Trump desoye al mundo y rompe el acuerdo nuclear con Irán
El presidente de EEUU acusa a Teherán de incumplir el pacto de 2015, avalado por Occidente, y de "patrocinar" el terrorismo.
Donal Trump, el presidente de EEUU, se ha dirigido esta tarde a sus "queridos americanos" para anunciar que rompe el acuerdo con Irán, el compromiso que hace tres años puso fin a una década larga de pelea entre Occidente y Teherán y que impedía que el régimen de los ayatolás lograse desarrollar un arma nuclear. El documento que supuso uno de los suspiros de alivio más hondos de los últimos años en la diplomacia mundial ha quedado en papel mojado para Washington.
El republicano ha calificado dicho acuerdo de "desastroso" y ha justificado su medida en que Irán es un estado que apoya el terrorismo, es su "patrocinador", "el mayor exportador de terror del mundo", que ha atacado a personal e infraestructuras de Estados Unidos en las últimas décadas, ha generado "caos y terror" y no ha respondido a las peticiones del mundo de que volviera al camino correcto. El acuerdo nuclear, firmado en 2015, "en teoría" iba a proteger a los ciudadanos de todo el mundo y a los norteamericanos en particular, pero las noticias que la semana pasada llegaron desde Israel, con "pruebas definitivas" de que el programa nuclear sigue adelante según sus informaciones ultrasecretas, le han llevado a concluir que sus promesas eran "mentira". "En el corazón del acuerdo con Irán había una gran ficción: que un régimen asesino sólo anhelaba un programa de energía nuclear pacífico. Hoy, tenemos pruebas definitivas de que esta promesa iraní era una mentira", ha reprochado, literalmente.
"Hoy anuncio que Estados Unidos se retirará del acuerdo nuclear con Irán (...). Volveremos a imponer el nivel más alto de sanciones económicas", ha resumido, confirmando que regresan los castigos contra Teherán, que más que frenar el programa nuclear sumieron a la población civil en una importante crisis. Los principales afectados serán los sectores financiero, petrolero y de transportes, según anuncia ya la prensa norteamericana. "Cualquier nación que ayude a Irán en su búsqueda de armas nucleares también podría ser fuertemente sancionada por los Estados Unidos. No seremos rehenes del chantaje nuclear", ha añadido. No obstante, ha detallado que, según el Departamento del Tesoro, algunas de esas sanciones no entrarán en vigor hasta que transcurran periodos de entre 90 y 180 días.
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Tras una comparecencia sin preguntas, que ha acabado con su tradicional "que dios os bendiga", el magnate se ha dirigido a la mesa sobre la que reposaba la carpeta con el documento de abandono del acuerdo y, ante la insistencia de la prensa, ha enfatizado: "Esto hará América más segura".
Trump también ha pronosticado que Irán querrá negociar con él un acuerdo "nuevo y duradero", pese a que el régimen ha dicho insistentemente que no lo hará. "Los líderes de Irán dicen que se niegan a negociar un nuevo acuerdo. Me parece bien. Pero al final van a querer negociar un acuerdo nuevo y duradero que beneficie a Irán y al pueblo iraní. Cuando estén preparados, estoy dispuesto", ha remarcado el republicano, en un tono marcadamente retador.
El mandatario se ha mostrado dispuesto a trabajar con sus aliados para "encontrar una solución real, integral y duradera a la amenaza nuclear iraní" que también afronte sus preocupaciones sobre el programa de misiles balísticos de Irán y sus actividades "terroristas en el mundo". "Si el régimen continúa con sus aspiraciones nucleares, tendrá problemas más grandes que los que ha tenido nunca", alertó. Pero de inmediato volvía a justificarse. "Si yo permito que este acuerdo siga en pie, pronto habrá una carrera armamentística nuclear en Oriente Medio. Todo el mundo querrá que sus armas estén preparadas para cuando Irán tenga la suya".
Su decisión se conoce cuando faltan apenas unas semanas para el decisivo encuentro que va a mantener con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en el que Washington quiere convencer a Pyongyang de que abandone su carrera armamentística nuclear. Kim, en su histórica visita a Corea del Sur del pasado 27 de abril, ya se comprometió a una "completa desnuclearización" de la península. Está por ver qué actitud toma en este caso.
Meses amagando el golpe
Desde la campaña para las elecciones norteamericanas que ganó en noviembre de 2016 y hasta hoy mismo, su discurso sobre Irán -parte del antiguo Eje del Mal que demonizaba su predecesor George W. Bush- siempre ha sido extremadamente crítico. Ha sido machacón denunciando que el acuerdo no se estaba cumpliendo, que nunca había participado EEUU en una negociación tan mal llevada, en la que Washington hubiera cedido tanto, y que por tanto era el momento de revisar lo firmado. El objetivo estaba claro: "Irán no va a lograr nunca tener una bomba nuclear", como dijo ante el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Estas han sido algunas de sus declaraciones:
Fue el pasado octubre, en una comparecencia que ya hizo temer lo peor, cuando demostró ya con traje de presidente que va por libre y amenazó por con romper el acuerdo si no se corregía. Dijo que había "múltiples" las violaciones del texto por parte de Irán, que sus centrifugadoras siguen trabajando en busca de un arma atómica y que su régimen "dictatorial" y de "fanáticos" no es de fiar. Lo volvió a repetir hace una semana larga en la Casa Blanca, ante un cariacontecido Emmanuel Macron, presidente de Francia, uno de los países que con más entusiasmo apoyan el acuerdo.
No obstante, más allá de declaraciones encendidas, no ha habido nuevos pasos, hasta hoy. Trump se había planteado como fecha tope el 12 de mayo para calibrar si bailaban o no las autoridades de Teherán al son que él exige. El debate había ido subiendo de temperatura, además, desde que el pasado 30 de abril, el primer ministro de Israel compareciese para denunciar que Irán tenía un programa atómico secreto. EEUU, dijo Netanyahu, había constatado la "autenticidad" de los documentos logrados por su inteligencia en los que se basaba su acusación.
Tel Aviv siempre ha denunciado que los ayatolás desean tener armas atómicas para atacar a su nación, por lo que un programa nuclear sin control es un "riesgo existencial" para los israelíes". La intervención de Netanyahu se producía apenas horas después de que el flamante secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, le visitase en Jerusalén. Todo pactado entre los "mejores aliados del mundo".
Justo Netanyahu ha sido el primer líder mundial en valorar la ruptura anunciada por Washington. "El presidente Trump ha tomado una decisión valiente", dijo Netanyahu, que agradeció en nombre de todos los israelíes las medidas del presidente estadounidense "para frenar la actitud agresiva de Irán". El lunes, Bibi conseguirá un nuevo logro con su nuevo amigo norteamericano: que se abra la embajada de EEUU en Jerusalén, que Israel reivindica como capital.
En qué consistía el acuerdo
El Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) fue firmado en 2015 y puso fin a 13 años de disputas entre Occidente e Irán. Fue rubricado por la República Islámica y por el llamado G5+1, esto es, EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, con el aval entusiasta de la Unión Europea. Básicamente, lo que se acordó es que Irán tendría limitada su capacidad de enriquecimiento de uranio, supervisado por fuerzas internacionales, y a cambio, se levantarían las sanciones que ahogaban su economía.
Más concretamente, Teherán accedió a no enriquecer uranio por encima del 3,67% durante al menos 15 años (el uranio para fines pacíficos sólo requiere de un enriquecimiento de hasta el 5%, mientras que para alimentar un arma nuclear necesita purificarse hasta el 90%), a reducir de 12.000 a 300 kilos sus reservas de uranio enriquecido por un periodo igual de tres lustros y a no construir nuevas instalaciones para ese enriquecimiento. Además, firmó que iba a reducir en unos dos tercios sus centrifugadoras, necesarias para purificar el uranio, pasando de tener cerca de 19.000 a 6.104 (de ellas, sólo 5.060 pueden enriquecer uranio en los primeros 10 años). Acataba la retirada de maquinaria pesada, el freno a sus investigaciones de laboratorio y aceptaba que sólo podía enriquecer uranio en una planta, la mítica de Natanz.
Como punto esencial, pasó por el aro en que el OIEA tuviera acceso regular a todas las instalaciones nucleares del país. Los inspectores de la ONU pueden supervisar toda la cadena de suministro que sustenta ese programa nuclear, desde las minas. En el caso de sospecha, los inspectores pueden acceder también a instalaciones militares y una comisión conjunta de las partes analizará casos en disputa. Irán acató voluntariamente, además, el Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación, que otorga mayor acceso e información a los inspectores de las Naciones Unidas, incluso a sitios no estrictamente relacionados con el uranio.
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Lo que han visto los verificadores
Desde el principio, el Organismo Internacional de Energía Atómica ha ratificado que Teherán está cumpliendo escrupulosamente con lo firmado. No ha habido que llamarle la atención a sus gobernantes, las inspecciones se han llevado a cabo sin incidentes y lo que los técnicos han visto es que se había rebajado el programa nuclear según las directrices y plazos pactados. Incluso personas poco sospechosas de defender al régimen iraní, como la opositora y premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, han reconocido públicamente que Teherán "ha cumplido" el pacto.
El pasado 1 de mayo, tras la comparecencia acusatoria de Netanyahu, en el OIEA se remitieron a sus declaraciones más frescas, en las que decían que "no había indicios creíbles de actividades en Irán relevantes para el desarrollo de explosivos nucleares después de 2009".
La UE también salió al paso de esas declaraciones de la misma manera que lo hizo el pasado otoño, cuando Trump amagó con dar carpetazo al pacto. La jefa de la diplomacia comunitaria, la italiana Federica Mogherini, recordó que el OIEA "ha publicado diez informes que certifican que Irán ha cumplido plenamente con sus compromisos". El acuerdo "no se basa en asunciones de buena fe o confianza, sino en compromisos concretos, mecanismos de verificación y un control de los hechos muy estricto, realizado por el OIEA", enfatizó.
"Creemos que el acuerdo está funcionando y nuestro compromiso de seguir con la implementación permanece", declaró esta misma mañana portavoz de la Comisión Europea,Maja Kocijancic, durante la rueda de prensa diaria del Ejecutivo comunitario.
Desde la Casa Blanca han informado de que, antes de su alocución, Trump ha llamado a Macron, el presidente galo, para explicarle lo que iba a decir. El líder de En Marcha!, así como la canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro de Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, han acudido a Washington en los últimos días para presionar al mandatario para que permaneciera en el acuerdo, preocupados por las consecuencias para la estabilidad en Oriente Medio de la salida de Washington.
Tras la firma del acuerdo, Europa abrió un nuevo tiempo con Irán, reactivando sus relaciones diplomáticas y económicas como evidenció, por ejemplo, el viaje que hizo parte del Gobierno español en el otoño de 2015; volaron los responsables de las carteras de Exteriores, Fomento e Industria, es decir, José Manuel Margallo,Ana Pastor y José Manuel Soria, respectivamente, junto a representantes de 40 empresas.
Lo que dice Irán
Los Guardianes de la Revolución aseguraron esta mañana que Irán está preparado para los "escenarios de amenazas más peligrosos", horas antes de que Trump hablase. "Nuestros enemigos, incluido Estados Unidos, el régimen sionista (Israel) y sus regímenes títeres en la región, deben saber que la nación iraní se ha preparado para los escenarios de amenazas más peligrosos", dijo el número dos de los Guardianes, el general Hosein Salamí.
Según las declaraciones de Salamí publicadas por la televisión estatal, Irán demostró que "no puede ser derrotada y que es capaz de protegerse frente a sus enemigos". El general advirtió de que Irán es actualmente "una superpotencia en la región" y no teme las sanciones de EEUU ni su agresión militar.
En la misma línea, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, Mohamad Baqerí, dijo que el gran poder defensivo de Irán "previene de cualquier tipo de amenaza". "El pueblo iraní puede estar seguro de que las fuerzas armadas han cumplido muy bien sus misiones en todas las áreas y que no hay necesidad de preocuparse por las amenazas extranjeras", aseveró.