Siete consejos para enfrentarte a tu primer bautizo
Lo primero: ten muy claro qué haces un domingo por la mañana en una iglesia (en vez de sobreviviendo a la resaca en la cama).
Un nuevo bebé ha llegado al mundo y los padres de la criatura quieren organizar una fiesta (porque son padres, pero no tontos) y han decidido invitarte. ¡Felicidades!
Pero tú, que no has ido a ningún bautizo en tu vida (quizá al tuyo, pero tienes el recuerdo borroso), no sabes ni por dónde empezar. Porque se trata de un evento que puede convertirse en algo MUY embarazoso (¡toma broma fina!) si no sabes comportarte. Aquí, unas claves.
- No te vistas como si fueras a pisar una alfombra roja
Antes de sacar la tarjeta de crédito, recapacita: ¿Te vas a encontrar a Brad Pitt junto a la pila bautismal? Si la respuesta es no, busca un modelito discreto. Si la respuesta fuera sí, por favor, ¡llévame contigo!
El bautizo es un evento de carácter semiformal que suele celebrarse de día, así que la clave es buscar looks con un toque chic pero discreto: los protagonistas de ese día son el bebé, sus padres y sus padrinos.
- Que NO se besen los padrinos
En los bautizos no hay cánticos. Del Alabaré, alabaré de la Iglesia se pasa a los Cantajuegos, así que ni se te ocurra coger la servilleta y comenzar a jalear a los padrinos de la criatura para que unan sus labios.
- No te acerques a la barra libre (porque no hay)
Quizá el punto más delicado y peliagudo de cualquier bautizo. ¿Banquete? Sí. ¿Barra libre? No.
- No te encantan los bebés. Punto
¿En alguna boda te has has puesto a dar una charla sobre que tú no crees en el amor y que estás segura de que los novios acabarán divorciándose? Pues lo mismo con los bautizos. Si no te gustan los niños y crees que ser madre es muy duro, no tienes por qué comentarlo ese mismo día.
- De "un bautizo no sale otro bautizo"
La expresión "De una boda sale otra" no se debe extrapolar al mundo de los bautizos. Lo que nos lleva al siguiente punto...
- No ligues
Si en las bodas lo más normal es que la muchachada soltera se reúna en torno a la barra libre mientras los mayores miran, en los bautizos no. Más que nada porque no hay barra en la que apoyarse.
- Disfruta
Piensa que un bautizo (y sí, vamos a ponernos ñoños) es el momento de celebrar la vida. ¡Y qué mejor que hacerlo disfrutando!
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