Tecnología y deporte, dejemos que el mundo evolucione
El Mundial de Rusia 2018 pasará a la historia por muchas cosas, pero una de ellas será, sin duda, la aplicación de la tecnología. Por primera vez se está utilizando el VAR (Video Assistant Referee), un sistema de asistente en vídeo para ayudar al árbitro en jugadas dudosas.
Como suele ocurrir en estos casos, la implantación de este sistema no ha estado exenta de polémica. Tiene defensores, que consideran que de este modo el arbitraje es más preciso y más justo, y también detractores que entienden que la intervención de la tecnología resta pureza al deporte. De momento, hemos visto varios partidos donde el VAR ha sido decisivo. A la selección española le ha beneficiado más que perjudicado y esperemos que siga siendo así. Creo que nunca olvidaremos la clasificación en la fase de grupos.
El VAR, el ojo de halcón y otros sistemas que utilizan árbitros y jugadores para consultar dudas sobre alguna jugada son solo una parte de la transformación que está experimentando el deporte a través de la tecnología.
En el deporte amateur, quien más y quien menos utiliza aplicaciones para analizar su actividad física y su evolución y cada vez proliferan más las pulseras deportivas y los smartwatches orientados a la práctica del deporte. De hecho, según IDC, en 2019 habrá más de 173 millones de wearables en todo el mundo y una gran parte de ellos se utilizarán para hacer ejercicio.
En el deporte profesional hace años que se aplican esas técnicas. En el fútbol, por ejemplo, los equipos llevan mucho tiempo no solo monitorizando la actividad física de sus jugadores y su rendimiento en los entrenamientos, sino también el desempeño técnico y táctico durante los partidos. En una hora de entrenamiento se registran hasta 77,7 millones de puntos de datos y su análisis es la mejor manera de mejorar, al poder elaborar planes de entrenamiento personalizados que permiten perfeccionar la técnica y contribuyen a optimizar el juego. Cuando se trata de selecciones nacionales, esa información resulta todavía más valiosa, ya que los jugadores pasan mucho menos tiempo con ellas que con sus clubes.
La tecnología también se emplea para analizar al rival, estudiar sus tendencias defensivas y ofensivas, sus formaciones, etc. y realizar un mejor planteamiento de los partidos. Esos análisis se pueden compartir con los jugadores para que puedan conocer a sus rivales antes de los encuentros, e incluso en el descanso entre el primer y segundo tiempo del partido. Imaginemos lo útil que resulta para los porteros poder conocer por dónde suelen lanzar los goles los miembros del equipo rival durante el partido, y más aún, si se llega a la tanda de penaltis. Sin duda, los datos se han convertido en la mejor arma competitiva.
Dejando a un lado el deporte rey, el baloncesto también se ha beneficiado de los avances tecnológicos, sobre todo en la NBA. En vela, por ejemplo, se utilizan Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial en forma de Machine Learning para predecir el rendimiento de los navegantes. La Fórmula 1 siempre ha sido sinónimo de innovación tecnológica, pero hay otros más tradicionales como el golf donde también se aplica. En tenis, la WTA (Asociación de Tenis Femenino) se situó a la vanguardia de la innovación al permitir el análisis en tiempo real del rendimiento y el juego desplegado por las atletas durante el transcurso de un partido. De esta forma se facilita la labor de los entrenadores, que pueden realizar recomendaciones a las jugadoras con el fin de mejorar o cambiar el resultado.
Los ejemplos son numerosos. En realidad, casi todos los deportes en mayor o menor medida están aplicando la tecnología para mejorar el juego, para que resulte más dinámico e incluso por una cuestión de salud, ya que permite prevenir lesiones y alarga la carrera deportiva de los atletas.
Sin duda, aplicada con sentido común, sin desvirtuar su esencia, la tecnología ayuda a mejorar el deporte, tanto desde la perspectiva del que lo practica como del aficionado. Así es que, sigamos disfrutando de él, más si cabe, gracias a la tecnología. Y que gane el mejor.