Surrealismo en la cocina: esta misma historia contada por el restaurante lo cambia todo
Como una novela de aventuras.
Las opiniones que los clientes de los restaurantes dejan en plataformas como Google y TripAdvisor se están convirtiendo casi en un género literario. Dueños y usuarios pelean a menudo por quién lleva la razón y en ocasiones eso genera situaciones surrealistas.
El último ejemplo se puede ver en la página de TripAdvisor del bar La Cuevita, situado en San Bartolomé de Tirajana, Las Palmas. El negocio tiene buena fama en esa plataforma, con una puntuación de 4,5 sobre cinco y la gran mayoría de opiniones lo catalogan como “excelente”.
Sin embargo, este verano un cliente no quedó nada contento y dejó una opinión incendiaria en TripAdvisor. El usuario empieza diciendo que el local es muy caro porque le cobraron 1,30 por una botella de agua con gas pequeña “cuando en todos los sitios de la zona se vende a 0,50€”. Y afirma que pagó 5,20 euros por dos cervezas.
“Le comenté esto de los precios a la dueña y se lo tomó muy mal, llegando a dar gritos porque no le gustó que le diera mi opinión sobre los precios de venta. Nos marchamos del bar y seguimos nuestra ruta con las bicicletas cuando en medio del trayecto un coche por detrás nuestro tocando el claxon y acercándose a nosotros sin mantener la distancia empieza a increparnos...,increíble!!! ERA EL HIJO DE LA DUEÑA DEL BAR!!!”, escribe el cliente.
“Conclusión: pvp caros y esta clase de gente dan como resultado un bar siempre vacío..., y paso por la zona a diario”, concluye.
La respuesta del dueño del local ha llegado y lo curioso es que da una versión completamente diferente de lo sucedido. Comienza asegurando que la mujer no es la dueña del local y afirmando que lo que pidieron no fueron cañas, sino jarras de cerveza de barril marca dorada especial, “una cerveza de calidad y nada barata”.
“Después de escuchar y mirar la imágenes de las cámaras de seguridad, se ve a la chica en todo momento con las manos atrás y muy tranquila. Sin embargo se ve como el Sr. esta muy enfadado, con comentarios de que no sabemos quién es él, que nos cerrará el local, que nos dará mala publicidad en las redes sociales y sobre todo a sus amigos ciclistas”, denuncia el dueño del bar, que asegura que “todo esto gritando de malas formas”.
“Incluso una clienta embarazada salió en defensa de la chica y el Sr. la mandó a callar de malas formas”, prosigue el hostelero, que dice que el coche que les tocó el claxón “no tiene nada que ver con La Cuevita”.
“Informarle que La Cuevita no esta siempre vacía, es un restaurante y funciona muy bien. Incluso en estos momentos difíciles”, remata.