Se reactiva el 'caso Alcásser': la jueza quiere saber ahora si un marinero ayudó a huir a Anglés o si murió ahogado
La magistrada pide interrogar al capitán del barco en el que el prófugo intentó escapar tras admitir en televisión que le ayudaron.
¿Logró escapar Antonio Anglés del mercante City of Plymouth en el que supuestamente huyó a Irlanda como polizón o murió ahogado, como sospecha la Policía? Y en caso de que lograra salir con vida del buque de 110 metros de eslora: ¿Quién le ayudó a fugarse?
Estas son las cuestiones básicas que pretende esclarecer la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira al reactivar la causa del triple crimen de las niñas de Alcàsser. Para ello, ha emitido una comisión rogatoria internacional para tomar declaración a Kenneth Farquharson Stevens, capitán del barco en el que supuestamente huyó el prófugo asesino de Miriam, Toñi y Desirée.
La petición del juzgado de Alzira se ha producido tras recibir un nuevo informe de la Policía en el que se solicitan nuevos interrogatorios a testigos y miembros de la tripulación del City of Plymouth. Este documento policial se elaboró a raíz de la entrevista que le hizo la periodista Genar Martí, emitida por el programa ‘Equipo Investigación’ de laSexta el 27 de enero de 2018, al capitán Stevens.
Durante la conversación, el capitán del barco donde viajaba Anglés reveló que un miembro de la tripulación había ayudado al presunto asesino de las niñas de Alcàsser a escapar, lo que a juicio de la Policía convierte los testimonios de Stevens y el del marinero cómplice en claves para esclarecer si el polizón logró huir.
“Imposible que él abriese la puerta”
Según Stevens, cuando el mercante procedente de Lisboa llegaba a Dublín con Anglés a bordo, el 24 de marzo de 1993, la Policía irlandesa subió al camarote donde la tripulación mantenía confinado al asesino de Alcàsser tras su intento de saltar al mar cerca de Burdeos para escapar en una zodiac. Esta tentativa fue abortada por un helicóptero de la Armada francesa que lo devolvió al mercante.
“Lo metimos primero en un cuartucho donde nosotros guardábamos la cerveza, luego lo llevamos a un camarote vacío y lo encerramos con llave. Había gente cerca vigilando pero se las arregló para escapar en un bote salvavidas, una barca hinchable que debió dejar caer al mar desde siete metros de altura”, rememoró Steven durante la entrevista en laSexta.
Tras percatarse del intento de huida del polizón, City of Plymouth emitió un mensaje de radio a todos los barcos de la zona para que encontraran al fugitivo, algo que logró un avión francés: “Lo localizó en el mar, lo subimos a bordo y volvimos a meterlo en el mismo camarote”, recuerda el capitán, quien concretó detalles como que atrancaron las ventanas y la puerta del camarote “con tablas de madera para que no pudiera salir, por lo que era imposible que él abriese la puerta desde dentro”.
“No puedo acusar sin pruebas”
Pero lo cierto es que cuando la Policía irlandesa abrió el camarote donde supuestamente se encontraba Anglés, el fugitivo ya no estaba allí: “Cuando llegamos al puerto, las autoridades subieron para llevarse al polizón. El oficial jefe dijo entonces que se había ido. ¿Cómo era posible? La madera seguía en la puerta. Alguien tuvo que dejarle salir y haber recolocado la madera”, reflexionó Stevens, quien garantizó que “no pudo escapar de ese camarote sin ayuda”.
Días más tarde, y siempre según el relato de Stevens, la Policía inglesa reunió a toda la tripulación en la ciudad de Liverpool para explicarle lo que había hecho Antonio Anglés, tras lo que el oficial reveló al capitán que pensaban que un miembro de la tripulación le había ayudado en su huida: “No puedo decir de quién sospechaba la Policía. No puedo acusar a nadie sin pruebas”, se limitó a decir entonces el capitán, que ya está jubilado.
Informe policial tras la entrevista
Tras la emisión de este testimonio, la Policía española elaboró el informe que ha empujado a la magistrada de Alzira encargada ahora del caso a reactivar la investigación para tomar de nuevo declaración al capitán.
La requisitoria (orden de busca y captura internacional contra Antonio Anglés) sigue activa, por lo que “ha de investigarse cualquier dato novedoso que pueda contribuir a conocer su paradero y propiciar su detención”, especifican desde el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
Además de abrir un nuevo hilo de esperanza en un caso que permanece abierto desde hace 27 años, esta nueva diligencia ordenada por la magistrada implica también que se retrase la fecha de prescripción prevista para 2029 de los cargos de triple asesinato, triple violación, rapto de menores y tenencia ilícita de armas de los que se acusa a Anglés -según fuentes jurídicas consultadas por Las Provincias-. En caso de prescripción Anglés, que tendría 54 años en caso de seguir vivo, ya no podría ser detenido.
Esta nueva línea de investigación abierta con la comisión rogatoria internacional podría retrasar otros 20 años la extinción de la responsabilidad penal de Anglés hasta 2049.
El caso ya se revisó en 2009, cuando los agentes de la Comisaría General de Policía Judicial pidieron la intervención del teléfono y el correo electrónico de la hermana de Anglés para tratar de localizar al asesino de las jóvenes. Aunque las escuchas no sirvieron para localizarle, sí permitieron retrasar la prescripción de los crímenes hasta el 14 de diciembre de 2029.
Primer intento en 1993
La policía irlandesa ya tomó declaración al capitán del buque en 1993 para averiguar cómo consiguió escapar Anglés, pero entonces sus manifestaciones no arrojaron luz sobre esos grandes interrogantes a los que la juez intenta dar respuesta ahora.
El secuestro y asesinato de Miriam, Toñi y Desirée, las tres vecinas de Alcàsser (Valencia) de entre 14 y 15 años violadas y torturadas hasta la muerte por el Anglés y su compinche Miguel Ricart -en libertad desde 2013-, mantuvo en vilo a España durante más de dos meses, hasta que aparecieron sus cadáveres.