¿Techo de cristal o suelo pegajoso? Solamente el 0,2% de las mujeres artistas han cotizado más de 35 años
Entre los 22 y los 65 años, más del 60% de las mujeres artistas abandona su profesión.
Hace unas semanas hablábamos de que, entre los 22 y los 65 años, más del 60% de las mujeres artistas abandona su profesión. Los datos de este artículo, tomados del informe La actividad económica de los/las artistas en España: estudio y análisis son ahora parte de las fuentes que se amplían en el mayor estudio sobre la desigualdad de género en el sistema del arte en España realizado hasta el momento. Con Marta Pérez Ibáñez como investigadora principal y con Carol Rodovalho y yo misma ampliando los contenidos, el estudio analiza el sistema del arte español para dar cuenta de cómo no se está cumpliendo la Ley de Igualdad. Más de 90 profesionales del sector, entre artistas, coleccionistas, galeristas, crític@s de arte, comisari@s... han aportado también su perspectiva con opiniones sobre temas como el valor de mercado de las obras, número de mujeres en galerías o efectividad de la ley.
El estudio parte de dos trabajos anteriores sobre los que se apoya y que complementa: el trabajo de investigación La actividad económica de los/las artistas en España, publicado por Pérez Ibáñez y López-Aparicio en 2017; y el trabajo El precio del arte en femenino. La Situación de las Artistas en el Mercado Español del Arte, realizado por Carolina Rodovalho en 2018.
En el monográfico que se presenta ahora ambos trabajos confluyen y se amplían, incluyendo además investigaciones realizadas a nivel internacional sobre algunos de los problemas que caracterizan la actual situación de desigualdad, comparándolos con el contexto español y analizando la evolución que se percibe en los últimos años.
Entre los datos que arroja este estudio (que ha sido posible gracias al apoyo de la Bienal MAV y el Ayuntamiento de Madrid) hay algunos muy importantes a destacar; por ejemplo, si bien en un análisis de los dos últimos años, tanto hombres como mujeres artistas mantienen una proporción de obras vendidas en sus exposiciones bastante equitativa, en las cantidades la diferencia es significativa: casi el 88% de las mujeres vende sus obras por debajo de los 1.000 euros, mientras que entre los hombres este grupo se reduce al 71,1%. Si el precio de la obra es mayor la diferencia se acentúa: las mujeres que venden obras por encima de los 5.000 euros no llegan ni al 1% (0,3%) mientras que los hombres suponen un 2,4%. El estudio permite, por su estructura y distintos capítulos, contrastar estos datos con la opinión de los profesionales, cuya sensación general es que no existen diferencias de cotización entre hombres y mujeres artistas.
La brecha de género se produce, especialmente, a partir de los 30 años: “entre los 20 y los 30 años se produce cierto frenazo en aquellas que deciden tener hijos y que, en muchas ocasiones, encuentran serias dificultades para compaginar su actividad artística y el cuidado de su familia”. De hecho, y a partir de esta brecha, el estudio señala que es casi inexistente el grupo de mujeres artistas que ha cotizado más de 35 años (0,2%). este estudio permite no sólo ver las cifras como algo descontextualizado sino que tienen nombre y apellido, las voces de las artistas dan cuenta de estas dificultades que los datos solamente confirman. Así, la artista Paula Anta señala que “otro problema que dificulta mucho la paridad es la maternidad. En las circunstancias actuales, donde el sistema no respalda a la mujer y dada la precariedad del sistema del arte, tener hijos es arriesgar directamente la carrera artística de una mujer”. Lo mismo apunta la comisaria Tania Pardo: “Probablemente las maternidades han sido, para muchas artistas, muy determinantes en sus trayectorias, muchas han desaparecido porque tenían que cuidar de sus hijos…”.
Es interesante que el estudio indica que, frente al 36,6% de los hombres artistas que mantienen una relación estable con alguna galería, ellas son el 27%; es decir, no llegan ni al 30%. Sin embargo, galerías como Casado Santapau, F2, Juana de Aizpuru o La Caja Negra, entre otras, afirman que su criterio a la hora de elegir artistas es “de calidad” y no de género. Estas afirmaciones siempre me han resultado interesantes porque “la calidad” se usa siempre como respuesta estándar cuando preguntamos por paridad; supongo que damos por hecho que no hay obras mediocres de hombres artistas en ninguna galería… Para lo que sirven estudios como este es, también, para que quienes antes no miraban con perspectiva de género, ahora sí lo hagan, como Miguel Ángel Sánchez de ADN Galería, quien reconoce que antes no pero que ahora sí tiene en cuenta a quién incorpora a su galería: «No, nunca lo tuve; no obstante, actualmente intento tener en cuenta ese tipo de cuestiones. Y de hecho, las próximas incorporaciones serán artistas mujeres para equilibrar en la medida de lo posible».
El estudio, de más de 150 páginas, es una foto fija de la situación de la desigualdad de género en el sistema del arte en nuestro país. Su lectura merece la pena porque nos permite situarnos en el presente y ver los avances de los últimos años (alerta spoiler: la amplia mayoría consideran que ha sido el movimiento feminista y el activismo social el que está provocando cambios en pos de la paridad, y no la Ley 3/2007, que ni se cumple ni penaliza su incumplimiento).
Como señalo en una parte de mi capítulo, ese «espejismo de la igualdad» (que decía Amelia Valcárcel) que planea sobre algunas respuestas no puede sino ser discutido a base de ver los datos, que pese a haber mejorado en los últimos años, siguen siendo muy desiguales. Este estudio pormenorizado, además, abarca cuestiones de diversidad racial, funcional, de clase… y de situación vital de los y las artistas, algunas con hijos, otras mayores, algunas con galería, otras en colectivos… Y es que solamente con una mirada interseccional y amplia a nuestro sector tendremos suficientes argumentos y herramientas sobre la mesa para abordar, en el futuro próximo, un sistema del arte más igualitario y feminista.