Si odias las glorietas, vas a flipar cuando veas cómo funciona la llamada 'rotonda mágica'
Verla y morir.
Las rotondas son unos de los elementos de las carreteras que más discusiones provocan. Todo el mundo cree saber cómo hay que comportarse en ellas, pero lo cierto es que en ellas se ven continuamente graves infracciones que pueden provocar accidentes.
Todo ello a pesar de que a España todavía no han llegado las ‘rotondas mágicas’. Con este nombre se denomina una glorieta que se construyó en los años 60 en la localidad británica de Swindon y que es una absoluta locura.
En realidad se trata de siete rondas agrupadas en una y, pese al aparente caos que destila, esta peculiar rotonda fue la solución perfecta que encontraron en la ciudad para acabar con los terribles atascos que se formaban en esa zona. Y lleva décadas funcionando.
Según se explica en Autocasión, la primera solución que se pensó para la zona, en la que confluyen cinco calles, fue realizar cruces a distinto nivel. Pero tras consultar al British Transport Research Laboratory se llegó a la conclusión de que la mejor alternativa era añadir rotondas más pequeñas en las vías de acceso a la principal.
Lo que más en cuenta hay que tener a la hora de circular por allí es que en la rotonda central, la grande, se gira sentido contrario al de las agujas de un reloj, mientras que en las pequeñas y en la exterior se hace en sentido horario.
De esta forma los coches no dejan de girar y la rotonda mágica es capaz de absorber una densidad de tráfico de hasta 6.200 coches por hora.