Siete cosas que puedes hacer si estás hasta las narices de la pandemia
Herramientas para esos momentos en los que sientes que estás al límite.
Después de convivir con el coronavirus durante un año, muchas personas están comprensiblemente agotadas, desanimadas e irritadas. Teniendo en cuenta el desgaste continuo y el estrés laboral, político, social, económico y sanitario que genera el virus, no es de extrañar que haya empezado una crisis de salud mental.
“Tu productividad de antes de la pandemia no es la misma que ahora”, señala Branden Crawford, experta en terapia conductista cognitiva del centro Kaleidoscope Family Therapy.
“Aunque ya llevemos un año de pandemia, no pasa nada por recordar que no tienes por qué rendir igual que antes del coronavirus. Sé consciente de dónde estás y sé amable contigo”.
Entonces, ¿qué puedes hacer en esos momentos en los que sientes que estás al límite? Esto es lo que recomiendan los expertos:
Quizás lo que más te afecta es estar aislado de tus amigos o el hecho de seguir medio atrapado en casa desde hace meses. O tal vez lo peor sea tener que trabajar desde casa mientras cuidas de tus hijos. O igual es otra cosa totalmente distinta.
“Una vez que identificas lo que más te está estresando, ya estás en disposición de tomar medidas para solucionarlo”, explica Samantha Elkrief, psicóloga y asesora de salud.
Céntrate en gestionar el factor estresante. Por ejemplo, si necesitas un respiro de la constante compañía de tu familia, tal vez podáis poneros de acuerdo para que te dejen una habitación para ti solo a partir de ciertas horas.
“Uno de mis pacientes se turna con su esposa porque ambos necesitan pasar un rato solos después de toda una semana teletrabajando, cuidando de sus hijos y ayudándoles con los deberes”, comenta Elkrief.
Si lo que buscas es volver a socializar para sentirte conectado con alguien, planifica una actividad online con alguno de tus amigos o familiares, a poder ser haciendo algo distinto de lo que hacíais durante el confinamiento.
“Mis amigos y yo nos lo pasábamos genial en Zoom, pero, después de varios meses, nos cansamos de las videollamadas”, explica Nicole O-Pries, psicóloga especializada en la comunidad LGTBQ+. “En vez de enterrar para siempre las videollamadas, decidimos apuntarnos a la misma clase online de arte. Nuestra amistad se nutría mientras probábamos juntos algo nuevo y emocionante”.
Es probable que falte placer en tu vida últimamente, y no, no se trata solo de sexo (aunque eso cuenta, claro). Por placer hay que entender cualquier experiencia que te haga sentir bien y te ayude a saborear el momento.
“Reflexiona y califica del 1 al 10 el nivel de placer que tienes en tu vida”, propone Lauren Donelson, escritora y estudiante de psicología. “Piensa en todo lo que puedes hacer para aumentar ese número. Por ejemplo, si normalmente te das una ducha rápida, aprovecha para darte una ducha un poco más larga o un baño relajante de vez en cuando, si eso te va a ayudar a pasar del 5 al 6″.
La rutina que adoptaste al inicio de la pandemia quizás te sirvió para estructurar esas primeras semanas de confusión, pero ahora, lo más probable es que hayas caído en la monotonía, y eso agrava tu estrés y tu apatía.
“Si puedes, modifica uno o dos aspectos de tu rutina para que entre algo de aire fresco en tu vida”, recomienda Donelson. “Por ejemplo, si siempre tomas café en casa, empieza a ir a una cafetería de vez en cuando. Una pequeña novedad ayuda más de lo que piensas”.
Ahora que la vacunación está en marcha, por fin hay luz al final del túnel. Todavía queda mucha pandemia por delante y no conviene bajar la guardia, pero sí puedes empezar a planificar lo que te gustaría hacer cuando vuelva a ser seguro.
“Tal vez puedas ir de vacaciones con tu pareja o tus amigos en verano”, señala O-Pries. “O puedes empezar a ahorrar específicamente para ese futuro viaje que tuviste que cancelar el año pasado”.
O-Pries también aconseja establecer recordatorios para ir generando expectativas sanas:
“Esta situación es temporal y no viene mal contar con recordatorios visuales que te ayuden a tenerlo presente”.
Dormir es fundamental para la salud física y mental, pero el descanso va más allá de las horas de sueño que cosigues cada noche. Según la médica e investigadora Saundra Dalton-Smith, existen siete tipos de descanso: descanso físico (como dormir o hacer estiramientos), descanso mental (como tomar pequeños respiros en el trabajo), descanso sensorial (como apagar todas las pantallas y luces de tu entorno), descanso creativo (como observar la naturaleza o escuchar tu música favorita), descanso emocional (como ser sinceros y decir no cuando no te apetece hacer algo), descanso social (como limitar tus interacciones con personas que te agotan) y descanso espiritual (como rezar o meditar).
“Con el agotamiento que provoca la pandemia, necesitamos nuevas formas de descansar más allá de respirar hondo y dormir”, sostiene la consejera Dara Bu Elliott, de Wellspace SF.
Reflexiona sobre los tipos de descanso que más falta hacen en tu vida. Si piensas que necesitas más descanso físico, apúntate a una clase de yoga en vez de salir a correr por las mañanas. Si necesitas más descanso sensorial, reduce las luces, cierra el portátil y siéntate unos minutos en silencio en el sofá cuando acabes la jornada laboral.
Intenta recordar qué es lo que te hacía ilusión cuando eras un niño. ¿Qué puedes hacer para incorporar esa parte de tu infancia a tu vida adulta?
“Si te gustaba jugar a fútbol en el recreo, cómprate un balón y ve al parque a jugar. A mí me encantaba tocar el piano y durante la pandemia he retomado la afición. Mi niña interior lo disfruta mucho”, expone Donelson.
Introduce más experiencias de este tipo a lo largo de la semana.
“Estas experiencias positivas del pasado son el combustible que necesitamos para superar individualmente la pandemia”, sostiene Crawford.
Si la pandemia es superior a tus fuerzas y no haces nada al respecto, puedes acabar sufriendo depresión clínica u otros problemas de salud mental. Si es tu caso, es muy recomendable que hables con un profesional de la salud. Un primer paso puede ser acudir a tu médico de cabecera para que evalúe qué clase de atención psicológica o psiquiátrica necesitas, pero la consulta con el psicólogo se puede retrasar por la saturación actual. Si no quieres esperar, tu propio médico de cabecera te recomendará otras opciones o puedes buscar psicólogos independientes en directorios por internet y en asociaciones, como la Cruz Roja u OmniDoctor.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.