Trío de feria
Ahora entramos en la memoria y tú como viajante tendrás solo el recuerdo de este cuarto. Dos locos que te invitaron a su tren en plena velocidad. Dos náufragos que saben que el amor nunca debe ser circular. Este triángulo donde descubrimos que también la fugacidad tiene en su alma algo de rotativo. Nadie se atreve a dejar que otro beso invada el lugar sagrado de su beso. Pero estamos locos y jugamos al trío, jugamos con la bomba letal de nuestra alegría y tú con tus piernas de neón, tus lunares de carbón, tu piel de papel de Japón, nos tienes hipnotizados. Nos tienes y te retenemos con tus asombros saliéndose hasta por la boca. Porque tú llamaste y aquí en el paraíso las puertas son transparentes. Y allí que una mano llevo a un codo y un ombligo a otro ombligo... y esta semana de feriantes tu mujer se emborracha caseta tras caseta, con sus flores llenándoles los vestidos, con sus ámbitos de perfección maquillados y sus amigas también jugando esa partida.
Nosotros, tío, nos llenamos de tu licor y somos la fuente secreta de tus fantasías y somos dos tíos que saben acertar en el placer de otro hombre como una diana fatal....somos traficantes del dolor, nunca dejamos que nos lo vendan, solo somos puentes, no dejamos que el dolor acuda cuando la vida nos quiere dar una espalda triste, poco esperanzadora.
Y tu traje corto aquí se ha hecho la sombra de un ciprés y tus ojos persiguen despavoridos el cebo de nuestro sexo trepidante. Si en la iglesia te decían que masturbarse era malo y tus abuelos vigilaban tus manos en la noche, aquí todo eso te ha servido para trepar en la montaña alta del orgasmo inesperado.
Aquí tus mejillas de hombre capillita se han hecho dos duraznos perseguidos, tus rodillas de jugador se han hecho la bisagra por donde avanza la sombra oscura del chillar, jadear, desencajar...sudar, nadar, olvidar...
Nadie te morderá mejor, nadie te dará más ternura, nadie sacudirá tus huesos y hará que la primavera y abril sean solo un síntoma donde el que quiere florecer florece y los demás se quedan vigilando las costumbres de nunca cambiar.
Somos dos locos que abrieron su nirvana y te han atrapado. Estos ojos y estos labios mañana te sabrán a borrachera extraña, a dos señores serios que preguntaron por dónde se disfrutaba más en la feria. Esos dos extranjeros que miraron al fondo de tu pozo y cayeron ahogados en tu explicación del rebujito y tu explicación que Sevilla es una maravilla y que Sevilla nos deja sin palabras. Hay vampiros en todas partes y hay algo de ti que perdido vagará ciertas madrugadas que el dolor escarbe la puerta, para entrar...