Los reyes mantienen en los últimos días reuniones con representantes de diferentes sectores para tratar la crisis del coronavirus. Lo hacen siempre a través de videoconferencia para mantener el confinamiento y reducir el riesgo de contagio.
Don Felipe y doña Letizia también han charlado desde el Palacio de la Zarzuela con representantes de otras dos empresas de automoción, Gestamp y Grupo Antolín, y de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) con el fin de conocer otros proyectos impulsados desde este sector ante la emergencia sanitaria, han informado fuentes de la Casa Real.
Casa Real ha publicado varias imágenes del encuentro en las que se puede ver a la perfección el despacho del rey y los objetos que lo adornan: un cuadro de Dalí, una chimenea con leña, un mapa de España, varias esculturas... y un artículo que, a priori, llama la atención por lo extraño.
Está justo a la entrada, junto a la puerta, y se trata de una alabarda de la Guardia Real, un arma medieval.
Como explica Vanity Fair, el arma lleva grabada en la hoja el nombre de Felipe VI. Es un objeto simbólico, dado que se trata de un símbolo de poder que el monarca tiene en su despacho desde hace años.
La alabarda, un arma medieval que la Guardia Real utiliza como señal de identidad, es similar a una pica y está rematada en acero por una punta de lanza y una cuchilla transversal con forma de media luna en uno de sus dos lados.
La evolución de la reina Letizia en los Princesa de Asturias
Para la ocasión eligió un abrigo beige de Felipe Varela que combinó con un vestido con lazada al cuello del mismo tono.
Con un diseño lila y un abrigo de tweed, embarazada de la Infanta Sofía.
Todo sonrisas junto a la reina Sofía.
Letizia se soltó la melena con un Felipe Varela con pedrería y chaqueta blanca a juego.
Por aquel entonces lucía el pelo mucho más marcado que a día de hoy.
Mucho más acorde con su estilo actual, Letizia se decantó por un vestido con encaje de guipur en tono gris.
La entonces Princesa de Asturias completó su look con complementos y joyas a juego con el vestido diseñado por Varela.
¿Quién dijo que el negro era aburrido? Con este atrevido vestido de Felipe Varela Letizia acaparó todos los focos a su llegada al Teatro Campoamor.
También innovó con un peinado, rizándose la melena.
De negro y con vestido de corte evasé.
Letizia se atrevía por primera vez con coleta alta. No ha vuelto a repetir en estos premios.
Letizia apostó por un look más clásico con un diseño en bordado y transparencias.
Durante un momento de la ceremonia.
Maquillaje natural y un recogido clásico.
Letizia sorprendió a todos con este diseño en blanco y negro de Varela.
Para la ocasión lució su melena suelta con ondas inspiración años 40.
Detalle del broche.
Por primera vez apostó por el verde con un diseño con transparencias y falda evasé.
Letizia optó por un recogido trenzado.
Para sus primeros Princesa de Asturias como reina, Letizia lució un vestido lápiz en tono azul con encaje de maya negro.
La reina sacó del joyero unos pendientes de aguamarinas que la firma Bulgari le regaló con motivo del nacimiento de la princesa Leonor.
Uno de sus looks más aplaudidos. Con un diseño de Felipe Varela con falda en tonos degradados y que recordaba a la silueta new look.
La reina lució un espectacular collar de perlas que se suele confundir con uno que perteneció a María de las Mercedes y que forma parte del lote de Joyas de pasar.
Letizia lució un clásico moño bajo.
La reina volvió a las siluetas rectas con este diseño beige con bordados de cristales negros de Swarovski.
Con recogido y pendientes de diamantes negros.
Letizia impactó con este diseño de Felipe Varela en tul blanco y de inspiración oriental.
Para la ocasión sacó del joyero real la pulsera de Cartier de Victoria Eugenia.
Moño bajo y pendientes de diamantes negros.
La reina acaparó todos los titulares con este espectacular diseño de Felipe Varela, con brocados cosidos a mano en diferentes tonos de grises.
Letizia apostó por llevar la melena suelta, muy pulida, y cedió todo el protagonismo de su maquillaje a la mirada, con ojos ahumados.
Para la ocasión lució los pendientes de chatones del lote de joyas de pasar.
La reina durante un momento de la ceremonia.
En el debut de la princesa Leonor, Letizia volvió al rojo Varela para cederle todo el protagonismo a su hija.
Completó su estilismo con unos lujosos pendientes de diamantes y rubíes.
Por primera vez la reina no estrenó y por primera vez no apostó por Felipe Varela.
Rompió la tradición con un escultural Delpozo que estrenó en 2017.
La sobriedad marcó sus complementos, joyas, maquillaje y peluquería.
Sacó la artillería pesada con este vestido y grandes joyas.
Los pendientes de chatones, unos de sus favoritos.
Los pendientes de chatones, unos de sus favoritos.
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Fue la absoluta protagonista de los que fueron sus primeros Princesa de Asturias.
La reina lució un espectacular collar de perlas que se suele confundir con uno que perteneció a María de las Mercedes y que forma parte del lote de Joyas de pasar.