TikTok baila al ritmo del veto
La aplicación ha sido prohibida en India y su futuro se complica en EEUU y Australia.
Es el fenómeno sin discusión. En apenas unos años, la aplicación musical china TikTok se ha convertido en una de las más exitosas del mundo, con más de 500 millones de seguidores. La herramienta, que permite crear vídeos cortos cantando, bailando y actuando, mezclando el contenido con diferentes audios y canciones pregrabadas, ha triunfado principalmente entre la población más joven.
Sin embargo, la seguridad entorno a su uso está en entredicho. La Federal Trade Commission (FTC), el organismo que regula y protege a los consumidores en Estados Unidos, ha multado a la compañía con 5,7 millones de dólares por recopilar ilegalmente información de menores de 13 años sin el consentimiento de sus padres.
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, ha asegurado que el Gobierno de Trump estudia su restricción por considerar que Pekín utiliza estos servicios como un instrumento de vigilancia ciudadana y para distribuir propaganda del régimen, reavivando así la tensión entre ambos países.
En una entrevista reciente para Fox News, Pompeo no dudaba en señalar directamente a empresas originarias en el país asiático de estar “cediendo su información privada al Partido Comunista Chino”. “Nos estamos tomando esto muy en serio”, recalcaba. “Lo estamos analizando. Hemos trabajado en este tema durante mucho tiempo”, añadía.
Los enfrentamientos con China vienen de lejos, pero en la decisión podría haber influido que, el 20 de junio, una marea de jóvenes se organizaron a través de la TikTok para trolear al magnate, quien alardeó de haber agotado los asientos en su mitin de Tulsa, en Oklahoma, pero se encontró numerosos asientos vacíos.
Mientras el director de campaña de Trump, Brad Parscale, culpaba en Twitter a los “radicales” del boicot y a los medios de comunicación, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez respondía: “En realidad, te la acaban de jugar miles de adolescentes a través de TikTok con reservas falsas de entradas haciéndote creer que un millón de personas querían tu micrófono abierto de supremacía blanca lo suficiente como para llenar un estadio durante la pandemia del coronavirus”.
A examen y ¿veto?
A pesar de ello, lo cierto es que EEUU no es el único país que examina de cerca la aplicación. En Reino Unido, el Parlamento británico también ha abierto una comisión parlamentaria para analizar el uso de la información privada y de datos de menores por parte de la aplicación, mientras que en Australia el debate ya está encima de la mesa.
Además, el Gobierno indio, en el marco de la crisis que mantienen Delhi y Pekín desde mayo en su frontera, ha vetado a la tecnológica ByteDance, desarolladora de TikTok, dejando así a la red social sin su mayor mercado en términos de usuarios después de China.
En India, la aplicación registró 611 millones de descargas en el primer trimestre de 2020, casi el doble que en todo 2019. Las razones alegadas para justificar el bloqueo apuntaban en la misma dirección. El Ejecutivo indio aseguró el pasado lunes que las aplicaciones móviles chinas son “perjudiciales para la soberanía y la integridad del país ya que son utilizadas para robar y transmitir de forma subrepticia los datos de los usuarios sin autorización a servidores ubicados fuera de la India”.
En su comunicado, Nueva Delhi adujo que esa recopilación de datos sirve para la “elaboración de perfiles por elementos hostiles a la seguridad nacional y la defensa del país” y que, por ello, suponen una “profunda preocupación que requiere la toma de medidas inmediatas de emergencia”.
Lavado de imagen
Ante la situación, China ha condenando la decisión calificándola de “selectiva y discriminatoria” y reclamando un cambio de la práctica. “Va contra los requisitos de que los procesos sean justos y transparentes, abusa de las excepciones de seguridad nacional y podría ser sospechosa de violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio”, señalaba.
Desde la propia empresa aseguran que nunca cederían datos de sus usuarios a las autoridades chinas y que éstas tampoco los ha reclamado. De hecho, en lo que parece ser una muestra de ello y un intento de mejorar su imagen, la compañía ha afirmado que dejará de operar en Hong Kong tras la aprobación de la ley de Seguridad Nacional que China ha promulgado en el territorio y que da poder a la Policía para llevar a cabo redadas sin orden judicial, ordenar a compañías de internet que eliminen contenido o confiscar sus equipos, así como a reclamar información a “grupos políticos” que operen en la ciudad. Una decisión a la que ya se han sumado otras redes sociales como Facebook, WhatsApp, Twitter o Telegram.