Richard Gere se sube al barco de Open Arms para llevar víveres a los migrantes atrapados
121 personas llevan ocho días atrapadas en el buque de la ONG española, porque ningún país europeo le da puerto seguro en el que atracar
El actor norteamericano Richard Gere ha subido hoy a bordo del barco de la ONG española Proactiva Open Arms a llevar víveres, junto con otros voluntarios y el presidente de la asociación, Oscar Camps. En las imágenes distribuidas por la asociación se le ve portando cajas de pasta, en un gesto solidario con las 121 personas que siguen a bordo, inmigrantes y refugiados que fueron salvados en el Mediterráneo y que ahora no pueden tocar tierra porque ni Italia, ni Malta ni España les ofrecen un puerto seguro.
No es la primera vez que Gere muestra su apoyo a esta organización, ya que lanzó un vídeo junto a su esposa, la empresaria española Alejandra Silva, en marzo del pasado año, pidiendo que se dejara trabajar sin trabas ni multas a sus barcos.
Otros famosos como Jordi Évole o Hugo Silva, han utilizado sus redes sociales para pedir que el Open Arms tenga un puerto seguro en el que poner a salvo a los rescatados.
“Día 8. Vergüenza. Qué vergüenza Europa, no ser capaz de dar un puerto para estas personas en 8 días. 8 días viviendo en cubierta, mientras un puñado de voluntari@s se dejan la piel para cuidarles y darles esperanza”, escribe la ONG en otro tuit de hoy, denunciando el olvido por parte de los países comunitarios.
Óscar Camps, presidente de la ONG, solicitó este jueves por escrito a los gobiernos de España, Francia y Alemania, que intercedan ante la Unión Europea para desbloquear la situación del barco español, pero aún no ha recibido respuesta. Cualquier estado miembro puede hacer una petición a la Comisión Europea para que se coordine entre los países la distribución de los migrantes rescatados por el barco humanitario.
David Sassoli, el nuevo presidente de la Eurocámara, se ha estrenado políticamente con una carta pidiendo al todavía presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, “ayuda urgente y una distribución justa” de los 121 migrantes.
Open Arms espera desde la semana pasada cerca de la isla italiana de Lampedusa, en aguas internacionales, a que se le asigne un puerto seguro para poner a salvo a 121 inmigrantes rescatados en el mar en dos operaciones distintas.
El primer rescate fue el jueves 1 de agosto, cuando fueron salvados 55 inmigrantes, entre ellos dos bebés mellizos y una mujer embarazada, justo cuando su embarcación estaba “a punto de naufragar” y entraba agua, explicó Camps.
El segundo se dio en plena noche del día después y fueron socorridas y acogidas a bordo 69 personas, entre estas dos niños y dos mujeres embarazadas y “una de nueve meses con contracciones”, y muchos con “signos inequívocos de la violencia sufrida en Libia”, de donde zarparon.
Posteriormente fueron desembarcadas dos mujeres en avanzado estado de gestación y la hermana de una de ellas, pues había perdido a su marido en Libia.
El ministro del Interior de Italia, el ultraderechista Matteo Salvini, que mantiene los puertos cerrados a las ONG, a las que acusa de favorecer la inmigración irregular, ha insistido en que no permitirá que el barco de Open Arms entre en aguas italianas. Y que los inmigrantes que hay a bordo son “responsabilidad directa” de Madrid.
El Parlamento italiano acaba de aprobar un decreto impulsado por Salvini que permite requisar las naves de las ONG que violen la prohibición de entrar en aguas italianas y que prevé multas de hasta un millón de euros.
En España, la ciudad de Valencia se ha ofrecido a acoger la embarcación y la comunidad de Extremadura a colaborar en la acogida de los inmigrantes. Las autoridades españolas prohibieron a Open Arms retomar la búsqueda activa de barcazas en peligro, limitando su actividad, y el 4 de julio la Marina Mercante le advirtió de que afrontaría multas de hasta 900.000 euros si contravenía su petición.