Reconoce que es un poco 'picaflor' y se lleva unas calabazas brutales que la dejan con esta cara
"No tendría una segunda cita con Marta, la verdad. No es mi prototipo de chica por lo que he podido ver y no me ha atraído".
"Mi primera impresión no ha sido muy buena porque no era mi prototipo de chica, pero al hablar con ella me ha parecido muy interesante". Adrián, un valenciano de 21 años, llegó a First Dates con la autoestima por las nubes y con unas muy altas expectativas. El chaval se consideraba un tipo de lo más interesante, y una persona que "cuando me conoces quieres seguir conociéndome".
Frente a él tenía a Marta, valenciana de 23 años sin pelos en la lengua y que buscaba un chico aventurero: "A primera vista no eres mi prototipo, pero eres una persona con quien se puede hablar", le soltó la chica.
Y con estos mimbres afrontaban una cita que así, a priori, no tenía la mejor pinta posible. Sin embargo, a medida que iba avanzando la cena, la cosa parecía enderezarse. Ambos eran buenos conversadores y lo que en un primer momento había sido rechazo físico, poco a poco fue llenándose de interés personal.
Sin embargo, en plena efervescencia, llegó un momento determinante que, finalmente, terminaría de decantar la balanza. Marta reconoció que nunca había tenido una relación seria, lo que cortó el rollo al chico que venía al programa en busca de algo duradero:
Esta conversación, aparentemente inocua, marcó sin embargo un antes y un después en el devenir de la cita: "Que Marta no haya tenido relaciones largas me incomoda un poco, porque no sé cómo va a actuar, si va a llevarlo bien, si llevaría yo todo el peso de la relación. No sé, me incomoda un poco", reconocía Adrián.
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Y con estos ingredientes, y tras decirle Adrián a Marta que le parecía "un poquito alta de más", afrontaron la sentencia final. A ver, el chico no se anduvo por las ramas y le faltó tiempo para sentenciar que no tendría una segunda cita ni loco con Marta: "No tendría una segunda cita con Marta, la verdad. No es mi prototipo de chica por lo que he podido ver y no me ha atraído".
La chavala, un tanto herida en su amor propio, sacó la artillería y respondió con la misma moneda: "Yo tampoco porque físicamente no me has atraído, pero perfectamente podríamos ser amigos".
El "sí, sí, sí" que soltó entonces Adrián denotaba que estos dos no iba a volverse a ver ni de lejos... bueno, aunque nunca se sabe.
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