Te quiero como se quiere a un desconocido

Hola, querida comunidad,

Echo el cierre temporal en el trabajo por maternidad. Lo de ponerme de parto es cuestión de pocas semanas o de días. Lo de ponerme a parir siempre ha estado más en el tejado de otros. Estas cosas ya no están en las manos de una: ni el parir literal, ni el metafórico. Nos seguiremos viendo en la ventana de las redes sociales. Tal vez en algo más personal, no íntimo, no privado, en lo personal. Ya veré. Es posible que haga lo contrario. Como todas las decisiones que voy tomando, las construyo sobre la marcha, con plasticidad, alegría y dinamismo. Así soy yo.

En realidad cuando pensaba en la forma de despedirme temporalmente y de cómo alguien espera de mí que me despida caí en la cuenta de que en realidad no nos conocemos. La mente idealiza al desconocido y rellena los espacios de la falta de información o certezas con imaginación. El ser humano necesita una línea narrativa coherente para funcionar con normalidad. Somos mitad interpretación de la realidad, mitad ficción. Así que supongo que en cada una de las cabezas de mis lectores o “mi público” soy de una forma u otra. Nos pasa con las parejas, los amigos y los compañeros de trabajo. Hasta con la familia más cercana. “Nunca acabas de conocer a alguien”, se dice. ¿Cómo no nos va a pasar con la gente de una comunidad virtual? Oye, qué interesante reflexión de despedida ¿no?- se dijo ella a sí misma-.

Cuando esas idealizaciones se salen de la línea del dibujo dentro del cual consideramos que se tiene que pintar, aparece la decepción. Pero no te decepciono yo, no te decepcionas tú. Se decepciona la cabeza de quien nos inventó. Si piensas esto de esta forma, te quitas de golpe la necesidad de gustar a todo el mundo y muchos problemas derivados de darte demasiada importancia. A veces es importante decepcionar para ser más libre.

En definitiva en este “hasta luego” no quisiera despedirme. Solo seguir desde otro lugar. Nos vemos pronto. Eso seguro.

Gracias por todo, mis queridos amigos ignotos. Yo también os he idealizado y me gusta sentiros míos. De vez en cuando, pintad fuera de la línea. No olvidéis que os quiero como se quiere a un desconocido.