Trump aprovecha para impregnar de nacionalismo su reacción al COVID-19: "Un virus extranjero"
La crisis acentúa la idea del presidente estadounidense de un país "puro" frente a un mundo amenazante.
El mandatario estadounidense, Donald Trump, ha definido el COVID-19 como un “virus extranjero”, y ha vetado la entrada a millones de personas procedentes de fuera de sus fronteras al tiempo que ha aprovechado para promocionar su muro con México. La crisis del coronavirus ha sacado punta al nacionalismo de Trump, que insiste en la idea de un EEUU “puro” frente a un mundo amenazante.
“Este es el esfuerzo más agresivo para enfrentar un virus extranjero en la historia moderna (de EEUU)”, ha dicho en su discurso en el que ha culpado a China y Europa de la propagación del coronavirus en su país.
En plena campaña electoral, Trump se ha escudado así en el adjetivo “extranjero” para empujar más allá de sus fronteras la responsabilidad sobre una crisis que aún promete empeorar en Estados Unidos, y ha aprovechado de paso, para incidir en una de las ideas que más motivan a su base de votantes.
“Trump ha gobernado exclusivamente a base de convertir cada asunto en un ‘nosotros contra ellos’, y también lo está haciendo con esta peligrosa epidemia. La está usando para intentar explotar un sentimiento antiextranjero”, recalca un profesor de ciencias políticas en la Universidad George Mason (Virginia), Bill Schneider.
Un EEUU “puro” y “amenazado”
Desde que lanzó su primera campaña presidencial en 2015, Trump ha “narrado la historia de un Estados Unidos puro, pero amenazado desde el exterior”, recuerda una experta en la retórica del presidente, Jennifer Mercieca, historiadora y profesora en la Universidad de Texas A&M.
El ejemplo más notable es su veto a la entrada al país de los ciudadanos de cinco países de mayoría musulmana, pero Trump también ha perfilado un Estados Unidos “amenazado por los inmigrantes indocumentados, por Gobiernos extranjeros o por el globalismo”, recuerda Mercieca.
Durante la campaña previa a las elecciones legislativas de 2018 en EEUU, Trump describió como una “invasión” la oleada de indocumentados centroamericanos que se dirigían a su país y llegó a referirse a algunos de ellos con la palabra “infestar”, que evoca a patógenos o insectos.
Esta misma semana, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, ha defendido que habría “amenazas a la salud pública” de EEUU si se permitiera la entrada en el país de los miles de inmigrantes que esperan en México a que se tramite su petición de asilo.
En ese contexto, “tiene sentido que Trump incluya la amenaza del COVID-19 en su discurso ya consolidado sobre la pureza de Estados Unidos y sus amenazas extranjeras”, opina Mercieca.
Un guión difícil de ajustar al coronavirus
Trump tiene debilidad por “los vetos migratorios, los muros, las restricciones comerciales y la ruptura de acuerdos de cooperación, e intenta aplicar el mismo guión al coronavirus”, apunta Doris Meissner, experta en la política migratoria de EEUU en el Instituto de Política Migratoria (MPI), con sede en Washington.
“Sin embargo, en un mundo globalizado, la enfermedad no puede contenerse con ese tipo de medidas”, explica.
Quizá por eso, porque el coronavirus ya hace mucho que llegó a Estados Unidos y sigue expandiéndose por todo su territorio, un exasesor de Trump ha criticado este jueves el nuevo veto a los viajes de extranjeros desde la zona Schengen, que se suma a las restricciones impuestas a quienes hayan visitado China e Irán.
“Imponer restricciones a los viajes desde Europa sirve de muy poco. Antes, sí (habría servido). Ahora, tenemos casi tanta enfermedad aquí como en los países de Europa. Tenemos que centrarnos en medidas de mitigación en nuestras comunidades, ¡ahora!”, ha expresado Thomas Bossert, exasesor de Trump en seguridad e inmigración.