“Parece que se van para limpiar la conciencia, pero lo importante es que se limpien por dentro”

Si hubiera que hacer un free tour de grandes momentos de la política española, el plato fuerte sería la calle de Génova de Madrid. La sede del PP lleva ahí 38 años, desde que la antigua Alianza Popular abandonó la sede de la calle de Silva impulsada por los buenos resultados electorales de octubre del 82. 

En todo este tiempo, Génova 13 ha sufrido de todo. Desde un intento de atentado de un alunicero con dos bombonas de gas que quedó un susto, a la sospecha de que las obras de su reforma se efectuaron con dinero negro de la contabilidad secreta de su antiguo tesorero Luis Bárcenas.

Génova 13 también fue el epicentro de multitudinarias manifestaciones días después de los atentados del 11 de marzo de 2004 por la sospecha de que el Gobierno de José María Aznar mentía sobre la autoría islamista de la masacre. Parte de la Historia de España se escribió en ese lugar. La sede también ha sido el lugar de fiesta al que han acudido militantes y simpatizantes a celebrar victorias electorales ante los líderes, de José María Aznar a Mariano Rajoy pasando por Esperanza Aguirre, en el balcón.

Por eso, un aroma a fin de época se ha instalado en la tarde de este martes en los aledaños de la sede el día en que Pablo Casado ha anunciado que el PP hará mudanza. La noticia de la escapada popular de Génova ha generado interés. Un grupo de periodistas ha acampado en la puerta para conectar en directo y despedir la sede.

- “Espero que luego no se vayan a tomar por culo”, se le ha escapado a un cámara montando el equipo.

Fuentes populares consultadas por este diario insisten en que la futura mudanza es un gesto para romper con el pasado corrupto del partido: “Está bien. Es un gesto para romper con el pasado. Al final, en este edificio hay espacio de sobra, porque hay menos personal, sobre todo desde que salimos del Gobierno. Entonces, no tiene mucho sentido seguir ocupando un espacio que queda grande”.

Entre los trabajadores, sin embargo, esa no es la percepción. Una de ellas, militante y antigua trabajadora ya en la sede de AP en la calle de Silva, explica: “Nos es indiferente irnos o quedarnos. Ahora, eso de que sobra espacio es relativo. Pero para el cambio pesan también los tiempos, el teletrabajo, la pandemia... Lo que no me explico es que esta sede acapare tanta atención”.

Una señora que vive cerca y viene del médico se para a hacer una foto a la sede. “Parece que se van para limpiar la conciencia, pero lo importante es que se limpien por dentro. No creo que hayan roto con la corrupción, sinceramente. Seguirán teniendo corruptos y también buena gente. La cosa es que Casado parece un hombre de vaivenes, como que esto le viene grande... y no es bueno porque hace falta una derecha como dios manda que haga política para la gente”.

La calle, en una zona muy céntrica con bares, oficinas y la plaza de Colón a tiro de piedra, ha perdido el bullicio habitual de la prepandemia. Normalmente, sobre las 19.00 los bares se suelen llenar de trabajadores que apuran en cervezas el esfuerzo del día. “La Peseta” es el refugio habitual de quienes trabajan en Génova 13.

“Mucha gente me ha dicho hoy [por este martes] que si vamos a perder clientes… Pero no lo creo. Son muy buenos y también gente de paso. Seguro que no afecta mucho que se vayan y los que se acerquen por la zona, aunque no esté la sede, vendrán. Si hemos aguantado la covid-19, seguro que aguantamos que se vaya el PP de Génova”, dice una de las camareras.

¿Harán las maletas también los miembros del PP madrileño? Los populares regionales comparten sede con la sucursal nacional, pero fuentes del PP de Madrid aclaran que no saben si seguirán a sus compañeros o se independizarán. “Se ha comentado la marcha, claro, como pasa en todos los trabajos cuando se anuncia un cambio. Nosotros, los de Madrid, que estamos en la primera, pues no sabemos si compartiremos o no nueva sede. Ya lo irá anunciando la dirección”.

Lo cierto es que costará disociar el nombre de esta calle de la sede del PP. Más de 30 años citando Génova como hogar de los populares pesan mucho en el imaginario de los madrileños.