Sin complejos
Ayuso premia con puestos en el Gobierno a quienes tienen el peor historial posible para la ciudadanía madrileña.
La vuelta del aguirrismo sin complejos. En eso consiste el proyecto del Gobierno del PP y Cs con el apoyo y la influencia de Vox. Desde que a Díaz Ayuso PP y Cs la hicieron presidenta en agosto, hemos visto lo que tiene para ofrecer a los madrileños y madrileñas; comprobando que al PP de Madrid le quedan pocas personas libres de una futura imputación, sólo hay que ver que tuvieron que esperar a conocer la lista completa de imputados de la Púnica y ni con esas se libraron: algunos de los nuevos también han tenido que dimitir recién nombrados.
El “aguirrismo sin complejos” de Ayuso premia con puestos en el Gobierno a quienes tienen el peor historial posible para la ciudadanía madrileña: Lasquetty conocido por privatizar y degradar la sanidad pública, quien tuvo que dimitir gracias a las luchas de Marea Blanca; Dancausa, condenada por el Tribunal de Cuentas tras el regalo de la vivienda pública a fondos buitre como Blackstone; Enrique López, un juez cuyo alineamiento con el PP en casos de corrupción como Gürtel y Bárcenas le valió ser apartado de los mismos; David Pérez, un homófobo y machista famoso por su incontinencia verbal; Miguel Abellán, torero que se quedó sin su escaño en el PP tras los resultados de las generales; o Pedro García Aguado que alardeaba hace poco tiempo de “domar canis y chonis” y cuya trayectoria televisiva consiste en hacer estallar a adolescentes con vidas rotas para alimentar el morbo televisivo y con ello el beneficio económico. Y así podríamos seguir con la lista de los altos cargos de este Gobierno de los peores.
Un Gobierno que no disimula tampoco en lo que se refiere a su propia estructura, en la que aumenta sin complejos el número de consejerías y de altos cargos (y esto lo hacen los supuestos del recorte en el gasto público) pero que luego amenaza con cerrar Telemadrid, al dictado de Vox, que ya lo propuso en campaña, y ello con el irrisorio argumento de que “hay que recortar gasto público”. Y esto mismo lo dice, sin complejos, la que fue responsable del ERE de Telemadrid, un ERE que se declaró ilegal y que dejó a 800 personas en la calle.
Tampoco muestra complejos en sus intenciones respecto a la educación, al crear una Dirección General de Educación Concertada, la cual, suponemos, tiene como objetivo desviar hacia ella fondos de la pública para así degradarla aun más, y seguir ahondando la brecha de segregación educativa en la región más rica del país, pero la tercera más segregada a nivel europeo después de Hungría, y que crece tres veces más que la media del resto de comunidades autónomas.
Un Gobierno que ha comenzado al más puro estilo “PP”, sin dar explicaciones de nada, porque el asunto de AvalMadrid no es un escándalo más sino la constatación evidente de la manera en que el Partido Popular patrimonializa lo público en su propio beneficio cuando gobierna; no sólo en beneficio del partido, como ocurre en los casos de financiación ilegal, sino también en el beneficio particular de muchos de sus dirigentes: dinero público que va directamente a su bolsillo privado. Y si no que se lo digan a Ayuso y al piso que le hemos regalado todos los madrileños y madrileñas.
La presidenta ha entregado la dirección de AvalMadrid a una persona de Ciudadanos que ahora, cumpliendo con su deber, debería exigirle que devuelva el piso por el que no ha pagado y que salde así su deuda con la ciudadanía. No parece que Ciudadanos, un partido que se autonombraba regenerador de la política institucional, vaya a cumplir ahora otro papel que el de cómplice del Partido Popular y que el señor Aguado vaya a ser otra cosa que un fiel escudero de Díaz Ayuso, más aun de lo que lo fue de Cristina Cifuentes.
Y en vez de dar explicaciones de su comportamiento, Díaz Ayuso insiste en devaluar el feminismo haciéndose la víctima de una especie de complot machista contra ella. Simple y llanamente por exigirle responsabilidades políticas de su comportamiento.
Es curioso que la misma presidenta que no ve discriminación en nada, apele a la igualdad cuando se ve compelida a dar explicaciones políticas por comportamientos, como poco, presuntamente delictivos. Las feministas le exigimos que deje de utilizar el feminismo para su propio interés, y que recuerde que ser feminista es defender una práctica política democrática y unas políticas públicas que garanticen la igualdad y los derechos de las mujeres. Lo contrario a lo que lleva tanto tiempo aportando su tiempo.
La misma historia de siempre: una cadena de tratos de favor a sus amigos mientras que la ciudadanía es maltratada con la degradación de los servicios públicos y el encarecimiento de los mismos. El caso de los masters de la Universidad Rey Juan Carlos es paradigmático: masters regalados a los dirigentes del partido a costa de devaluar los títulos por los que han esforzado la inmensa mayoría de los estudiantes y que tanto les ha costado pagar. A esto se debe referir Díaz Ayuso cuando nos habla de “libertad”.
El aguirrismo del PP se extiende ahora a Cs con sus políticas de degradación de lo público y con la corrupción, pública y privada, que le es inherente. Esperamos que sea posible poner en marcha un gobierno de coalición entre UP y PSOE en el Estado para hacer lo contrario de lo que hace en Madrid el trifachito: defender los derechos humanos, defender los servicios públicos, llevar a cabo una transición ecológica. Estamos dispuestas a resistir estas políticas junto con los profesionales de la sanidad pública que se movilizan frente a los abusos de las empresas como Quirón, junto a las familias que se movilizan contra el abandono de los centros públicos de educación, junto a los empleados forestales que han declarado huelga indefinida por su condiciones laborales y por la mala gestión de la prevención de incendios. Junto con la ciudadanía organizada y movilizada recordaremos que hay otro Madrid que no se parece en nada a sus gobernantes y que con este otro Madrid hay y habrá siempre esperanza.