Reynaldo Sietecase: “En nombre del peronismo, como con Dios, se han hecho las mejores y las peores cosas”
Por Winston Manrique Sabogal
2019 es el año del desembarco del argentino Reynaldo Sietecase en España. Lector y poeta por instinto. Eso fue y es primero. Luego periodista por casualidad y después narrador de carambola por culpa de Tomás Eloy Martínez. Desde hace varios años, Sietecase (Rosario, 1961) es uno de los periodistas argentinos más reconocidos en su país con experiencia en prensa, radio y televisión. Ahora tiene dos obras en las librerías españolas: Nadie es de nadie (Pigmalión), su primera antología poética, y No pidas nada (Alfaguara), su tercera novela pero la primera aquí. En esta última conjuga su interés por analizar la realidad desde el punto social con la mirada de la política y el poder que todo lo tiñe.
Nada lo ha distraído de la poesía en tres décadas. En 1986, Sietacase publicó el poemario Y las cárceles vuelan, luego siguieron otros como Cierta curiosidad por las tetas(1989), Instrucciones para la noche de bodas (1992) o El amor muerde (2015) y Desnudos de vidriera (2017). En su última novela, el escritor rosarino aborda temas como la memoria, el olvido, la corrupción, el periodismo y la fe. Sus novelas son thrillers especiales basadas en hechos reales donde la violencia y la capacidad del ser humano para ella y la maldad parecen insondables.
Reynaldo Sietecase. Trato de identificar que la violencia dice mucho más de lo explícito, mucho más que el charco de sangre, en general. Hay muchas cosas que se pueden leer desde el punto de vista de la realidad y la ficción. Mis tres novelas son basadas en hechos reales y las tres son casos individuales con una lectura social. Me interesa ese juego.
En el caso de No pidas nada me enteré de que había una asociación de suicidios, de cuatro o cinco suicidios de militares argentinos detenidos por crímenes de lesa humanidad en la dictadura militar argentina. En principio no había conexión, pero pensé que sí había una historia que contar. La pregunta era: ¿por qué se matan los que mataron? Esa fue mi pregunta disparadora. Así es que en lugar de dar una solución periodística pensé en una dimensión literaria. Los argentinos siempre citamos a Borges, y Borges decía que la ficción no era necesariamente contradictoria con la realidad. Que muchas veces se extendía, la completaba. Se me ocurrió contar una historia para contar los suicidios. Había una asociación de suicidios y a los militares que podía los ayudaba a salir del país. De hecho hay ciento y pico de prófugos, algunos en Brasil.
Eso le permitió a Sietecase crear una novela con dos historias paralelas que poco a poco se van acercando hasta entrecruzarse: la de un periodista y la de un abogado. El periodista viaja a Río de Janeiro, lo que permite mostrar, además, la violencia en las favelas en muchas de las cuales funcionan las milicias y el narcotráfico. En la otra trama el abogado recibe el encargo de una diputada hija de desaparecidos que le pide el castigo a un militar. Es aquí donde Sietecase se permitió, dice, algo que no se había hecho en la literatura argentina en estos casos, una venganza a mano propia.
Quería trabajar el tema de “la memoria social que es indispensable y el olvido individual que es importante”.
Winston Manrique Sabogal. El olvido puede ser sanador en algunos casos y en otros no.
R. Sietecase. Me gustaba tener en tensión esas dos ideas. El libro fundamental para los argentinos es Martín Fierro que termina diciendo: “Recuerden que olvidar lo malo también es tener memoria”. Curioso.
W. Manrique Sabogal. Olvidar para poder seguir avanzando.
R. Sietecase. Exacto. En el plano individual está bien que alguien se plantee que tiene superar algo para seguir, pero en el plano social quería poner en tensión que una sociedad que olvida corre riesgos muy graves de repetir el pasado.
Un proceso de sanación no puede explicar lo que pasó, porque lo que pasó pasó; pero hay que ver cómo una sociedad se recompone de todo eso. Cómo lo logra un proceso colectivo, político. En lo individual es más fácil, en lo social… Juan Gelman tiene unos versos que dicen: “Hay que olvidarse de olvidar el olvido”.
En la novela no trato de resolver nada, solo expongo la situación.
W. Manrique Sabogal. La impunidad es uno de los temas capitales de No pidas nada y se ve la sombra sobre América Latina.
R. Sietecase. Esta es una novela muy suramericana. En Cien años de soledad, de García Márquez, hay una escena impactante sobre la masacre de las bananeras, convocan a los obreros a la plaza para arreglar el conflicto y los matan. Luego José Arcadio Segundo se despierta en un tren en marcha y se da cuenta de que está sobre un montón de muertos y hay muchos vagones con cadáveres. Él sobrevive a la masacre y salta del tren y cuando vuelve al pueblo descubre que nadie habla de la matanza.
W. Manrique Sabogal. García Márquez escribe en la novela que fueron asesinados unos cuentos miles de obreros, aunque la cifra oficial es de unas pocas decenas, pero lo que ha quedado en el imaginario de la gente es la cifra de la leyenda y de Cien años de soledad. Es el poder de al ficción.
R. Sietecase. Esa escena es metafórica en nuestro continente. Cómo hacer para detener el tren, ese es el tren de la impunidad, es el tren que logra que en el pueblo no se hable de la masacre. La pregunta es cómo detener ese tren de violencia, impunidad y proceso de olvido en nuestro continente.
W. Manrique Sabogal. En Argentina se ha juzgado a los militares de la dictadura.
R. Sietecase. Es fundamental juzgar. Después se pueden establecer parámetros de cómo se castiga. En Suráfrica se llegó a un modelo de información por condenas. Yo discutí eso internamente en Argentina. Siempre es mejor saber toda la verdad, sea la que sea. En Argentina es una política de Estado sobre los juicios por los crímenes de la dictadura. Lo importante es tratar de resolverlo esté quien esté en el poder.
R. Sietecase. Es complejísimo explicar la política argentina. En todas las fórmulas está presente el peronismo. Con el peronismo, como suceden con Dios, para los creyentes, en su nombre se han hecho las mejores y las peores cosas y está en todos lados.
Como periodista me revelo de plantear algo como bueno o malo. El mejor gobierno tiene corrupción o comete arbitrariedades; el peor gobierno hace cosas positivas. Por eso es tan compleja la realidad de nuestro continente.
Además, los jueces nunca van contra el poder económico, por ejemplo. Cristina Fernández tiene doce causas abiertas por corrupción, la mitad me parecen forzadas, una vez dejó el gobierno. Si el presidente Macri pierde terminará en los tribunales. Es una locura. En algún momento la justicia tiene que investigar en tiempo real. Un corrupto es un corrupto.
W. Manrique Sabogal. ¿A qué altura ha estado el periodismo?
R. Sietecase. Hay que reformatear muchas cosas del periodismo. Lo que está pasando es que el periodismo entró en esa lógica de buenos y malos. Los periodistas toman partido, pero hay que tomar partido con la verdad. Es un fenómeno mundial. Eso de pensar de que sos una suerte de soldado de una causa no está bien porque así no eres periodista. El soldado no duda, yo dudo, me replanteo muchas cosas, me equivoco. Todo eso con el complemento nocivo de que las audiencias no quieren la verdad solo quieren confirmar los prejuicios que ya tienen. Me resisto al periodismo que busca confirmar los prejuicios.
W. Manrique Sabogal. ¿Qué función cree que cumplen las redes sociales?
R. Sietecase. En los medios electrónicos hay mucha demagogia. Yo en mi programa le digo a la gente que no piense como yo, que duden, discutan. Cuestiono el periodismo militante en mi país. Hay cosas que son preideológicas. El periodismo es otra de las tramas del libro.
W. Manrique Sabogal. ¿Cómo pasó del periodismo a la literatura?
R. Sietecase. Tomás Eloy Martínez tuvo mucho que ver porque me empujó a escribir mi primera novela, Un crimen argentino. Yo era periodista y cuando hice un taller de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano de la Fundación García Márquez Tomás Eloy leyó mi texto de lo que hicimos allí y en la evaluación que hizo me dijo: “Usted ahí tiene una novela”. Le contesté: “Bueno, ahí hay una buena historia”. Y el replicó: “No dije que la puede escribir, dije que es una novela”. Me mató, como diciendo “qué te crees”. Así es que salí de ahí y me puse a trabajar en ella. La publiqué en 2002.
Reynaldo Sietecase vive el periodismo tanto como la ficción y la poesía. Ha trabajado con grandes del periodismo argentino como Jorge Lanata y tras pasar por varias emisoras su cita diaria ahora es en Radio con Vos con el magazín La inmensa minoria, de diez de la mañana a una de la tarde. Allí charla con su audiencia después de algunas censuras en otros programas de televisión por formular preguntas incómodas que lo han llevado a cancelar varios espacios. Tal vez porque el periodismo para algunos es como una definición de Dios que está en No pidas nada: “La palabra Dios es demasiado flexible”.
- No pidas nada. Reynaldo Sietecase (Alfaguara).