¿Quién puede gobernar Canarias?
Se cuece un pacto PSOE-PP para el Gobierno de Canarias...
La naturaleza del sistema electoral canario genera una suma de mayorías diferente a la que podríamos prever en el resto de comunidades autónomas.
El pasado domingo 26 de mayo el PSOE obtuvo 25 escaños, CC 20, el PP 11, NC 6, Sí Podemos 4, ASG 3 y Ciudadanos 2. La mayoría está en 36, y se puede alcanzar por varios medios.
Durante esta última semana, todas las rotativas nacionales, en su tradicional repaso por cada comunidad, especulaban con una alternativa a Coalición Canaria en el Gobierno de Canarias tras 26 años. Algunos incluso planteaban entre el PSOE y la Agrupación Socialista Gomera (ASG), que son algo así como el PSC y el PSOE, o para ser más insulares, Gent X Formentera y el PSOE de Baleares, los cuales tienen una alianza para la cámara autonómica balear. No es el caso de la ASG, partido que nace de un conocido líder político local que fue expulsado del PSOE en la isla de La Gomera en 2015.
El hecho de que Canarias tenga siete distritos insulares y uno archipielágico, condiciona las mayorías que pueden darse, que no sólo van por los dos ejes fundamentales; el izquierda-derecha y el nacionalista. En Canarias se suma el eje insular, donde la procedencia de cada uno de los partidos complica aún más la suma de esos 36 diputados necesarios para la mayoría absoluta.
En la llamada lista canaria se dio una mayoría a la izquierda, con 3 asientos para el PSOE, 1 para Nueva Canarias y otro para Sí Podemos, lo cual suma 5 de los nueve que tiene la lista común. Coalición Canaria obtuvo 3 representantes y el Partido Popular sólo 1. El resultado de esta lista está en contraste con el resultado global, ya que muestra una proporcionalidad de voto sin suprarepresentar determinados territorios.
En las restantes siete circunscripciones insulares hay contrastes claros, cada isla es pequeño mundo. CC mejora su implantación en Gran Canaria, a NC le sigue costando la provincia de Santa Cruz, y el PSOE sigue siendo el único partido con representación en todas y cada una de las islas.
Teniendo Tenerife y Gran Canaria el 83% de la población, uno podría pensar que lo que debemos hacer es ver el resultado en cada una de estas dos islas y dirimir quien gobernará este archipiélago, pero no es así. Canarias tiene una distribución de escaños por circunscripción más bien arbitraria, dirigida a dar más asientos a distritos más rurales; las islas no capitalinas, con líderes muy carismáticos y familias acostumbradas a ejercer el poder.
Las diferencias entre cada ínsula son especialmente importantes. Las islas no capitalinas tienen 31 diputados, y las capitalinas -donde están Las Palmas y Santa Cruz- un total de 30. El origen de esta desproporción es largo de explicar, pero redunda en los pactos que dieron pie al Estatuto de Autonomía, donde los representantes de cada territorio –especialmente de Lanzarote y La Palma- quisieron asegurar una importancia mínima en un escenario novedoso y democrático donde los cabildos iban a perder importancia.
En cada elección, Coalición Canaria obtiene tradicionalmente buenos datos en Tenerife y en las islas sin ciudad capital, menos en La Gomera, donde ese espacio político; rural-canario, centrado, en contra del conflicto, con estéticas populistas (pero institucional), asistencialista y personalista, lo ha hegemonizado desde hace ya cuarenta años Don Casimiro Curbelo Curbelo, líder de la Agrupación Socialista Gomera; el gran rompecabezas de la política canaria.
Curbelo es Licenciado en Filosofía por la Universidad de La Laguna, y fue quien hiló el PSOE gomero hasta que un sonado escándalo en un club de alterne madrileño implicó su salida del partido en 2015 por orden de Ferraz. Es ahí cuando funda la Agrupación Socialista Gomera (ASG). Este partido obtiene siempre tres de los cuatro diputados que reparte la isla, y aunque en su propio territorio se expresa como socialista, en el conjunto del archipiélago tiene una connotación más bien orientada a pactar con Coalición Canaria o PP, que a dar pacto con Sí Podemos y Nueva Canarias.
Si pones la tele, la aritmética electoral nos dice que ASG debería pactar con Sí Podemos, PSOE y Nueva Canarias, pero no es tan fácil. El último gobierno que tuvo Canarias estuvo dirigido por CC, y sostenido parlamentariamente por PP y ASG durante la mayoría de la legislatura.
Además ASG es un obstáculo claro en los motivos que separan a PSOE y Sí Podemos de CC, tales como el criterio de reparto del Fondo de Desarrollo (FDCAN) o el acuerdo para la creación de una Ley Electoral Canaria más proporcional, donde ha primado un beneficio hacia las islas más pequeñas, en los acuerdos de CC con ASG. Para que nos hagamos una idea, de los 23 escaños que obtienen CC y ASG, 16 provienen de las islas no capitalinas, que con el 17% de la población tienen cerca del 50% de la representación del Parlamento de Canarias.
Si queremos leer un pacto posible, deberíamos atender no sólo al eje izquierda-derecha y nacionalista, sino también calibrar un interés que pueda beneficiar a las islas más pobladas o a las menos, es decir, a las más favorecidas por la norma electoral actual, o a las menos.
Lo cierto es que hoy día se cuece un pacto PSOE-PP para el Gobierno de Canarias, y si nada lo remedia, ello significará probablemente el desarrollo de un gobierno “de concentración”, el cual podría extenderse a los cabildos de Tenerife, La Palma y Lanzarote, así como al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, gobernado por Coalición Canaria desde hace 36 años.
Hay toda una ofensiva cultural contra CC en Canarias, trazándose pactos entre PSOE, PP y Ciudadanos cuando es posible, y entre PSOE y los partidos
a su izquierda cuando también lo es, como es el caso de dos de las grandes ciudades del Archipiélago, San Cristóbal de La Laguna, donde pactarán un gobierno de progreso, con Unidas se puede y Avante, y Las Palmas de Gran Canaria, donde llegan a acuerdos con Nueva Canarias y Unidas Podemos.
De primeras los partidos están demostrando mucha flexibilidad e independencia entre instituciones, donde sólo hay una correspondencia común: aislar a Coalición Canaria de las mismas. La ofensiva viene por el centro, entre diferentes, y no se dice “nacionalista canaria”. De darse, será interesante ver qué gestión de la identidad canaria hacen estos partidos, marcando así distancias con lo que venimos viviendo con ese experimento de “todo lo soy pero no soy nada”, que representa Coalición Canaria desde 1993.
Creo que esta idea de “todos contra CC” puede generar un fortalecimiento de la identidad del grupo afectado, y no necesariamente una mayor fuerza de los que se unen contra él, dada la heterogeneidad y urgencia que los está caracterizando en su forma de sacarles del poder.
Canarias is different. El pacto de PSOE a izquierda o a derecha no será sencillo, y sólo lo puede parar una gestión de la fuerza de CC en el Congreso que obligue a Sánchez a necesitar a las dos diputadas de la gran asociación de voluntades que ha venido siendo la Coalición Canaria de Ana Oramas González-Moro.
Veremos qué pasa.