Tres rusos y un ucraniano, acusados del derribo del avión de Malaysia Airlines en 2014
En el suceso perdieron la vida 283 pasajeros y 15 miembros de la tripulación.
A pesar de la negativa de Rusia a asumir algún tipo de responsabilidad en el derribo del avión de Malaysia Airlines MH17 en el este de Ucrania en 2014, los investigadores internacionales han identificado a tres agentes rusos y un ucraniano supuestamente implicados, que serán juzgados en Holanda en 2020. En el suceso perdieron la vida 283 pasajeros y 15 miembros de la tripulación.
El fiscal jefe holandés, Fred Westerbeke, se mostró convencido este miércoles de “tener las pruebas que confirman que Rusia está implicada en ese delito, de una manera u otra”, y recordó que, solo un día después del derribo, “podría haber dicho exactamente qué ha ocurrido porque lo sabía con seguridad, pues se utilizó un sistema de misiles de una brigada rusa”, pero prefirió “no cooperar”.
En una rueda de prensa abarrotada por la prensa internacional, investigadores, fiscales y policías confirmaron, en la ciudad holandesa de Nieuwegein, la identidad de los cuatro primeros sospechosos que serán llevados, aunque sea en rebeldía, ante el tribunal de alta seguridad de Schiphol, el único con espacio y control suficiente para alojar un juicio de estas dimensiones.
Los tres sospechosos de nacionalidad rusa (Igor Guirkin, Serguéi Dubinski y Oleg Pulatov), junto al ciudadano ucraniano Leonid Kharchenko, estaban en la zona controlada por milicias separatistas prorrusas al este de Ucrania donde se instaló el sistema de misiles Buk del que salió el misil tierra-aire disparado contra el vuelo.
No esperan cooperación de Moscú
El proceso penal por “asesinato” comenzará el 9 de marzo de 2020 y, según Westerbeke, hay que “ser realista” y asumir que Rusia no cooperará con las autoridades judiciales, aunque sí pedirán a Moscú que interrogue a los cuatro sospechosos -se cree que tres están en territorio ruso- como gesto de asistencia legal.
No se solicitará la entrega de los sospechosos “porque la Constitución de ambos países prohíbe la extradición de sus nacionales”, añadió el fiscal holandés.
Ucrania sí buscará a su ciudadano presuntamente involucrado. “Vamos a intentar detener a esta persona, haremos todo lo que podamos y, si lo logramos, nos coordinaremos con la justicia holandesa y, como contemplan nuestros acuerdos bilaterales, aplicaremos la sentencia judicial a esta persona”, prometió el fiscal general ucraniano, Yuri Lutsenko.
Tras emitir una orden de detención internacional contra los cuatro, Westerbeke les instó a entregarse a la justicia para “dar su versión” del derribo del aparato, que provocó la muerte de 298 personas, en su mayoría holandeses.
Los investigadores subrayan que ninguno de los identificados dio la primera o la última orden de disparar contra el avión de pasajeros que había partido de Ámsterdam el 17 de julio de 2014, pero sí “estaban en la zona y jugaban un rol crucial en el conflicto armado, tomando importantes decisiones”, según el jefe de la Policía, Wilbert Paulissen.
“Cadena de responsabilidades”
La investigación no termina con el inicio del juicio y el Equipo de Investigación Conjunta (JIT, en sus siglas en inglés), formado por un centenar de expertos de los cinco países afectados (Holanda, Australia, Ucrania, Malasia y Bélgica), se centrará en “aclarar la cadena de responsabilidades” para buscar a las personas involucradas en el proceso de toma de decisiones del derribo del MH17.
El ucraniano dirigía un batallón de insurgentes en la zona donde estaba instalado el Buk y su posición fue esencial para el transporte de este sistema.
Los otros tres sospechosos ocupaban cargos de relevancia en el territorio de la autoproclamada República Popular de Donetsk: Dubinski era el jefe del servicio de inteligencia de los rebeldes prorrusos, Pulatov era su segundo y Guirkin actuaba de “ministro de Defensa” de los separatistas.
Westerbeke, también coordinador del JIT, cree que la tripulación que controlaba el Buk era “probablemente de Rusia”, lo que se desprende de las conversaciones telefónicas intervenidas poco después de que el MH17 fuera derribado, y calificó la falta de cooperación de Moscú como “una bofetada en la cara de todos los allegados”.
El abogado Veeru Mewa, que asiste a familiares de 102 pasajeros, dijo que un juicio por lo ocurrido es un “gran alivio” para sus clientes, aunque reconoció el pesimismo que había porque “pensaban que el JIT no encontraría las pruebas suficientes como para iniciar un proceso judicial”.
Poco antes de confirmarse la identidad de los sospechosos, el portal de investigación Bellingcat, que ha analizado 150.000 conversaciones telefónicas entregadas por los servicios de seguridad de Ucrania, ha publicado un informe en el que identifican, con nombres, apellidos y fotografías, a ocho agentes rusos e insurgentes ucranianos involucrados en esa tragedia.
En mayo del año pasado, Holanda y Australia responsabilizaron oficialmente a Rusia de estar detrás del derribo y le pidieron cooperar con las investigaciones, solicitud rechazada por Moscú, que niega la fiabilidad del JIT.