'Tómbola', el programa que convirtió la tele en un vertedero
Los escándalos del exitoso espacio televisivo de Canal 9, reflejo del Zaplanismo, llegaron al Congreso.
Valencia, marzo de 1997. Chábeli Iglesias se sienta en el plató de un recién estrenado programa de Canal 9, la televisión pública valenciana, llamado Tómbola. Una especie de tertulia presentada por el risueño presentador Ximo Rovira con un invitado estrella y cinco entrevistas a personajes variopintos.
A los lados, formando un pasillo, varios periodistas liderados por Lydia Lozano y Karmele Marchante y, justo en frente, también en fila, famosos de todo tipo ordenados por estricto orden de popularidad.
Durante la entrevista, la hija de Isabel Preysler y Julio Iglesias carga contra algunos periodistas porque “se inventan lo que quieren”. Marchante y Lozano saltan como un resorte de sus sillas y avasallan a preguntas a la invitada, que empieza a cambiar de color y que no sabe dónde meterse. Tras varios minutos aguantando el chaparrón, Chábeli se levanta y abandona el plató dejando una frase que es ya historia de la tele: “Me da vergüenza tu programa. Esta gente son gentuza”.
Y eso no había hecho más que empezar.
El documental Rocío Carrasco: contar la verdad para seguir viva, en el que la hija de Rocío Jurado relata cómo fue su tormentosa relación con Antonio David Flores, ha vuelto a traer al imaginario colectivo episodios de Tómbola que parecían olvidados.
Como relató entonces Ángel Antonio Herrera en un programa al que acudió como invitada Rocío Carrasco, durante una pausa publicitaria tuvo lugar un altercado “especialmente violento” y “bastante intolerable” protagonizado por ella y por Antonio David. Una forma de hacer televisión que sentó los cimientos de lo que iban a ser los programas de corazón del futuro.
Un inicio accidentado
El escándalo con la hija mayor de los Iglesias-Preysler puso a Tómbola y a sus colaboradores en el mapa. Especialmente a dos: Karmele Marchante y Jesús Mariñas.
De aquel primer programa Karmele tiene un recuerdo nítido y, al igual que entonces, no tiene problema alguno en decir lo que piensa, caiga quien caiga: “Chábeli era una pija que decía tonterías y se creía que iba a una entrevista amable y dulce. Se vio acorralada y dijo lo de ‘esta gente son gentuza’, se levantó y se largó. Eso fue un boom. A la semana siguiente lo quería Telemadrid, a la siguiente Canal Sur y luego ya todas las emisoras locales de tele. Y así nació Tómbola”.
Y así nació también una forma de hacer y de consumir prensa del corazón. Mariola Cubells, experta en televisión de la Cadena SER y de El HuffPost, sabe de lo que habla porque trabajó en Canal 9 con Producciones 52, productora de Tómbola, cuyo dueño era Ángel Moreno, exmarido de Nieves Herrero.
“Tómbola lo empezó todo. Estamos tan acostumbrados a ver esa narrativa que nos parece que ha existido siempre. Pero Tómbola, desgraciadamente, fue pionera en el formato. Hasta que salió Tómbola esta puesta en escena no existía”, explica Cubells.
Sostiene la periodista que con el documental de Rocío Carrasco “te das cuenta gráficamente de que allí arrancó todo”, pero que en los primeros tiempos de Tómbola no se percató ni de la trascendencia que iba adquirir “para mal” el formato ni de lo que supondría que una televisión pública destinara parte de los impuestos de los ciudadanos a generar ese tipo de contenidos.
Una importante fuente de autoridad para hablar de Tómbola es su presentador. Ximo Rovira, que no ha podido participar en este reportaje por motivos personales, comentó hace un año en Vino y hablamos, de Levante TV, que Tómbola “funcionó como formato” y “como manera de plantear televisión de manera fresca, espontánea y faltona”: “No se había visto a un famoso en la tesitura y en las circunstancias en las que acabábamos, entre todos, sometiendo a la persona popular”.
Una revolución en los medios
En esa época se llevaban las entrevistas amables a rostros conocidos, pero con el programa de Ximo Rovira nace ese formato que Cubells describe como “una jauría de periodistas que sometían a un tercer grado a un famoso por dinero para ahondar en miserias”. Con un añadido: “Esto nació de una tele pública”.
Todos los expertos coinciden: fue un programa “muy innovador” y “vanguardista”. Una forma de hacer televisión que luego copiaron las cadenas privadas y propició espacios como La Noria, Salsa Rosa, Abierto hasta el anochecer y Dónde estás corazón.
Karmele Marchante, uno de los grandes reclamos del programa, trabajaba entonces en la sección de política de Día a Día, el magazine de María Teresa Campos en Telecinco. Un día recibió una llamada “de una productora que no conocía de nada” para participar en un novedoso programa que se iba a hacer al día siguiente en Valencia.
“Cuando pregunté de qué iba me dijeron que todavía no lo sabían. Tómbola nace por casualidad, porque tenían en Canal 9 un programa horripilante con cosas del corazón y alguna gente famosa que les había funcionado. Lo montaron de la noche a la mañana”, explica Karmele al teléfono mientras se enciende un cigarrillo.
Ximo Rovira dice que se veía “como un pulpo en un garaje” y que algunas noches pensó en dejarlo. El presentador señala que “por definición”, Tómbola debía “estar sumida en el caos” y que se llegó a encontrar muy solo ante situaciones “que rozaban el Código Penal” pero que todo acabó reconduciéndose. “Aprendí mucho porque estuve muchas veces al límite y eso no deja de ser una escuela de vida”, asegura en Vino y Hablamos.
La máxima expresión del Zaplanismo
Tanto Cubells como el periodista valenciano de El País Ferrán Bono ven en Tómbola un reflejo de los excesos del zaplanismo en la Comunidad Valenciana. El propio programa es una idea de Jesús Sánchez Carrascosa, que pasó de ser asesor de comunicación de Eduardo Zaplana en la Generalitat a ser el director de la televisión valenciana.
“Lo pone en marcha sin pudor. Tómbola nace en ese marco de corrupción televisiva. No es casualidad. No surge por azar, sino en un contexto. Esa decrepitud moral en la que empieza a instalarse la tele pública, en la que se compran y se venden principios, información, se malversan los fondos... Se instalan en esa especie de todo vale y en ese todo vale está Tómbola”, explica Cubells.
Para Bono, el zaplanismo quiso demostrar con este tipo de programas masivos, excesivos y a la vez muy exitosos en audiencia que Valencia estaba a la vanguardia. “Es la época de Terra Mítica, de los estudios de Alicante de cine. La época de las vacas gordas, de los grandes proyectos supuestamente mediáticos. Fue una época brutal que se ha quedado en nada”, explica el periodista de El País.
Cubells remata que, con Tómbola, Canal 9 se convirtió en un pionero de la telebasura: “En esos años, los servicios informativos estuvimos haciendo el programa de Alcàsser y fue nefasto. Siempre me ha parecido curioso que aquello saliera en esa coyuntura social, política y televisiva, que saliera allí, en esa cadena, que luego fue la primera cadena autonómica en cerrar”.
Tómbola dejó de emitirse en noviembre de 2004 y 9 años después, Canal 9 se fue a negro. Con el apagón de la tele pública valenciana se dio por finiquitada lo que Bono describe como “una época brutal de despilfarro de los recursos públicos” y de “enchufismo”.
Como explica Bono, en los mentideros de la región se contaba por aquella época la supuesta broma de que la red clientelar en la televisión valenciana era de tal magnitud que, en Navidad, no hacía falta irse a casa para celebrarla porque te podías quedar en los estudios: allí tenías a toda la familia.
Hasta Rajoy hablaba de ‘Tómbola’
Hacer un repaso por la hemeroteca de la época es tan desolador como entretenido. Mediciones de pene, sueldos desorbitados, agresiones y escándalos de todo tipo convirtieron a Tómbola casi en una cuestión de Estado y los contenidos del programa llegaron a ser objeto de debate en el Congreso.
El autor de varias de esas joyas es Ferrán Bono, que recuerda vagamente aquellas polémicas que ahora le parecen “infantiles”.
Mariano Rajoy, ministro de Cultura de la época en el Gobierno de José María Aznar, llegó a pronunciarse sobre el espacio y tuvo que desmentir que quisiese cerrar el programa. En mayo de 1999, el PSOE pidió la retirada del show tras saberse que el conde Lequio había cobrado siete millones de pesetas por un programa y Canal Sur dejó de emitir el programa tras un “denigrante” especial sobre la muerte de Lady Di.
“El de Lady Di fue brutal. Fue un punto de inflexión”, recuerda Bono de la emisión de Tómbola tras del fatídico día en el que Diana Gales murió en un accidente de coche en París. Haciendo memoria, el periodista explica que Tómbola se convirtió en una importante fuente de críticas y en un arma arrojadiza entre los políticos. Además, se daban curiosas paradojas: “El PP pedía pedía su cierre en Andalucía y en Valencia lo defendía”.
Cubells también hace memoria y recuerda que aquello iba a escándalo semanal: “Era una cosa detrás de otra. Piensa que hubo esto que hemos visto de Antonio David, casi de una agresión física, es que allí había ataques verbales tan gruesos, tan obscenos, de tal calibre...”.
Una críticas que Karmele entendía entonces y entiende ahora. “Desde el principio la acusación de Telebasura pesó sobre Tómbola. Yo misma tuve problemas. Seguir en programas de Telecinco, como A tu lado y luego el dichoso Sálvame, me ha marcado porque yo hacía política, era enviada especial, he trabajado en Informe Semanal. Mi curriculum era perfecto. Impoluto. El tiempo que estuve en los programas del corazón me marcó muchísimo en negativo. Hace cuatro años que dejé de salir en Sálvame y todavía dudo si estoy limpia de ese error”, reconoce la periodista.
Fin de fiesta
Y como vino, se fue. El 27 de noviembre de 2004 Tómbola desapareció de la parrilla de la televisión pública valenciana, pero su semilla quedó esparcida por otros espacios televisivos de Telecinco y de Antena 3. “La audiencia fue bajando y los presupuestos eran menores y el programa se murió de inanición”, recuerda Cubells.
Una afirmación que sostiene Karmele Marchante, quién rememora cómo el nivel de los invitados fue bajando y bajando: “Al principio, como la productora tenía mucho dinero llevaba a personajes de primera fila, pero a medida que el éxito se fue asentando empezaron a poner personajes súper cutres, de tercera o de cuarta”.
Las cadenas privadas recogieron el guante de Tómbola y llevaron a cabo formatos similares. El único de ese estilo que ha sobrevivido es Sálvame, que mudó a Sábado Deluxe los fines de semana y que mantiene esa estructura de invitado estrella, según el día, hablando de su vida a cambio de una suculenta remuneración económica.
“Al margen de que sea o no sea un buen o un mal formato lo que está claro es que Tómbola inauguró una manera de contar televisiva, que ha hecho mucho daño”, sentencia Mariola Cubells.