Quiénes son los 'influencers' verdes en España
Porque no sólo de Greta vive el medioambiente.
Greta Thunberg saltó a los medios de todo el mundo en 2018, cuando decidió protestar cada viernes a las puertas del parlamento sueco pidiendo a su gobierno la reducción de las emisiones de CO2 a las que se había comprometido en el Acuerdo de París. Azote de negacionistas y gobiernos, hoy es un símbolo del activismo medioambiental, inspiración de millones de jóvenes y una de las invitadas con más poder de convocatoria en cualquier foro de ecología y biodiversidad internacional.
Ahora bien, Greta no hay sólo una. Aunque su peso mediático e influencia estén a años luz de la sueca, son muchos los jóvenes comprometidos con el planeta que, igual que ella, han decidido cargar con la responsabilidad de convencer a los ciudadanos de a pie y presionar a gobiernos, instituciones y empresas de que no nos queda tiempo, que tiene que ser ya, que el mundo ha de cambiar si no queremos acabar con él.
En nuestro país también los hay. Lanzando plataformas de consumo responsable, haciendo vídeos para plantear la más cruda realidad y sus soluciones, divulgando estudios e investigaciones, creando marcas de ropa sostenible y haciendo de la comunicación en redes sociales su principal arma han logrado llegar a miles de personas para conseguir tratar así implantar un nuevo paradigma que proteja al planeta y nos proteja a nosotros.
Días antes de que la COP26 abriese sus puertas en Glasgow, en Madrid se presentó Hope! Estamos a tiempo, el nuevo proyecto de Javier Peña, un treintañero que ha podido hacer de sus dos inquietudes, la biología y la comunicación, su modo de vida.
Este millennial, que ha convertido sus redes sociales en una de las plataformas contra el cambio climático con más impacto en el mundo de habla hispana, protagonizará ahora una original docu-serie de diez capítulos sobre las soluciones al Cambio Climático, que llevará por título Hope! En pie por el planeta. Para financiar la serie, producida por El Gatoverde Producciones, el pasado miércoles se puso en marcha una campaña de crowdfunding, pues este modelo de financiación es una garantía de independencia.
Hope! En pie por el planeta es todo un reto para Peña, que comenzó esta aventura subiendo vídeos a las redes sociales hace tres años. “Yo venía del sector de la comunicación digital y trabajaba haciendo vídeos y redes sociales. A raíz del famoso informe del IPCC de 2018 en el que anunciaban que nos quedaban 12 años para llegar al punto de no retorno, sentí que tenía que hacer algo. Pero como mucha otra gente porque en ese momentos se activaron Extinction Rebellion, Jóvenes por el Clima, surgió Greta Thumberg… ”, explica Javier. “La situación daba tanto vértigo... En mis circunstancias, me acababa de convertir en padre, yo lo que podía aportar, en mi campo, en la comunicación digital, era trasladar el mensaje que estaban dando los científicos y que no estaba teniendo el alcance que debería tener. Así decidí abrir una página en Facebook donde colgar vídeos, sin mayor pretensión. De repente la acogida fue tan alucinante que cambiaron muchas cosas en mi vida y pasé a dedicarme sólo a esto”, cuenta el protagonista.
Ya los primeros vídeos superaron las expectativas del propio divulgador. Durante el primer año, sus vídeos fueron reproducidos más de 200 millones de veces y su perfil alcanzó los 500.000 seguidores. Desde entonces, sus números no han hecho más que crecer. En Facebook tiene más de 750.000 seguidores y uno de sus últimos vídeos, en el que explica por qué Greenpeace tiró rocas al mar, tiene 6.210.000 reproducciones en Instagram y 7.800.000 en Facebook.
La idea de Javier Peña de compartir vídeos en redes sociales sobre el desastre del que somos responsables no tiene nada de original: no fue el primero ni será el último. ¿Por qué él sí logra calar en la gente? “Pues es que entendí que, cuando estás ante esta emergencia es como cuando estás en medio de un incendio. Cuando tu piso se está quemando, hay dos factores que determinan tu suerte: el primero, que te des cuenta de que estás en un incendio; y el segundo, que sepas qué es exactamente lo que tienes que hacer, cuáles son los pasos, las salidas de emergencia, el tiempo que tienes para actuar.... En ese segundo punto es donde existe un vacío. Se trata de mostrar, cuál sería la hoja de ruta válida para cumplir los objetivos del Acuerdo de París según la ciencia. Y eso es lo que también vamos a comunicar en el documental. No podemos tomar las mejores decisiones sobre nuestros hábitos si no sabemos cuáles son las mejores soluciones”, advierte.
“Los vídeos de Javier tienen una dosis de ironía provocadora”, matiza Fernando Valladares, profesor de investigación del CSIC y uno de los miembros del grupo de expertos y científicos con los que trabaja Peña para que sus mensajes tengan el mayor rigor científico. “Siempre busca la forma de plantearte una paradoja, te hace verte ante el espejo… y esto ocurre en un pestañeo, en tres segundos, no se detiene con esa ironía y no se regodea en ello. Ah, y siempre es un disparate para que luego reflexiones sobre las implicaciones del disparate y veas lo que hay que hacer para contrarrestarlo. Eso es un punto de creatividad y una señal de identidad de Javier”, asegura Valladares.
El momento para el joven activista es vital: “Nunca en la historia de la humanidad ha habido una generación con tanta responsabilidad en nuestras manos. Los científicos ya están diciendo que el punto de no retorno significa no retorno. Los años que nos quedan se pueden contar con los dedos de las manos y lo que hagamos o no hagamos en estos pocos años va a determinar el futuro de los próximos milenios”, afirma terminante. “Esta es nuestra situación, estas son nuestras cartas y ahora tenemos que tomar la decisión de cómo queremos resolver esta encrucijada en la que estamos”.
“Yo no soy influencer, prefiero ser activista. Pero desde una perspectiva limitada: hago activismo desde la comunicación”, aclara María Negro, “consultora en comunicación de negocios que impactan en positivo y divulgadora sobre sostenibilidad”, como ella misma se define.
Negro es una de las veteranas en esto de la divulgación del desarrollo sostenible y el medio ambiente. Hace siete años, cuando terminó sus estudios de comunicación y publicidad tuvo claro que nunca trabajaría en agencias para compañías en las que no creía porque no estaban en armonía con sus valores y decidió volcar sus esfuerzos en dar visibilidad a empresas que lo hacían de otra manera. “Tenía claro que quería dedicar mi trabajo a hacer el mundo un poquito mejor”, asegura convencida.
Desde entonces, María ha puesto en marcha numerosas iniciativas a lo largo de estos años orientadas a apoyar el emprendimiento social, por eso creo la consultora El hervidero de ideas; a incentivar un consumo más responsable, para lo que diseñó la plataforma Consume con coco —en la que hay más de 60 marcas responsables y éticas—; y a enseñar cómo llevar una vida más consciente y sostenible, algo que decidió mostrar en el libro Cambia el mundo.
“Ese libro no es otra cosa que el compendio de todo lo que llevaba desarrollando desde hace unos años”, nos cuenta María. “Es una guía práctica de 10 pasos para minimizar la huella ambiental. Para que el lector sea consciente de lo que come, de lo que consume, de cómo se deplaza, de los residuos que genera... Planteo el cambio desde la comodidad y la motivación”. Insiste la autora en destacar que, además, el libro está escrito en femenino porque le gusta abordar la crisis climática desde una perspectiva de género. “Por ejemplo, a la hora de plantear cómo reducir los productos que utilizamos en el baño. Es evidente que el patriarcado está detrás de todo lo que usamos para esconder, borrar o mitigar lo que nos han dicho que son nuestras imperfecciones físicas”, demanda Negro.
La divulgadora sostiene que todos somos agentes de cambio, que nuestros esfuerzos, por pequeños que sean, sumados pueden ser muy grandes. “Ha habido un cambio muy grande en estos últimos tiempos. Hace siete años, cuando asesoraba sobre sostenibilidad en incubadoras de empresas, la respuesta siempre era la misma: ’No, en España la sostenibilidad no tiene sentido, es una moda que se pasará”. Hoy, María es reclamada por grandes empresas, por instituciones, por foros profesionales y eventos sociales como conferenciante y experta en responsabilidad medioambiental y comunicación.
Jon Kareaga se define como activista ambiental, y en su perfil de Instagram deja patente su estilo de vida sostenible y consciente con el planeta, a la vez que denuncia las amenazas que lo ponen en peligro. Entre ellas, los residuos que se vierten sobre los océanos. Este joven vasco ha participado en numerosas recogidas de basura en las playas, y allí fue donde se dio cuenta de que la gran mayoría de residuos eran redes de pesca y que había que cambiar el sistema.
No es el único sector para el que Kareaga pelea por un cambio. El activista es uno de los fundadores de Bask Brand, una marca de ropa que nace como respuesta al sistema fast fashion, que produce tonelada de residuos, contamina ríos y emplea a trabajadores en condiciones de explotación.
La firma, fundada por Kareaga y sus compañeros Maddi y Mikel, nace tras un viaje a Bangladesh, uno de los países con más fábricas textiles del mundo y tristemente famoso por el derrumbe de Rana Plaza, un edificio que albergaba talleres para decenas de marcas conocidas en el que murieron más de 1.000 personas que trabajaban en penosas condiciones. Por eso, desde Bask abogan por una producción sostenible y de proximidad, fabricando sus prendas en varias localidades de España y Portugal. Además utilizan tintes naturales y es fácil seguir la trazabilidad de cada producto en un ejercicio de transparencia con sus clientes.
En abril se sumaron a la campaña de Fashion Revolution Who made my clothes? —¿Quién hizo mi ropa?— que pone cara a las personas que están en los talleres fabricando las prendas que vestimos cada día. Además, en un esfuerzo por demostrar que la moda sostenible no tiene por qué ser prohibitiva, ofrecen precios asequibles en la mayoría de sus prendas.
No sólo Instagram acoge a cientos de activistas por el clima, Twitter también es un buen canal para divulgar y denunciar la inacción desde algunos sectores de la política. En este ámbito destaca David Lois, profesor e investigador en la UNED, conocido en la red social como Mobility Behaviour. En su perfil de Twitter —donde tiene más de 41.000 seguidores—, Lois reflexiona sobre los cambios a los que deben enfrentarse las ciudades para ser más amables con los vecinos y para lograr una movilidad limpia en la que el coche tenga poco protagonismo y se potencie el transporte público, la bicicleta o caminar.
A través de vídeos, fotografías o reportajes de medios nacionales o extranjeros el profesor muestra los resultados positivos en la salud de las personas en ciudades que han apostado por un nuevo modelo de movilidad. Tampoco duda en denunciar la falta de acción en ciudades como Madrid, que no han tomado medidas para quitarle espacio al coche.