La 'brigada' responde a los insultos racistas de Trump: "No puede aceptar que no le tememos"
Las congresistas demócratas plantan cara al líder estadounidense.
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha insistido este martes en que cuatro congresistas demócratas y latinas, musulmanas o negras deberían “irse” de su propio país porque lo “odian”, mientras la oposición y algunos republicanos le acusan de racismo y supremacismo blanco.
Un día después de pedir que cuatro legisladoras estadounidenses “vuelvan a sus países” de origen, Trump ha negado que sus comentarios fueran racistas mientras la etiqueta RacistPresident prospera en Twitter.
“Si odias este país, si no estás contenta aquí, puedes irte”, afirmó Trump en declaraciones a los periodistas durante un acto en la Casa Blanca.
Trump, que desciende de inmigrantes igual que la inmensa mayoría de estadounidenses, no dio marcha atrás en sus declaraciones a pesar de que han desatado una polémica sin apenas parangón desde enero de 2018, cuando llamó “agujeros de mierda” a El Salvador o Haití.
“No me preocupa, porque mucha gente está de acuerdo conmigo”, respondió al ser preguntado si le inquieta el buen recibimiento que han tenido sus comentarios entre grupos supremacistas blancos.
Trump enfocó la mayoría de sus críticas en Ilhan Omar, la única de las congresistas a las que ha atacado que no nació en Estados Unidos, sino en Somalia, aunque huyó de ese país como refugiada y obtuvo la ciudadanía estadounidense cuando era adolescente.
“En uno de los casos, es alguien que vino desde Somalia, que es un Estado fallido (...) y ahora es una congresista que nunca está contenta y dice cosas horribles sobre Israel”, declaró Trump.
Algo insólito en la historia del país
El resto de las legisladoras criticadas por Trump no tienen otro “país de origen” al que regresar: Alexandria Ocasio-Cortez es neoyorquina con raíces puertorriqueñas, Rashida Tlaib procede de Detroit (Michigan) y sus padres son palestinos, mientras que la afroamericana Ayanna Pressley nació en Chicago.
Las cuatro llegaron al Congreso en enero y han formado un grupo conocido popularmente como “La brigada” (“The Squad”) que ha atraído mucha atención mediática, por estar a la vanguardia del ala más progresista del Partido Demócrata y por sus roces con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
En una conferencia de prensa, las integrantes de “La brigada” ha condenado los tuits de Trump, pero han pedido no prestar demasiada atención a esa “distracción” del presidente.
“Los líderes débiles se centran en la lealtad a nuestro país para evitar debatir sobre políticas públicas. No puede mirar a un niño (inmigrante) y justificar por qué este país les está metiendo en jaulas, así que nos ataca personalmente a nosotras, y me dice que debería volver al Bronx y mejorarlo”, afirmó Ocasio-Cortez.
Omar, que es musulmana, se ha negado a “dignar con una respuesta” la acusación del presidente de que ella apoya al grupo terrorista Al Qaeda, y sentenció: “Estos son los planes de los nacionalistas blancos. Se debaten en chats en Internet y ahora han llegado al jardín de la Casa Blanca”.
La polémica llevó a Pelosi a preparar una resolución para que la Cámara Baja condene formalmente las declaraciones de Trump, e instó a los republicanos a denunciar sus “tuits xenófobos”.
A primera hora, solo un republicano -el congresista Chip Roy- los había condenado, pero más tarde le siguieron los dos únicos afroamericanos de ese partido en el Congreso, el senador Tim Scott y el congresista Will Hurd. El primero lamentó sus “ofensas raciales” y el segundo tildó sus mensajes de “racistas y xenófobos”.
También criticaron los tuits las senadoras más moderadas del partido, Susan Collins y Lisa Murkowski, mientras que el senador Pat Toomey opinó que la ciudadanía de esas cuatro legisladoras es “tan válida” como la suya, la de un nieto de inmigrantes irlandeses.
Los ataques de Trump se enmarcan en su estrategia de reelección, basada en parte en identificar a los demócratas, y especialmente a las nuevas generaciones que están influyendo en la base del partido, como “socialistas” y radicales, además de acusarlos de antisemitismo, como ha hecho regularmente con Omar.
“Si los demócratas quieren arrimarse a estas cuatro personas, creo que van a tener unas elecciones muy duras (en 2020)”, opinó.
Más tarde, en un tuit, insinuó que sus ataques habían cumplido su objetivo: “Los demócratas estaban tratando de distanciarse de las cuatro ‘progresistas’, pero ahora se ven forzados a apoyarlas. ¡Eso significa que respaldan el socialismo, el odio a Israel y a EEUU! ¡No es bueno para los demócratas!”.