Trump mintió y acosó durante el debate, pero también vio cómo su teoría sobre un "Biden senil" se desmoronaba
La campaña del presidente lleva meses vendiendo la idea de que la salud mental del candidato demócrata no estaba en "plena forma".
¿Cómo se debate con un mentiroso compulsivo que interrumpe constantemente y no deja hablar a su oponente?
Del mismo modo que el candidato presidencial demócrata Joe Biden y todo Estados Unidos aprendieron este martes por la noche, no se puede. El presidente Donald Trump hizo una farsa del cara a cara pero, en el proceso, Trump echó por tierra un asunto importante que él y su campaña habían estado vendiendo durante meses: la idea de que Biden no está “mentalmente” a la altura del puesto al que aspira.
Biden no se durmió. No se salió de su lugar. Y aunque a veces tartamudeaba, una dificultad infantil que ha superado en gran medida, fue contundente y se enfrentó a Trump, llamándole mentiroso e incluso diciéndole que se callara.
″¿Quieres callarte, tío?”, espetó en un momento dado.
Mentira tras mentira
Trump, quien miente casi a diario sobre temas grandes y pequeños, comenzó con sus falsedades pronto. Y no paró.
Afirmó que sus políticas han traído cientos de miles de empleos a Estados Unidos desde el extranjero. Afirmó que ha creado la economía más fuerte de la historia. Afirmó que ha reconstruido totalmente el ejército. Y, en términos más generales, afirmó que hasta el momento ha logrado más en su mandato que cualquier administración anterior.
Todas y cada una de las afirmaciones pueden demostrarse como falsas.
Debido a la guerra comercial de Trump, la manufactura estaba en recesión incluso antes de que la pandemia de coronavirus golpeara y afectara la economía. Como señaló el moderador Chris Wallace, se crearon alrededor de 1,5 millones más de empleos en los últimos tres años de la administración del expresidente Barack Obama que en los primeros tres años de la era Trump. Si bien el ejército ha recibido presupuestos mayores después de que los republicanos del Congreso acordaran deshacer la Ley de Control Presupuestario en la que habían insistido con Obama, las nuevas entregas masivas de aviones y barcos que Trump afirma no han ocurrido.
Y el magnate no se ha acercado ni de lejos a ninguna de las presidencias anteriores en términos de legislación significativa o acciones ejecutivas.
Trump mintió sobre el plan de cambio climático de Biden, sobre sus propias propuestas sobre salud y sobre los negocios del hijo de Biden, Hunter, con empresas extranjeras.
El presidente afirmó falsamente que había pagado “millones” en impuestos sobre la renta en 2016 y 2017, datos directamente opuestos a los informes publicados recientemente por el New York Times que, basándose en los registros del IRS, descubrió que pagó solo 750 dólares esos dos años.
Dudas sobre su aceptación del resultado electoral
Y, para rematar, Trump mintió repetidamente sobre la seguridad del voto por correo, cuestionando una vez más la legitimidad de una elección que ya está en marcha. Incluso se negó a pedir a sus seguidores que no se involucren en disturbios civiles durante el recuento.
“Si veo que se manipulan decenas de miles de votos, no podré aceptarlo”, espetó a Wallace.
Biden en múltiples ocasiones llamó rotundamente a Trump un mentiroso e ignorante por varios hechos. El exvicepresidente también dijo a los votantes en su argumento final que tenían el futuro del país en sus manos. ”¿Va a cambiar, o serán cuatro años más de mentiras?” preguntó.
El debate en la Universidad Case Western Reserve en Cleveland ha sido el primero de los tres previstos para las elecciones del 3 de noviembre, y aunque los candidatos normalmente intentan crear expectativas en sus oponentes antes de estos encuentros (lo más fácil es reclamar la victoria después), Trump y su campaña hicieron exactamente lo contrario.
Tan solo en el último mes, Trump ha calificado a Biden de “estúpido” y “tonto”, pasando de su “horario de máxima audiencia”. El fin de semana pasado, se inventó de la nada que la capacidad de Biden para intervenir correctamente en los debates se debía a que consumía drogas que mejoran el rendimiento, y exigió que se le hiciera una prueba para detectarlas.
Mientras tanto, su campaña ha gastado decenas de millones en anuncios televisivos y digitales durante la primavera y el verano que retratan a Biden como senil. Muchos de los anuncios fueron editados engañosamente para hacer que Biden pareciera incoherente, manipulándole para hacerle parecer mayor o enfermo.
Sin embargo, esa estrategia puede haber dado sus frutos, ya que Biden demostró que podía hacer frente al acoso de Trump durante una hora y media y permanecer coherente, sin grandes tropiezos.
Trump y Biden se verán nuevamente en Miami el 15 de octubre, y luego una tercera vez en Nashville, el 22 de octubre. El vicepresidente Mike Pence y la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris debatirán una sola vez, el 7 de octubre en Salt Lake City.