Rajoy ya se comporta como jefe de la oposición
Esta misma mañana, subido en la tribuna el Congreso, ha vuelto el Rajoy de la oposición y ha comenzado la carrera por volver a ser presidente en las próximas elecciones, una vez haya fulminado a Sánchez y a Rivera. Faltón y provocador, se ha parapetado tras sus electores para legitimarse y minimizar la sentencia de Gürtel, tildándola de excusa para desalojarle como si fuese algo banal que los tribunales hayan certificado la corrupción en el partido de Gobierno.
Una corrupción que ha negado tras hacer una lectura de la sentencia en la que el PP no sale perjudicado, sólo algunos elementos de su partido, "casos aislados", según sus palabras. ¿Qué sentencia habrá leído? Nos preguntábamos en la tribuna de prensa.
La estabilidad bien vale el precio de la corrupción. Los mercados ya se han resentido, según la interpretación del presidente, para quien Italia no existe en esa caída generalizada de las bolsas. En el ideario popular y del líder, Mariano Rajoy, la estabilidad cotiza mejor que la corrupción. Los pecados de los corruptos del PP ya los han lavado las urnas, como has recordado Rajoy. Se ha cargado a la Justicia y el respeto a las sentencias, avalando al mismo Puigdemont. Por encima de la ley, están los votos recibidos, la voluntad de los electores como si fuera un cheque en blanco.
Como trasfondo de las primeras dos horas, ha flotado en una parte de la cámara una sensación de tristeza a medida que se reían los diputados de la bancada popular. Que en una mañana como la actual hayan tirado de nuevo de la paratimia colectiva que padecen –todo lo que dice la oposición se lo toman a cachondeo y resulta insultante cuando se piensa en por qué hemos llegado hasta aquí- , sumado a los diputados encargados de lanzar latiguillos, comentarios e increpaciones al que está en la tribuna, es otro retrato de cómo se toman en el PP lo que ha sucedido. A cachondeo, aunque sin la convicción de otros momentos de la legislatura.
Otro de los hechos más importantes que avalan su papel como jefe de la oposición es haber adoptado el discurso feroz con que Irene Montero dejó seco al grupo popular cuando desgranó uno por uno todos los casos de corrupción del PP en la moción que presentó Podemos hace unos meses. Las preguntas a Ábalos sobre la corrupción en el PSOE era un copypaste de Montero.
Y mientras, a la espera del discurso de Pedro Sánchez, y mientras Rajoy le abofetea antes de que suba a la tribuna, dos personajes clave en la historia, Aitor Esteban y Mikel Legarda, los diputados del PNV, no mueven una ceja y siguen tomando notas y notas, y notas...