Ocho de los niños atrapados en la cueva de Tailandia, rescatados
Se recuperan "sin problemas" de las dos semanas bajo tierra.
La pesadilla está muy cerca de acabarse en Tailandia: este lunes cuatro niños han sido rescatados de la cueva de Tham Luang, según medios locales. Los menores se suman a los otros cuatro que han sido rescatados el domingo y que se encuentran fuera de peligro en el hospital provincial de Chiang Rai.
Las autoridades sanitarias de Tailandia han confirmado que los ocho niños rescatados hasta ahora se "recuperan" y no sufren problemas de gravedad. Los doctores han analizado la sangre y los pulmones de los menores, además de inyectarles suero y vacunas para mejorar sus defensas.
De esta manera, en el interior de los túneles de la cueva tan sólo quedarían cinco personas atrapadas, entre las que presumiblemente se encontraría el entrenador. Las labores continúan y no se descarta que este lunes puedan salir al exterior más niños.
Un equipo de buzos ha vuelto a entrar en la cavidad a las 6 de la mañana (hora peninsular) con el objetivo de proseguir con las labores de rescate interrumpidas durante aproximadamente 14 horas para que los miembros de salvamento repusieran las bombonas de aire comprimido utilizadas el domingo y revaluar las condiciones en las inundaciones parciales de la cavidad, ubicada en la norteña provincia de Chiang Rai.
Dos de los niños rescatados el domingo muestran leves irregularidades en su respiración, por lo que los facultativos sospechan que pueden sufrir de un principio de neumonía. Los cuatro primeros llegaron con signos de hipotermia. Otro de ellos tiene un pequeño corte en la pierna derecha.
"Se está alimentando a los niños con comidas suaves y de fácil digestión", indicó el doctor Jetsada, al incidir en la pérdida de peso de los chavales. Ninguno tiene fiebre y se les está dando apoyo psicológico. El facultativo incidió en que los ocho continuarán ingresados al menos una semana más.
Los chicos rescatados aún no han podido tener contacto directo con sus familiares, quienes han tenido que verlos a través de un cristal para prevenir que les pudieran contagiar alguna enfermedad debido al débil sistema inmunológico de los rescatados.
"Echamos de menos nuestra casa" y "estamos felices", son algunas de las primeras palabras que dijeron los escolares, de entre 12 y 14 años, al llegar al centro sanitario.
Tailandia y el mundo entero esperan un final feliz para estos 12 niños y su entrenador de 25 años que permanecen atrapados desde el 23 de junio, un accidente que ha llevado a esta zona a cientos de periodistas de medios extranjeros.
Las precipitaciones que desde altas horas de la madrugada continúan sin cesar en la región son una de las principales preocupaciones de las autoridades, debido a que el agua filtrada por el monte puede volver a inundar las galerías y anular el drenaje efectuado.
Equipos militares se encuentran en el exterior de la montaña con la tarea de bloquear la entrada de agua hacia los túneles subterráneos.
La lluvia monzónica que amenaza con más inundaciones en esta compleja red subterránea, de unos diez kilómetros de largo, es el principal desafío para los socorristas, que temen nuevas precipitaciones antes de que logren sacar a todo el grupo.
El equipo de fútbol "Jabalíes salvajes" pasó nueve días en las profundidades de la cueva antes de que dos buzos británicos los encontraran la semana pasada. Demacrados pero vivos, los menores estaban encaramados en una roca, a más de cuatro kilómetros de la entrada de la cueva.
El domingo, la compleja operación de rescate empezó con éxito al salvar a cuatro de ellos, gracias al trabajo de buzos experimentados que los guiaron a lo largo de un camino tortuoso, con tramos inundados y pasadizos muy estrechos, especialmente uno en el cual es necesario contorsionarse y que es la pesadilla de la célula de crisis.
Bautizados por las redes sociales como "Jabalíes salvajes 1, 2, 3 y 4", los cuatro niños están "a salvo", según ha anunciado este domingo por la noche el jefe de rescate tailandés, Narongsak Osottanakorn, sin ofrecer detalles sobre el estado de salud ni la identidad de estos primeros evacuados.
"Hemos estado trabajando toda la noche", ha declarado a la agencia AFP un funcionario de la administración de esta provincia, confirmando que sólo han hecho una pausa en la operación.
Esta falta de detalles se suma a la angustia de los padres que esperan en la entrada de la cueva para reunirse con sus hijo.
"Todavía estoy esperando aquí en la cueva, cruzo los dedos para ver si mi hijo estará entre los que saldrán hoy", ha dicho Supum Sompiengjai, la madre de Pheerapat, a quien llaman "Night".
"Escuchamos que hay cuatro niños pero no sabemos quiénes son. Varios padres siguen esperando. Ninguno de nosotros ha sido informado de nada", ha agregado al reconocer que está "feliz" ante la perspectiva de volver a ver a su hijo.
Los niños, sin experiencia
Además de las dificultades a lo largo del recorrido que hay que hacer bajo del agua, la situación se complica por el hecho de que muchos niños no saben nadar y ninguno ha buceado. Un ex buzo de la Marina tailandesa murió mientras participaba de las labores para preparar la operación de evacuación, lo que demuestra la gran dificultad de esta misión, incluso para los más expertos.
La falta de espacio también se suma a la complejidad de las operaciones ya que los rescatistas deben colocar suficientes botellas de oxígeno en la ruta de salida.
Este lunes por la mañana han llegado ambulancias cerca de la entrada de la cueva.
La gran cantidad de periodistas de toda Tailandia y del mundo se mantienen alejados de la cueva y también del hospital de Chiang Rai, donde los cuatro supervivientes están bajo observación.
La familia de "Night" cree que decidieron explorar la cueva después de su entrenamiento de fútbol para celebrar su cumpleaños, cuando cumplió 16 años. Fueron entonces sorprendidos por la subida de las aguas al interior de esta larga cueva situada en la frontera con Birmania y Laos.
Después de haber sido descubiertos por los buzos británicos, los rescatistas analizaron desesperadamente todas las soluciones posibles, desde la perforación de túneles en las montañas hasta la posibilidad luego descartada de que esperaran durante semanas que terminara la época del monzón.
Pero ante la amenaza de nuevas lluvias y niveles más bajos de oxígeno en la galería donde el grupo encontró refugio, las autoridades decidieron el domingo jugarse el todo por el todo e iniciar la evacuación con tramos de buceo, tras considerar que las condiciones eran ideales.
Se espera que el jefe de la junta en el poder en Tailandia desde el golpe de Estado en 2014, el general Prayut Chan-O-Cha, viaje a esta zona este lunes en la tarde.