Trump minimiza las preocupaciones por el calentamiento global y afirma que el planeta "comenzará a enfriarse"
Negacionismo en estado puro
Donald Trump, el presidente de EEUU, ha visitado varias de las zonas afectadas por los incendios forestales en California y, lejos de arrojar esperanza para los afectados, aliento para los que extinguen las llamas o claves para quien necesita entender qué está pasando en los peores fuegos en años, lo que ha echado es más gasolina. Por hacer del problema una causa de pelea política y por enfrentarse a los científicos que alertan del cambio climático como una de las motivaciones de estos incendios. La destrucción de casi dos millones de hectáreas por las llamas ha puesto la crisis ambiental en el centro de la campaña electoral.
Trump aterrizó en la base aérea de McClellan Park, en las inmediaciones de Sacramento (California), donde nada más bajar del avión dijo que ese estado necesita “una gestión forestal buena y fuerte”, algo que recordó que lleva pidiendo desde hace tres años, en clara alusión a las autoridades locales, mayoritariamente demócratas.
Al ser preguntado por los periodistas sobre si creía que el cambio climático era un factor en la declaración y rápida propagación de estos fuegos devastadores, respondió que “muchas cosas son posibles”, y cuando más tarde se le volvió a plantear esta cuestión, su contestación fue que “el frío llegará” pronto.
En un encuentro con científicos y funcionarios, dio la puntilla:
- “Comenzará a enfriarse, ya verás”, le dice al secretario de recursos naturales de California, Wade Crowfoot.
- “Espero que la ciencia esté de acuerdo con usted”, replica el funcionario.
- “No creo que la ciencia lo sepa, de hecho”, remata el republicano.
La reacción de Trump a los fuegos siempre ha sido a lo largo de su Presidencia la de abogar por una mejor gestión forestal que mantenga los sotobosques limpios de maleza y se talen árboles para crear cortafuegos -algo que a su juicio impiden los ecologistas-, evitando en todo momento establecer un vínculo fuerte entre estos episodios y la crisis climática.
”Cuando los árboles caen, tras un breve período de tiempo se secan mucho y se vuelven como una cerilla que puede explotar. Así como las hojas, que cuando tienes hojas secas en el suelo se convierten en combustible para los fuegos”, apuntó el presidente.
El mandatario puso como ejemplo a países extranjeros -sin mencionarlos por el nombre- que, según él, se consideran “naciones forestales”, pero que gracias a su supuesta buena gestión de los bosques no tienen los problemas de California con los incendios, algo que ya dijo tras otro gran fuego en 2018, aunque en esa ocasión sí especificó que se refería a Finlandia.
El ataque de Biden
Poco antes, en un discurso en Delaware, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, calificó a Trump como un “negacionista del clima”, y sostuvo que reelegirlo podría resultar en que más zonas de del país terminen en llamas o bajo el agua. Lo llamó directamente “pirómano climático”.
“Los incendios están quemando los suburbios en el oeste (de EEUU), las inundaciones acaban con los barrios suburbanos del medio oeste, los huracanes hacen peligrar la vida suburbana a lo largo de nuestra cosa. Si tenemos cuatro años más de negación (de la crisis) climática de Trump ¿Cuántos barrios de las afueras acabarán quemados?”, dijo Biden en un discurso en Wilmington, donde reside.
″¿Cuántos suburbios tendrán que inundarse? ¿Cuántos suburbios tendrán que desaparecer por las grandes tormentas para dar a un pirómano climático cuatro años más en la Casa Blanca?”, preguntó el que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
Si el discurso de Trump y los republicanos es achacar estos fuegos cada vez más grandes y violentos únicamente a la mala gestión forestal, el de los demócratas, que controlan con pocas excepciones los Gobiernos de los estados más afectados, es considerarlos casi únicamente producto del cambio climático.
Al margen de la batalla política, los expertos coinciden en señalar una amalgama de motivos, que incluyen tanto el calentamiento global (menos lluvia, más sequedad y temperaturas muy altas) como la gestión forestal, además del incremento de la presencia humana en zonas tradicionalmente no pobladas, que hace que, cuando se declaran, estos fuegos resulten mucho más peligrosos.