Serbia y Kosovo, sin avances en su cara a cara ante la UE para rebajar tensiones
“Han entendido que no hay alternativa al diálogo para resolver este problema”, afirma el representante de Bruselas, pero nada más. La crisis de las matrículas se mantiene.
Los líderes de Serbia, Aleksandar Vucic, y de Kosovo, Albin Kurti, no lograron este jueves ningún avance sobre el conflicto por la decisión de Pristina de prohibir documentos de identidad y matrículas serbias en su territorio, que ha elevado la tensión entre ambos territorios y causado preocupación en la comunidad internacional.
Los mandatarios serbio y kosovar se vieron cara a cara por primera vez en un año junto al alto representante de la Unión Europea (UE) para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en una nueva edición del diálogo entre Belgrado y Pristina que auspicia la Unión Europea en busca de una normalización de las relaciones entre Serbia y su antigua provincia.
El objetivo de esta reunión era rebajar las tensiones después de que Pristina anunciara la puesta en marcha de una prohibición del uso de documentos de identidad y matrículas de Serbia en su territorio, lo que provocó bloqueos de los pasos fronterizos y las carreteras en el norte de Kosovo y un aumento de la fricción sobre el terreno a finales de julio.
“Desafortunadamente, hoy no llegamos a ningún acuerdo pero este no es el final de la historia. Ambos están de acuerdo con que el proceso debe continuar y las discusiones seguirán en los próximos días. Aún hay tiempo hasta el 1 de septiembre, yo no me rindo”, explicó Borrell en una declaración a la prensa tras su encuentro conjunto con ambos líderes y sendas entrevistas bilaterales con los dos.
El diálogo promovido por la UE, cuya última reunión había tenido lugar en junio de 2021, ha facilitado escasos avances hasta el momento, a excepción de algunos acuerdos puntuales, pese a que fue un formato abierto por ellos mismos en 2011 y que es clave en sus aspiraciones de entrar al club comunitario.
El encuentro de este jueves, en el que participó también el representante especial de la UE para el diálogo entre Belgrado y Pristina, el diplomático eslovaco Miroslav Lajčák, no fue una excepción, si bien Borrell aseguró que ambos mandatarios “han entendido que no hay alternativa al diálogo para resolver este problema” y tildó la reunión de “una de gestión de crisis”.
“Ciertamente hay diferencias entre ellos sobre cuál será el estado final de las relaciones entre Kosovo y Serbia, pero han acordado continuar el diálogo de manera regular para acelerar la normalización”, apuntó Borrell, que insistió en que “es el momento de buscar soluciones y resolver problemas enquistados”.
En el conflicto por los documentos y las matrículas, Pristina acabó accediendo a posponer un mes la entrada en vigor de las medidas -hasta el 1 de septiembre-, pero las fricciones pusieron en alerta a la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, que ha reiterado que su misión de mantenimiento de la paz en Kosovo hará “lo que haga falta” para evitar una escalada del conflicto.
El principal objetivo de esta fuerza multinacional, compuesta por más de 3.700 militares de 27 países aliados y socios, es mantener un entorno seguro y garantizar la libertad de movimiento de todas las comunidades que viven en Kosovo.
Tanto la OTAN como Bruselas han advertido también a Kurti y Vucic sobre los peligros de una retórica incendiaria, después de que el presidente serbio haya acusado a su homólogo kosovar de estar preparando la matanza de serbios del norte de su país y el primer ministro de Kosovo haya evocado la posibilidad de que Serbia le declare la guerra.
Borrell volvió a recalcar que ambos serán considerados responsables si la situación continua empeorando sobre el terreno y subrayó su deber de “buscar soluciones de buena fe y asegurando que prevalece la paz y la estabilidad” en Kosovo.
“Esto está pasando en un momento crítico para Europa, cuando vemos el retorno de la guerra a nuestra continente tras la invasión rusa de Ucrania. Enfrentamos un momento dramático y muy peligroso para nuestro continente y este no es un momento para incrementar tensiones”, incidió Borrell.
En la tarde del miércoles, Vucic y Kurti se entrevistaron por separado con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien reiteró la disposición de la misión aliada para contribuir a rebajar la tensión y remitió a los líderes al diálogo con Borrell para resolver sus diferencias.
Kosovo, autoproclamada independiente en 2008, ha sido reconocida como tal por EE.UU. y la mayoría de los socios de la UE, aunque no por Rusia, China, India, Brasil o España.