¿Quién lava los platos en casa? Esto puede tener consecuencias en la pareja
En especial para las mujeres.
Lo sabemos: no a todo el mundo le gusta fregar los platos. Y aunque se tenga la suerte de disponer de un lavavajillas para que haga el trabajo, hay veces en las que no queda otra que mojarse las manos.
Según un reciente informe publicado por el Council on Contemporary Families, a partir de uno de 2006, las mujeres encuestadas afirmaron que la tarea del hogar que marcaba la diferencia respecto a su relación en pareja era lavar los platos. En concreto, el informe señalaba que las mujeres que asumían esta tarea por completo decían tener "más discusiones con su pareja y menos satisfacción en la relación y en el sexo, en comparación con las mujeres que reparten este trabajo con su pareja".
No obstante, lavar los platos no es lo único que puede generar descontento en la relación. Otras tareas como hacer la colada, las compras o la limpieza también afectan a la pareja dependiendo de cómo se repartan. Cuando una única persona asume más trabajo que la otra, es probable que surja el conflicto, lo cual puede perjudicar la relación a largo plazo.
"Parece que los individuos y las parejas tienden a comparar su trabajo con el de los demás. Sentir que hacen más o menos que la otra persona condiciona sus sentimientos respecto a su propio trabajo en particular, y respecto a su relación en general", apunta el autor del informe, Daniel Carlson. "Así, se deduce que cuanto mejor repartidas estén las tareas del hogar, más beneficios percibirá la pareja", señala.
Carlson explica que la proporción de parejas que reparten las tareas de casa en Estados Unidos ha aumentado de forma significativa desde los años 90. Con datos de 2006, cuando se elaboró el informe, el número de parejas que dividen la limpieza del hogar ha crecido hasta un 22%; las que dividen la colada, a un 21% (en los 90 era solo un 9%); y las que se reparten la tarea de cocinar a un 21% (un 13% en los 90). Respecto a lavar los platos, la proporción de parejas que dividen esta tarea ha aumentado de un 16% en los 90 a un 29% en 2006. Hacer la compra sigue siendo la tarea que se reparte de forma más equitativa.
Hay otros estudios previos que señalan que cuando las tareas están divididas de forma justa, el matrimonio experimenta una mayor satisfacción sexual. "Si la pareja siente que el trabajo del hogar está repartido de forma injusta puede que la relación se vaya desgastando", afirma Anne Barret en un estudio publicado en la revista Social Forces.
Según esta investigación, "si las mujeres asumen mayor carga, se reduce la satisfacción sexual tanto para hombres como mujeres en casi un punto (en una escala del 1 al 10)".
Otro estudio publicado en The Journal of Marriage and Family en 2016 también reveló que compartir estas tareas aumentaba el deseo mutuo en las parejas.
"Antes, el amor se entendía como la atracción de polos opuestos, y era común que a cada miembro de la pareja se le asignara una serie de habilidades, tareas y emociones concretas. Hoy en día, el amor se basa en compartir intereses, actividades y emociones. Hace tiempo, la diferencia era la base del deseo; en cambio, ahora la igualdad resulta cada vez más erótica", plantea la historiadora Stephanie Coontz.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Canadá y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.