Seis cosas que aprendimos sobre salud mental en 2022

Seis cosas que aprendimos sobre salud mental en 2022

Lecciones que hemos extraído de los encuentros de El HuffPost 'Con la salud en mente'.

63a5833d1f00002f0059db40Malte Mueller via Getty Images

La pandemia supuso una apertura de ojos generalizada sobre la importancia de la salud mental, y de ahí nació la iniciativa de El HuffPost Con la salud en mente: encuentros en directo con psicólogos y psiquiatras a los que trasladamos las dudas e inquietudes de nuestros lectores sobre distintos temas.

Este 2022, segundo año que los hemos celebrado, éstos han ido desde cómo lidiar con el estrés hasta cómo reconocer una relación tóxica, pasando por qué hacer ante el miedo que nos han producido situaciones extremas que hemos vivido en los últimos meses.

En todas las ediciones hemos aprendido mucho de la mano de los profesionales que, de manera altruista, nos han acompañado. Estas son algunas de las muchas lecciones que han dejado este año: 

Cómo saber cuándo ir al psicólogo y cómo elegirlo 

“Si uno se está preguntando si debe ir al psicólogo o no, es un buen motivo para consultar y pedir una sesión”, comentó Sergio García Soriano en el encuentro monográfico sobre dudas a la hora de ir al psicólogo.

“Del mismo modo que uno va al dentista, puedo ir aunque no me pase nada para hacerme una pequeña revisión”, explicó. Además, puede haber síntomas que lo hacen aconsejable, como tener ansiedad. Como recalcó, además es más probable que el pronóstico sea favorable si no se llega “con el agua al cuello”: “Es mejor acudir cuando veo señales de alarma”. 

Desmontó además el mito del diván, aunque haya algunos profesionales que sí lo tengan: “Generalmente son dos sillones, dos personas, que hablan y conversan tranquilamente”. “Lo que uno se va a encontrar es a una persona que le escucha, que le atiende, que lo escucha y que quiere lo mejor para el otro con sus conocimientos”, incidió sobre qué se puede esperar cuando se va a consulta con un profesional de la salud mental.

Salud mental y colectivo LGTBI

En el encuentro especial celebrado con motivo del Orgullo, las psicólogas Ana Adán y Paloma Salamanca se centraron en los problemas de salud mental que afectan especialmente al colectivo y dieron las claves de en qué fijarse a la hora de buscar psicólogo.

“Formación en terapia afirmativa y conocimiento de las realidades que vive el colectivo. ¿Sin formación se puede atender al colectivo? Sí, pero igual no tan específicamente o con tan buen resultado como con ella”, defendió Adán.

Salamanca, además de esa formación, buscaría “a ser posible también la experiencia en el trabajo con el colectivo”. “Creo que debe ser una persona capaz de proporcionar un espacio libre de prejuicios, sin ideas preconcebidas y, a ser posible, que haya hecho un trabajo personal acerca de su identidad, de su orientación, de su expresión de género, y algo que es inherente a todos los psicólogos: persona cálida, que sepa escuchar, que no enjuicie, que pueda ponerse en la piel del otro”. 

Qué es una relación tóxica

“El amor no duele” fue una de las principales conclusiones de la edición dedicada a las relaciones tóxicas. David Gómez las definió como “un patrón relacional en el que estoy sufriendo, entendiendo que las relaciones no tendrían que tenerse para sufrir, sino para que nos sumen y nos aporten”.  

Por su parte, María Ros explicó que “una relación tóxica tiene dos componentes, un sufrimiento y un dolor —cuando el amor duele, y no debería ser así— y un enganche —a pesar de ese dolor, me mantengo ahí—. Suelen ser tormentosas y cuesta salir de ellas”. 

A la pregunta de si estar en una relación tóxica eso implica que la otra persona sea tóxica, ambos se mostraron cautos. “No tiene por qué”, contestó Gómez. “Podemos definir esa relación tóxica como un patrón relacional, lo que está en medio de las dos personas, cuyo intercambio de conductas se podría etiquetar como algo tóxico, pero hay que tener mucho cuidado a la hora de hablar de personas tóxicas. Puede que la otra persona tenga un patrón conductual desadaptado por historia de aprendizaje o porque no está sabiendo gestionar bien sus emociones o ciertas situaciones, independientemente de que luego pueda haber personas manipuladoras o maltratadoras”, agregó.

Ros puso el ejemplo de algunos padres sobreprotectores: “La sobreprotección viene del amor, del deseo de que tus hijos no sufran y de que no tengan conflictos, pero ese patrón de comportamiento, esa forma en la que vinculas con tu hijo le hace flaco favor”.

“Hay que saber distinguir lo que es la conducta de lo que es la persona tóxica. Muchas veces podemos caer en formas de vinculación como muy idealizadas, una actitud muy paternalista, que no viene de querer hacer daño, viene del amor, pero ciertamente es tóxico y puede generar riesgos y conflictos dentro de la pareja”, subrayó.

No tener miedo al miedo

Vivir una pandemia, el estallido de la guerra en Ucrania y una crisis energética ha hecho aflorar una emoción a nivel colectiva: el miedo.

“Es algo que necesitamos para nuestra supervivencia. Nos permite funcionar y tiene esa función principal y adaptativa. Gracias a la función del miedo estamos donde estamos ahora mismo el ser humano ha evolucionado e incluso ha afinado muchos recursos para afrontar situaciones”, definió Arancha Santos.

“Es una emoción, no tendría por qué convertirse en ningún problema. Otra cosa es cómo hemos aprendido a relacionarnos con el malestar”, apostilló.

Cómo manejar el estrés

“Es importante tomarse el tiempo de desconexión como si fuera una medicina. Hay tiempos para trabajar y tiempos para vivir”, recalcó Ana Belén Medialdea ante distintas consultas que llegaron sobre el estrés.

“En los casos de teletrabajo, una de las cosas que puede ayudarnos para poder salir de casa es tomar las rutinas antiguas que teníamos cuando íbamos a la oficina: levantarnos a la misma hora y, si tenemos que darnos una vuelta a la manzana, como si estuviésemos simulando ese camino al trabajo, lo hagamos”, recomendó, además de intentar buscar “aunque sean 10-15 minutos para hacer cosas que no tengan que ver con el trabajo”. 

Para Miguel Ángel Rizaldos, “no se trata de no tener estrés, sino de tener herramientas para manejarlo”: “El estrés es lo que viene de fuera y la ansiedad lo que sentimos nosotros”.

“Hay dos cosas que descuidamos cuando tenemos estrés, que son el ejercicio, el movernos, y el descanso, que son superimportantes para nuestro bienestar ”, insistió, además de el tener “fuentes de satisfacción” de cosas que nos gusten.

Ver la adolescencia como una oportunidad

“Muchas veces vemos la adolescencia como un problema, pero hay que verla como una oportunidad. Es un momento de máximo aprendizaje, creo que lo que tenemos que hacer los adultos es acompañar en esos momentos, sobre todo en el tema de la autoestima”, subrayó precisamente Rizaldos en la edición dedicada a esa etapa vital.

Iris Pérez Bonaventura la definió como de “elevada vulnerabilidad en la salud mental porque al final están experimentando muchos cambios tanto físicos como emocionales”.  “A nivel social también es una época difícil en la que tienen mucha presión para encajar en el grupo de amigos y a nivel de autoestima tienen mucha inseguridad. Es un momento de muchos miedos, pero también en el que quieren hacer muchas cosas —viajar, aprender, conocer gente nueva...— y de más responsabilidades. Y viven su primer amor, su primer examen complicado, o la primera saluda nocturna con amigos o la primera negociación con los padres”, resumió.

Por eso, “según cómo vayan configurando estos momentos, se configurará su personalidad y quién van a ser de adultos”.

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