indicado que “es muy difícil hacer predicciones”. “2023 puede ser un año más difícil desde una perspectiva de crecimiento. Sin embargo, es igualmente posible que en 2023 comience a disminuir la inflación”, ha apuntado.
“No sabemos cómo evolucionará la crisis. Venimos de la covid y la UE ha logrado una hazaña de solidaridad. Luego ha venido la invasión de Ucrania”, ha recordado.
Gentiloni ha justificado que el principal riesgo es que “las profecías de inflación y recesión se hagan realidad” y que provoque “efectos negativos también para las empresas”. “Por eso no debemos perder la brújula del crecimiento, de Europa, de la transición”, ha planteado.
Además, ha defendido la propuesta de imponer un tope al precio del gas que ha planteado la Comisión Europea. “El muro de divisiones entre los distintos países empieza a mostrar brechas y por tanto la propuesta de la Comisión (...) por fin puede tener espacio para avanzar”, lo cual “sería realmente un gran avance”, ha argumentado.
Ucrania, volver al colegio en plena guerra
Anna Skiban, de 12 años, en el lugar donde estaba su asiento en su clase del liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, Chernihiv, atacado en marzo. "Estoy muy triste, no puedo creer que esto le haya pasado a mi escuela".
Oleksandr Morhunov, de 13 años, entre los escombros de su aula, atacada en marzo pasado, en Chernihiv. "Cuando estoy en mi clase, pienso en las ganas que tengo de que acabe la guerra".
Mykola Kravchenko, de 12 años, mira su destrozada aula de informática en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. “Cuando estoy en la escuela, pienso en la persona que murió entre los escombros. Lo siento profundament...
Khrystyna Ignatova, de 16 años, mira lo qque queda en pie de su aula, en la escuela Chernihiv. "Lo que pasó es una tragedia. Ya lloré por todo lo que perdí. Extraño a mi escuela, amigos y maestros. Pero habr&aa...
Anastasia Avramenko, de 13 años, en la posición exacta en la que estaba su pupitre en la escuela de Chernihiv. Dice que se quiere graduar en ese centro, porque es donde siente que pertenece.
Ivan Hubenko, de 11 años, camina con su mochila sobre los restos de su escuela bombardeada en Chernihiv. "Me siento ofendido cuando estoy en mi escuela. Un resentimiento porque los rusos la destruyeron".
Oleksii Lytvyn, de 13 años, ante el lugar que ocupaba la pizarra de su clase, en el Mykhailo-Kotsyubynske. “Nunca había visto algo así, no puede ser una realidad”, dice, como si fuera un sueño.
Karina Muzyka tiene 10 años y está retratada en su clase de Chernihiv. "Cuando bombardearon mi escuela, me aterroricé. Vivimos cerca. Nuestras ventanas se dañaron y mi madre pudo morir porque la puerta casi la presion...
Sofia Klyshnia, de 12 años, en el espacio que ocupaba su asiento escolar en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske. "Tengo miedo de pisar la clase destrozada que un día ocupé".
Karina Muzyka, caminando sobre las ruinas de su cole.
Un grupo de estudiantes, reunidos en una clase dañada por los bombardeos en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske, este 30 de agosto, primer día de clase.
Ventanas rotas por la explosión de 4 de marzo en el liceo Mykhailo-Kotsyubynske de Chernihiv.
Libros ucranianos y rusos, apilados en un colegio.
Estudiantes en una clase aún en pie en el Mykhailo-Kotsyubynske.
Un grupo de niños juega en el patio dañado de la Escuela Chernihiv. Comparten historias de cómo han sobrevivido hasta ahora a la guerra.
Un libro destrozado, con un retrato de Lenin.
Estado de una de las clases del liceo Mykhailo-Kotsyubynske
Estado de una de las clases del liceo Mykhailo-Kotsyubynske
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Sofia Zhyr, de 14 años, sentada en su pupitre en su escuela de Chernihiv, atacaba en marzo. Confiesa que tenía miedo de regresar.
Anna Skiban, de 12 años, en el lugar donde estaba su asiento en su clase del liceo de Mykhailo-Kotsyubynske, Chernihiv, atacado en marzo. "Estoy muy triste, no puedo creer que esto le haya pasado a mi escuela".
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