Sopa a los girasoles de Van Gogh y hachazos contra Velázquez

Sopa a los girasoles de Van Gogh y hachazos contra Velázquez

El ataque de este viernes en la National Gallery es un episodio más dentro de la tradición iconoclasta con reivindicación social.

Si hay que reventar con sopa de tomate una obra icónica de la historia del arte, se revienta. Algo así debieron pensar las dos jóvenes activistas que han atacado el cuadro de Los Girasoles de Van Gogh este viernes en la National Gallery de Londres. Se suman de esta manera a una larga tradición de reivindicativa que pasa por escandalizar al personal, aunque sea a costa de destrozar el patrimonio artístico.

Una costumbre que, además, no peca de pasar por horas bajas. El pasado mes de mayo, un hombre le plantó un tartazo en los morros a la Gioconda en el Museo del Louvre de París. La reivindicación: nuevamente la protección del medio ambiente frente a la emergencia climática.

En aquel caso, lo pintoresco fue más allá, el activista iba con una peluca y en silla de ruedas, simulando algún tipo de discapacidad. Cuando llegó a la altura del cuadro de Da Vinci, cual Lázaro resucitado se levantó y culminó su plan.

Y aún más cercano en el tiempo está el ataque contra ‘Masacre en Corea’, un cuadro de Picasso expuesto en Melbourne. Ocurrió este 9 de octubre cuando dos activistas pegaron sus manos con pegamento a la cubierta que protegía el cuadro.

En el ataque de este viernes las activistas han intentado también pegar sus manos con pegamento a la pared. Entre todos, están creando escuela.

Hachazos contra Velázquez

  El cuadro de Velazquez, 'La Venus frente al espejo', tras el atentado que sufrió en 1914barbararosillo.com

Esta corriente activista es recurrente desde hace más de 100 años. A principios del siglo XX, concretamente en el año 1914, la activista sufragista Mary Richardson la emprendió a hachazos contra La Venus del Espejo que, curiosamente, también está en la National Gallery.

¿El motivo? La detención el día anterior de una de sus compañeras, también militante del movimiento a favor del voto femenino, Sylvia Pankhurst, según relata la doctora en Historia del Arte Barbara Rosillo en su blog. Años más tarde, el activismo llevaría a Richardson a ser candidata al parlamento por la Unión Fascista Británica. Las vueltas de la vida.

La obra sufrió profundos cortes, que no fueron completamente restaurados hasta el año 1965, cuando se eliminaron algunos barnices. Fue un proceso no exento de críticas, ya que la limpieza fue excesiva y dañó parte de los repintes originales del cuadro, pero esa es otra historia.

A estos atentados siguieron otras formas de protesta que si bien no tenían la misma pulsión iconoclasta, también buscaban visibilizar causas sociales a través de sus acciones.

  Cartel de protesta del colectivo Guerrilla Girls.RTVE

Es el caso del colectivo Guerrilla Girls, fundado en EEUU entre los años 70 y 80 por mujeres artistas contra la marginación que sufrían las creadoras en el mercado del arte. Estaban hartas, denunciaban, de que las únicas mujeres que estuvieran dentro de los museos fueran las modelos desnudas de los cuadros pintados por hombres.

Sus acciones se basaban en la colocación masiva de carteles y la organización de actos reivindicativos. Sus demandas, en poco tiempo, acabaron por extenderse a la industria de la televisión, el cine o la literatura.

La provocación y el arte, enseña de la modernidad

La búsqueda del escándalo como reivindicación desde el mundo artístico es una de las enseñas del arte moderno, y que no solo se circunscribe a la pintura. Los primeros que hablaron a las claras de que el arte debía “Escandalizar al burgués” (Épater le bourgeois, en francés) fueron los escritores galos Boudelaire y Balzac, a finales del Siglo XIX, cuando la pintura impresionista y expresionista comenzaban a abrirse paso.

Entre esa hornada de pintores que nacieron al calor de ese espíritu estaba Van Gogh, que ha pasado de ser un escándalo a objeto del mismo. Si bien es cierto que Van Gogh pudo escandalizar a poca gente, ya que apenas recibió atención, como muchos de sus contemporáneos, por parte del mercado.

Mientras vivió, atormentado por graves problemas de salud mental, solo vendió un cuadro. Si levantara la cabeza, y viera el revuelo creado en torno a su obra, cuyo cristal protector fue embadurnado con salsa de tomate este viernes, quizás sonreiría un poco.

  Una de las activistas autoras del ataque, tras ser detenida por la policía.Martin Pope via Getty Images