Recesión en Italia: el exceso de deuda ha acabado con el PIB
Como era de esperar, hasta por el propio Giuseppe Conte, primer ministro italiano, el país entra en una recesión técnica tras cosechar dos trimestres de contracciones para su PIB. El estancamiento de su economía ha provocado un desaceleración, llevándole a registros negativos en los dos últimos trimestres del año.
El país cerraba el año de la peor forma posible. Con una contracción del -0,1% en el tercer trimestre y un más agravado -0,2% en el cuarto y último, trimestre del año, Italia entra en una recesión técnica que lo sitúa en el foco ante los organismos europeos. Para Europa, estos resultados son bastante preocupantes, pues siguen sumando riesgos a una economía cada vez más desacelerada.
En Bruselas, aunque ya lo llevaban advirtiendo desde hace meses, esta noticia ha sentado como una jarra de agua fría. La economía del euro está bajo grandes riesgos que dificultan el crecimiento económico. El Brexit o las propias tensiones con el Gobierno italiano por razones de déficit amenazan una economía cada vez más desacelerada
Y es que, como ya avisaron desde Bruselas, el exceso de deuda en Italia iba a acabar siendo un problema. Las exigencias impuestas por Europa en materia de reducción de déficit no se han cumplido y las negociaciones de Italia para moderar el reajuste tampoco han ayudado. Con un 130% sobre el PIB, Italia es la economía más endeudada en términos absolutos de la eurozona.
Una deuda que, de seguir con este escenario económico, sería inimaginable pensar en los devastadores efectos que traería un proceso de desapalancamiento en el país. Por ello, pese a los excesos de deuda, los efectos de un desapalancamiento acelerado me llevan a pensar, incluso, que las propuestas del país para moderar el reajuste son las óptimas para la situación que atraviesa.
El país no goza de una actividad económica sólida. El Producto Interior Bruto se desacelera por momentos y la economía italiana sostiene la mayor carga de deuda de la Unión Europea. Ante este escenario, el joven Gobierno italiano debe enfrentarse a una dura situación y afrontar una serie de decisiones que marcarán el futuro para la economía del país.
Entre esta serie de decisiones se encuentra la de moderar esos excesivos niveles de deuda que, por otro lado, es uno de los motivos que ha llevado al país a esta situación. Aunque Italia fuese uno de los países más castigados durante la crisis de deuda soberana de 2011, nunca antes había cosechado dos trimestres de contracción en su Producto Interior Bruto.
Sin embargo, las malas actuaciones de las administraciones públicas, las tensiones con Bruselas por alcanzar un acuerdo en los presupuestos públicos y el generalizado escenario de desaceleración económica y exceso de deuda, han llevado a aquellos países más vulnerables a espirales decrecientes para sus economías.
El Gobierno italiano se muestra muy optimista, previendo crecimientos del 1% para este año. El Banco de Italia, así como otros organismos, prevén un, más moderado, 0,6%. No obstante, el crecimiento vendrá dado en función de la actuación del Gobierno italiano y las decisiones que se lleven a cabo. El país se encuentra en una difícil situación y debe haber una reacción a esto.
Estamos sufriendo las consecuencias del abuso de estímulos y el vicio de la economía. El frecuente uso de políticas expansivas y la sobre estimulación de la economía ha llevado al país a una dura situación de la que no es posible salir con los estímulos económicos convencionales. El extremo de la política expansiva ha acabado por sucumbir al país en una recesión.
Para Bruselas, la situación que atraviesa Italia es de máxima prioridad, pues de no desquitarse de estos riesgos que no dejan de amenazar a la economía del euro, estaríamos pasando por alto los estimulantes para una nueva recesión europea. Por ello, en los próximos meses, el país debe afrontar la situación, tomando aquellas decisiones correctas que logren reactivar la economía italiana.
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