Aplausos y enfados ante el anuncio de Biden de que quiere liberar las patentes de las vacunas
La OMS habla de un paso "clave" en la lucha contra la covid-19, pero las farmacéuticas avisan de que "puede llevar a la desorganización" en la producción.
EEUU apoya liberar las patentes de las vacunas del coronavirus. Se dan las circunstancias “extraordinarias” para ello y es lo que hay que hacer, dice el presidente Joe Biden. Sus palabras, un terremoto en la pasada madrugada, están generando reacciones muy diversas, desde la alegría de organizaciones sanitarias y humanitarias, que ven posible llevar dosis contra la covid-19 incluso a los países menos favorecidos, hasta el enfado de las farmacéuticas, que lo que ven es que el negocio se les reduce.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha celebrado el apoyo expreso del presidente estadounidense a una suspensión de las patentes de las vacunas contra el coronavirus, algo que considera “clave en la lucha contra la covid-19”. El anuncio de Biden, que apoya así una propuesta presentada en octubre de 2020 por India y Sudáfrica que durante meses ha encontrado oposición entre los países desarrollados, “es un gran ejemplo del liderazgo estadounidense a la hora de afrontar desafíos sanitarios globales”, destacó Tedros.
“No me sorprende el anuncio, es lo que esperaba de la Administración del presidente Biden”, añadió el director general de la OMS, organización que el anterior ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump, había amenazado con abandonar el pasado año pero que con el cambio presidencial ha normalizado sus lazos con Washington.
“Felicito a Estados Unidos en esta decisión histórica para conseguir una igualdad en las vacunas y dar prioridad al bienestar de todos en momentos críticos”, añadió el director general de la OMS en un comunicado.
Alegría también en Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha emitido un comunicado en el que “celebra” la medida, porque de este modo, se incrementará el acceso a estas herramientas médicas vitales en un momento en el que la pandemia sigue haciendo estragos en todo el mundo.
Muchos de los países de bajos ingresos en los que trabaja MSF solo han recibido el 0,3% del suministro mundial de vacunas contra el coronavirus, mientras que Estados Unidos ha conseguido suficientes dosis para proteger a toda su población y aún le quedan más de 500 millones de vacunas sobrantes, explican. “La escasez de diagnósticos, tratamientos y otras herramientas médicas que salvan vidas sigue añadiendo presión a países como India y Brasil, donde el aumento de casos ha llevado a los sistemas sanitarios al borde del colapso”.
La decisión adoptada hoy por el gobierno estadounidense es un paso importante hacia el apoyo mundial a una exención en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en materia de propiedad intelectual. Esto podría proporcionar a los países nuevas opciones para hacer frente a las limitaciones de las normas de propiedad intelectual actuales y eliminar las incertidumbres y las barreras legales que pueden impedir la producción y el suministro de productos médicos de covid-19 con antelación.
No gusta tanto a las empresas que fabrican las vacunas, claro. La Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA) considera el anuncio “decepcionante” porque “no aumentará la producción de dosis”. “Muy al contrario, puede llevar a la desorganización”, aseguró en un comunicado la federación global de farmacéuticas, que señaló que deben solucionarse otras limitaciones a la producción de dosis “como la eliminación de barreras comerciales o de cuellos de botella en el suministro de materias primas y otros ingredientes”.
“La única forma de garantizar un rápido aumento de las vacunas y un acceso equitativo de ellas para todos sigue siendo un diálogo pragmático y constructivo con el sector privado”, añadió la IFPMA.
La organización aseguró que “está completamente a favor de garantizar que las vacunas se compartan de forma rápida e igualitaria en todo el mundo, pero una suspensión (de patentes) es una solución simplista y equivocada a un problema muy complejo”.
También hizo alusión a la transferencia de tecnología como vehículo preferible para aumentar la producción de vacunas en lugar de una suspensión de los derechos de propiedad intelectual, recordando que se han firmado más de 200 acuerdos de ese tipo para expandir la fabricación de esos fármacos contra la pandemia.