Retiran la acusación para el etarra Arzalluz por falta de pruebas en la muerte de Lidón
Se mantiene la solicitud de 23 años de prisión para Txeroki.
La Fiscalía ha retirado la acusación de 30 años de cárcel para el etarra Asier Arzalluz Goñi por su presunta implicación en el asesinato a tiros del magistrado José María Lidón en noviembre de 2001 en Getxo, junto al exjefe de la banda terrorista Txeroki, al no contar con suficientes pruebas contra él.
Así lo ha explicado este martes la fiscal en la Audiencia Nacional en la última jornada del juicio contra los dos acusados, Arzalluz y Txeroki, para quien mantiene la solicitud de 23 años de prisión.
Para la representante del Ministerio Público no se ha llegado a concretar cuándo Arzalluz, también conocido como Santi, comenzó a realizar acciones terroristas con ETA y, en particular, con el comando Olaia, investigado por la muerte de Lidón.
“La incorporación de Arzalluz se produce posteriormente y no ha quedado acreditado que se produjera cuando tienen lugar los hechos”, ha sostenido la fiscal.
Ha asegurado además que las sentencias en las que han sido probadas las actividades terroristas del acusado únicamente se emplearon explosivos y no armas.
Tampoco considera la Fiscalía suficientes las descripciones de los testigos presenciales del asesinato, pues retrataron a uno de los pistoleros como un hombre de estatura media, en tanto que Arzalluz “es una persona muy alta, de 1,90”, por lo que es “imposible” que haya participado en los hechos.
Respecto a la acusación contra Txeroki, la fiscal ha indicado que la identificación en 2016 del exlíder militar de ETA por parte de la viuda y uno de los hijos de Lidón se realizó “sin ningún género de dudas” para los familiares y “con todas las garantías”.
Ha defendido que esa rueda de reconocimiento es creíble, además de legal, por lo que considera que es una prueba válida para continuar con la acusación.
En este sentido, ha restado importancia al baile de fechas que María Luisa Galarraga e Íñigo Lidón mantuvieron en la sesión de este lunes, cuando la esposa situó en 2008 haber reconocido a Txeroki por su mirada en unas imágenes de televisión, mientras que el hijo aseguró haberlas visto en 2011.
La representante del Ministerio Público ha achacado al “estado nervioso” de Galarraga la confusión en su declaración como testigo.
Seguidamente, la fiscal ha defendido que Txeroki pertenecía al comando Olaia en el momento del atentado y que ocupaba el piso de Amorebieta (Vizcaya) alquilado por el colaborador Gorka Martínez.
Una vez desarticulado el comando Vizcaya, el comando Olaia era, a juicio de la fiscal, el único capaz de poder cometer un acto de esas características, mediante “un tiro en la nuca” y con armas como las halladas en 2002 en Bilbao tras la explosión accidental de un vehículo de Hodei Galarraga y Egoizt Gurrutxaga.
El Ministerio Fiscal ha entendido que con esos datos el círculo de posibles autores del atentado se vio reducido ya que los familiares de Lidón “no reconocieron a ningún otro miembro de ETA ni del comando”.
Por contra, el letrado de la acusación particular ha mantenido la petición de 30 años de cárcel por separado para Txeroki y Arzalluz, a quienes ha calificado como “los dos mayores asesinos de la historia de España”.
Ha señalado que como miembros de la banda terrorista eran partidarios de una estrategia violenta contra el Poder Judicial, un instante en el que el abogado ha mirado de perfil a la fiscal para recordarle que jueces y fiscales habían sido asesinados por ETA antes del atentado contra Lidón.
Además, ha sostenido que los acusados “tienen condenas por decenas de asesinatos en distintos grados de ejecución”, unos antecedentes que para el representante de la familia del magistrado bastan para ser castigados con la mayor pena.
La defensa ha tomado la palabra para pedir la absolución de Arzalluz, por la falta de pruebas expuesta por la fiscal, y de Txeroki porque considera que durante la identificación se mostraron a la familia individuos de aspectos muy diferentes.
“No hay duda de que el señor Lidón fue asesinado por ETA y que al menos participaron dos personas, pero no se pude acreditar que fueran mis defendidos”, ha subrayado el abogado defensor.
En cuanto a la propiedad de las armas encontradas en la explosión accidental del coche en Bilbao, ha señalado que “no es lógico que un miembro de ETA dé a otro miembro el arma utilizada”, que deje “el marrón al que viene detrás”.
Txeroki y Arzalluz se han abrazado al término del juicio oral, cuando el segundo ha aprovechado para mandar su “más sentido recuerdo” a Hodei Galarraga y Egoitz Gurrutxaga, a quienes se atribuyó al principio el asesinato del magistrado Lidón.