¿Rebaja de impuestos o más gasto social? La economía también se debate en campaña
Por Jorge Hernando Cuñado, profesor de Economía y Empresa, Universidad Nebrija:
La economía es siempre uno de los ejes más importantes de la política. Para las elecciones del próximo 28 de abril hemos analizado el modelo que persiguen PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos y VOX, utilizando sus programas electorales o bien las declaraciones de alguno de sus dirigentes. Llama la atención que, iniciada la campaña electoral, algunos partidos aún no hayan publicado sus propuestas.
El Partido Socialista Obrero Español ha presentado 110 medidas y en el ámbito económico destaca dos prioridades:
- cohesión social
- fomento de la inversión productiva.
También hacen mención a medidas como la subida gradual del salario mínimo interprofesional, propuestas destinadas a las pequeñas y medianas empresas y acciones para combatir la despoblación y el envejecimiento en el medio rural.
Se trata por tanto de un gasto eminentemente social. Por el lado de los ingresos buscan intensificar la progresividad del sistema fiscal, lo que se traduce en aumentar la carga impositiva a grandes empresas y ciudadanos con mayores ingresos y patrimonios.
En el programa también observamos un marcado acento en la lucha contra el fraude fiscaly los paraísos fiscales.
Es interesante que indiquen que su política económica es compatible con la reducción del déficit y la deuda pública, puesto que las políticas de gasto adoptadas en estos meses de gobierno se han caracterizado precisamente por lo contrario.
El Partido Popular propone, si llega al poder, realizar una auditoría externa para comprobar la situación presupuestaria después de las medidas económicas adoptadas por el PSOE durante su mandato. La política económica del PP incluye:
- bajadas y simplificaciones tanto del IRPF (tipo máximo por debajo del 40%) como del impuesto de Sociedades (del 25% al 20%)
- descartan reducir el gasto social o servicios públicos y
- pretenden garantizar el poder adquisitivo de las pensiones.
Aquí surge una paradoja: si se reducen los impuestos, ¿cómo puede mantenerse el gasto o reducir la deuda pública? Esto se explica porque, según comentan los especialistas económicos del partido, las rebajas fiscales ampliarán las bases imponibles, es decir los ingresos sujetos a tributación.
La idea es que con una fiscalidad baja se incentive el consumo, salga a la luz economía sumergida y se incentive la actividad empresarial, incluso atrayendo compañías extranjeras que se instalen en España. Se pone como ejemplo a Irlanda, país que atrae mucha inversión directa extranjera debido a su bajo Impuesto sobre Sociedades (12,5%) y a la facilidad para realizar negocios en el país.
Todo esto teniendo como base teórica la curva de Laffer donde existe un tipo impositivo óptimo (t*) donde se produce la máxima recaudación (R*) y, a partir de ese punto, un ascenso de los tipos impositivos reduciría la recaudación. Este tipo de políticas económicas ya fueron en su día aplicadas por los gobiernos de Ronald Reagan y George W. Bush con aumentos del déficit y de deuda pública al final de sus mandatos y considerables incrementos de la desigualdad. El último episodio de estos recortes impositivos lo está protagonizando actualmente Donald Trump, pero los resultados son aún inciertos.
Ciudadanos tiene como prioridades la educación, el mundo rural y las políticas familiares. También consideran básico continuar con las reformas estructurales en el terreno económico. En el programa indican que no subirán los impuestos a las clases medias o trabajadoras y, de hecho, proponen bajar el IRPF para que el tipo máximo no exceda el 44%.
En cuanto al mundo rural, Ciudadanos se compromete a reducir un 60% el IRPF en municipios despoblados y a ampliar el alcance de la fibra óptica. También quieren fomentar la competencia y el mercado en el sector energético, eliminar durante dos años los impuestos a los emprendedores que creen empresas tecnológicas y destinar el 2% del PIB a la innovación.
Respecto a los ingresos, las medidas incluyen la lucha contra el fraude fiscal, la eliminación de las diputaciones y la auditoria del gasto público, con intención de reducir el despilfarro.
Habría que analizar si el gasto que implican estas acciones se puede cubrir con las medidas propuestas sin aumentar los impuestos.
Unidas Podemos, por su parte, opta por la vía del gasto social con medidas como:
- la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 1.200 euros,
- la renta de 600 euros para parados y personas en riesgo de exclusión social,
- la jornada laboral de 34 horas semanales,
- la recuperación de los 60.000 millones de rescate bancario,
- la creación de una empresa pública de energía y
- la nacionalización de Bankia.
Por el lado del ingreso se proponen impuestos a las grandes fortunas, aumentos de la tributación de las rentas del capital, subidas del IRPF a las rentas superiores a 100.000 euros anuales e incrementos del impuesto de Sociedades.
Ante este programa surge la duda de si los ingresos son suficientes ante tal magnitud de gasto y si estas medidas no desincentivarían la actividad económica.
VOX propone una bajada masiva de impuestos, reducción del peso del Estado en la economía, la reforma del sistema de autonomías, un tipo único del IRPF del 21%, la creación de un Ministerio de Familia y Natalidad o la centralización de la Educación y la Sanidad.
Habría que preguntarse cómo va a mantenerse el Estado del Bienestar con esta masiva bajada de impuestos, así como los efectos en la desigualdad de las medidas propuestas.
En definitiva, es importante observar si los partidos siguen la senda de las reformas estructurales que son claves para el crecimiento futuro del país y si son razonables los gastos y las vías de financiación propuestas con vistas a mejorar los desequilibrios existentes en la economía española.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.