Revuelo en Bélgica por el vídeo de una presentadora negra denunciando racismo
"Ayer, durante el tiempo, una señora llamó diciendo que yo era demasiado negra, que no se me veía más que el vestido porque era demasiado negra".
Un vídeo difundido en las redes sociales por Cécile Djunga, una presentadora negra del tiempo en la televisión pública belga RTBF que casi llorando denuncia ser víctima habitual de insultos racistas, ha generado revuelo en los medios de comunicación y la clase política de Bélgica.
"Ayer, durante el tiempo, una señora llamó diciendo que yo era demasiado negra, que no se me veía más que el vestido porque era demasiado negra", explicaba Djunga en esa grabación de cinco minutos que en menos de 24 horas desde su publicación el miércoles en la red social Facebook acumula cerca de un millón de reproducciones.
La periodista, que en el vídeo llega al borde de las lágrimas, asegura que a partir de ahora denunciará cada insulto racista que reciba y propone que, de igual forma que hubo una campaña para exponer a acosadores sexuales, se lance otra similar para desenmascarar las actitudes racistas.
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"Creemos que el racismo en Bélgica no existe, y no es verdad (...). Hace un año que recibo ese tipo de insultos y no puedo más. Esto tiene que acabar", decía visiblemente emocionada en la grabación Djunga, quien señala en particular el acoso que sufre a través de las redes sociales.
En una entrevista telefónica concedida al canal en el que trabaja la periodista, que ha manifestó su solidaridad con su comunicadora, Djunga explicó que la noticia de la llamada al principio le produjo "risa", que luego se transformó en "cólera".
Agradeció, además, el apoyo que había recibido en las redes sociales y recalcó que toda la sociedad debe implicarse en la lucha contra el racismo.
"No es mi lucha, es nuestra lucha por la tolerancia, por la apertura, por todo eso. Y estoy muy contenta de que la gente se conciencie y de que tengan ganas de movilizarse", dijo.
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Enorme impacto
El caso ha tenido amplia repercusión en la prensa belga, como ilustra un editorial publicado hoy en la portada de la edición digital del diario Le Soir en el que la cabecera carga contra la "impunidad ligada al anonimato" de las redes sociales en este tipo de comportamientos. También en un editorial del periódico La Libre Belgique titulado "Las palabras pueden matar".
El primer ministro de Bélgica, el liberal Charles Michel, calificó la situación como "hechos graves y comportamiento inaceptable" y aseguró que "el Gobierno está movilizado contra toda forma de racismo, de antisemitismo y de xenofobia".
Por su parte, el socialista francófono y alcalde de Charleroi, Paul Magnette, denunció que en Bélgica existe un "racismo cotidiano" del que culpó, en parte, al partido nacionalista flamenco N-VA, socio mayoritario de la coalición de Gobierno, por banalizar el asunto en sus discursos políticos.
"Si los dirigentes políticos, incluso miembros del Gobierno, que deben dar ejemplo y que de alguna manera fijan la regla de lo que es públicamente aceptable (...) están constantemente coqueteando con el racismo, obviamente, el ciudadano se siente plenamente habilitado para expresarse de manera abierta y racista. Existe una responsabilidad política", denunció Magnette.