Este es el supermercado más barato de España en el año loco de los precios
La OCU presenta su informe anual sobre supermercados, en el que ha revisado 173.892 precios de 1.180 establecimientos en 65 ciudades. La inflación se deja notar, casi todo sube.
La Organización de Consumidores y Usuarios ya ha hecho público su informe de supermercados 2022, donde determina cuáles son los más baratos, los más caros y cuál es el ahorro que un consumidor puede llegar a tener dependiendo de donde compre. Spoiler: La inflación es implacable y el 95% de los productos ha subido.
Y concretamente un 15,2% de media entre mayo de 2021 y 2022, al mismo tiempo que la capacidad de ahorro baja un 7,3%, siendo la cuantía total del mismo algo menor a los 1.000 euros, y se sitúa en los 994. Lo que desde la OCU afirman que, a pesar de ser un ahorro menor, “gracias a este tipo de informes el consumidor que se esfuerce puede conseguir ese nivel de ahorro”.
Las subidas se han mantenido también durante el verano, concretamente en dos tercios de los productos observados. Como la subida ha sido “lineal”, según la Organización, los productos de la cesta económica ha subido un poco más de ese 15,2%, hasta superar por poco el 16%. Estas subidas son las más altas registradas desde que la organización empezó a hacer sus estudios en 1988.
Los supermercados más caros y más baratos
En el ranking de supermercados más baratos, este año el que mejores índices de precios presenta es el Alcampo de Coia, en la provincia gallega de Pontevedra. En la otra cara de la moneda vuelve a repetir un año más el supermercado de la cadena Sánchez Romero, en el exclusivo barrio de Arturo Soria, en Madrid.
La Comunidad de Madrid, sin embargo, es también la que más posibilidades de ahorro presenta debido a que tiene una mayor concentración de opciones a la hora de decidir dónde llenar la cesta de la compra. Por comunidades, las más baratas para hacer la compra son La Rioja, Extremadura, Galicia y Murcia, mientras que las más caras son Baleares, País Vasco, Canarias y Cataluña.
Por ciudades, las ciudades más baratas son Vigo y Ciudad Real, las más caras, Barcelona, Gerona, Palma de Mallorca, Alcobendas y Madrid. Por cadenas, Alcampo es la que más conviene a los consumidores en 17 ciudades, y Mercadona en 10. Las cadenas más caras son Sánchez Romero, Ulabox, Novavenda y la tienda online de productos de Amazon.
La subida se ha notado especialmente en aceite de girasol, las harinas, mantequillas y margarinas. Para el primero, la OCU señala que la guerra de Ucrania influye, aunque no ha sido el único factor determinante, ya que la escalada en ese aceite ya se empezó a dar en agosto del año pasado. En los peores momentos, en marzo de este año, se llegó a atisbar una paralización industrial a causa de la escasez de este producto.
Este 2022 ha estado marcado por una escalada constante en el Índice de Precios al Consumo, que en agosto situó la tasa de inflación en el 10,5%, un fenómeno que no se circunscribe únicamente a España, sino también a la Unión Europea en su conjunto y a otras potencias económicas como Estados Unidos.
Dia & Go y Mercadona son dos de las que más han subido. Las grandes cadenas a nivel nacional han subido más los precios a nivel nacional, incluidos sus productos de marcas blancas.
Impuestos a los productos básicos
En la rueda de prensa, Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales de la OCU, ha mencionado que igual que se bajan los impuestos a la electricidad, se deberían bajar a los productos básicos, a pesar de que desde la organización son conscientes “de la importancia de los impuestos”.
Con respecto a la cesta de la compra a precios cerrados que propuso la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la directora ha señalado que la propuesta de la OCU pasa llegar a un acuerdo para la compra colectiva de productos básicos a unos precios razonables, siempre con “contención”, como se hace “en otros países europeos”.
El panorama ha sido definido por la organización de consumidores como “pesimista”, ya que mientras sigan aumentando “los costes de producción” y de la energía y los combustibles, no puede esperarse una relajación notable en la factura final a la hora de pasar por caja.