La familia de Greta Thunberg: así son los padres y la hermana de la activista
Es hija de una cantante de ópera que representó a Suecia en Eurovisión y de un actor secundario de la televisión nacional sueca.
En medios de comunicación, en memes... Hasta en una foto de hace 120 años. Greta Thunberg, con sus trenzas y su gorro de lana, se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la crisis climática. La joven de 16 años encabezó primera huelga climática cuando un viernes de agosto de 2018 decidió dejar de ir al colegio para protestar en la puerta del Parlamento de Suecia con una pancarta con el mensaje: “Huelga escolar por el cambio climático”.
Este fue solo el primer movimiento de la que es la activista por excelencia de la lucha por la emergencia climática. Después de dejar boquiabierto a medio mundo con su discurso en la Cumbre del Clima de 2018 (COP24), la sueca llega a España para formar parte de la Cumbre del Clima de 2019 (COP25) tras una larga travesía por el Atlántico. Todo ese desarrollo no habría sido posible sin su elenco: el clan Thunberg-Ernman.
Junto a su madre la cantante Malena Ernman, su padre el actor Svante Thunberg y su hermana la promesa de la canción Beata Thunberg forma este elenco que acaba de lanzar un libro titulado Nuestra casa está ardiendo. Historia de un planeta y una familia en crisis (Lumen). En él que se adentran en el fenómeno Greta Thunberg y en cómo el activismo por la crisis climática copó todos los intereses de la familia. Del espectáculo al activismo.
La protagonista en la sombra de todo este boom familiar es la madre, la cantante de ópera Malena Ernman. Ernman nació el 4 de noviembre de 1970 y al igual que sus dos hijas empezó su carrera bastante joven. Se apuntó al coro infantil de la localidad Sandviken (Gävleborg, Suecia) y, al cumplir la mayoría de edad, se especializó como mezzosoprano en la Real Academia Sueca de Música en Estocolmo. Se acabó de formar en la Ópera Real de Estocolmo y el Conservatorio de Música de Orleans (Francia).
Creyente y católica de convicción, Ernman debutó en 1997, cuando tenía 27, años como mezzosoprano representando a la Princesa Cecilia en la ópera Liten Karin y fue logrando papeles secundarios en varias reputadas óperas a nivel europeo, entre ellos el Festival de Salzburgo y el Palau del Liceo de Barcelona, donde dio vida a Nerón en la aplaudida adaptación de Agrippina en 2013.
A mediados de los 2000, cuando Greta empezó a ir al colegio su carrera se complicó. Su marido Svante se ocupaba de la niña y de su hermana menor, Beata. Por aquel entonces, según cuenta en su libro Escenas del corazón, Greta empezó a mostrar ataques de pánico en clase y cayó en una profunda depresión. ¿El motivo? Una serie de documentales sobre la contaminación y la emergencia climática que le pusieron en el colegio y que le hicieron entrar en pánico. Llegaron incluso a hacerla caer en depresión, según cuentan los padres.
En 2009 Ernman fue seleccionada para representar a Suecia en el Festival de Eurovisión con una canción de ópera pop mitad en francés y mitad en inglés titulada La Voix. Ernman hizo historia, para mal. Ha sido la segunda peor clasificada en una final de Eurovisión de la historia de Suecia, quedó en el puesto 21 de 25. Eso sí, quedó por delante de España que ese año fue al certamen de Moscú con Soraya. La triunfita quedó en el puesto 24 de 25 con el tema La noche es para mí.
La actuación habla por sí solo: una escenografía con bailarinas con tocado estilo Lady Gaga, luces a tutiplén (lo que resulta paradógico siendo la madre de la activista y que le ha provocado numerosas críticas en YouTube por la crisis climática), una letra que habla sobre las voces que oye en su cabeza una mujer y una fusión de estilos que no acaba de sonar agradable. A cualquier exmiembro de Abba le pitarían los oídos.
Tras esta pequeña catástrofe, Ernman redujo su presencia en Europa y se limitó a giras concretas junto a la también cantante de ópera Sissela Kyle. En su show mezclaban humor con cantos líricos e incluso se atrevieron a imitar a Montserrat Caballé en una actuación en Barcelona en 2010.
A principios de la década de 2010, la familia Thunberg aún comía carne y viajaba en avión de un lugar a otro. A pesar de que en su cuenta de Instagram Ernman ya compartía imágenes reivindicativas a favor del matrimonio LGTBI y en contra del calentamiento global. El agravamiento de la depresión de Greta y conocer el motivo real de esta crisis fue lo que les hizo cambiar el chip.
“Lloraba y quería irse a casa porque en el comedor se deben comer animales muertos y hablar de ropa de marca, maquillaje y móviles. Pero no podía”, cuenta Ernman en Nuestra casa está ardiendo. La niña tenía entonces 10 años y acababa de ser diagnosticada de Asperger. Sus padres decidieron entonces cambiar de vida.
Nada de aviones, de coches de gasolina ni de carne. Ernman y su marido se volvieron vegetarianos y ella dejó de actuar fuera del país. De hecho, en los últimos años su carrera musical se ha centrado en shows en un teatro situado en la cantera de Dalhalla en Rättvik (Suecia), donde acaba la mayoría de sus actuaciones dándose un chapuzón en el foso delante del escenario.
A pesar de que mantiene su carrera musical, el objetivo de Ernman parece seguir los pasos de su hija y convertirse también en activista por el clima. En 2017 publicó una serie de vídeos al estilo youtuber donde daba consejos sobre sostenibilidad.
De hecho, según informó The Times el pasado mes de agosto, la madre de Greta acudió a una cita por el clima en Estocolmo y allí conoció al empresario Ingmar Rentzhog, presidente del Think Tank We Don’t Have Time. Varios meses después, en agosto de 2018, el mismo Rentzhog fue el encargado de sacar a la luz la historia de Greta. La relación, según informa este medio, es más que evidente.
Su padre, Svante Thunberg, es la sombra de Greta. Svante es el encargado de viajar con ella en barco a todas las cumbres y de apañárselas para lograr el transporte menos dañino con el medio ambiente. Hijo del reputado actor y director Olof Thunberg, Svante nació 10 de junio de 1969 y decidió dedicarse a la interpretación aunque no le ha ido tan bien como a su progenitor.
Estudió Teatro y Ópera en la Universidad de Gotemburgo hasta 1997, ese año empezó a girar con el Teatro Nacional de Suecia. Tras esto protagonizó la exitosa serie sueca Skärgårdsdoktorn (1998) y al año siguiente logró un papel secundario en otra producción local. Tras dos años sin ningún trabajo, a partir del 2000 centró sus labores en la producción y en ser mánager de Ernman con quien acabó casándose en 2004. Ya llevaban varios años de relación y tenían una hija. Greta nació el 3 de enero de 2003.
Su vida ha estado centrada en acompañar a sus hijas, Greta y Beata, y en cuidarlas cuando su madre estaba de gira, por lo que fue uno de los que primero vivió los enfados de Greta por la crisis climática.
“Lleváis emitidas 2,7 toneladas de emisiones de CO2, lo que representa todas las emisiones anuales de cinco habitantes de Senegal”, le dijo Greta cuando su padre decidió ir con su hermana a Cerdeña en avión para pasar unos días. “Entiendo lo que dices. A partir de ahora me dedicaré a estar con los pies en el suelo”, respondió el padre.
Desde entonces, se ha convertido en una voz de lucha por la crisis climática junto a su hija, basta con ver sus intervenciones en la COP24, donde señaló que no era suficiente con ir en coche eléctrico. “Nadie debería ir en coche privado, esas son las cosas importantes de las que nadie habla”, contó, y puso gran parte de la responsabilidad sobre la emergencia climática en los medios. “Necesitamos que los periodistas tomen responsabilidades porque tienen una responsabilidad bíblica sobre sus hombros y no que digan ’no, es algo demasiado comprometido, mejor hagamos esto”, enfatizó.
Beata nació en 2005, dos años después que Greta, y ha seguido desde muy joven los pasos de su madre, Malena Ernman. Sus pasiones son el canto y el baile y empezó a actuar junto a su madre en mayo de 2018. Gracias a la promoción que hacen de ella sus padres y su hermana en redes sociales acumula ya más de 14.000 seguidores en su cuenta de Instagram. Y eso que tiene solo un single, Bara Du Vill (Solo lo harás, en español).
El tema lleva más de 100.000 reproducciones en Spotify en algo más de cuatro meses y lo ha presentado en varias cadenas suecas como Bingolotto.
Beata, según ha confesado su madre en la biografía familiar, se siente más identificada con la causa feminista. “A Beata no le gusta practicar deporte porque el objetivo siempre es ganar, algo que fascina a los chicos. Tampoco le gusta jugar a las cartas porque tiene sus propias reglas que nadie comparte: la dama siempre gana al rey. Y no entiende por qué los chicos valen más que las chicas y por qué solo se les escucha a ellos”, detalla la madre en Nuestra casa está ardiendo. La madre le explica que “son las estructuras patriarcales de la sociedad”. Esta misma narrativa fue con la que inició Greta su cruzada por la emergencia climática.
Su primera acción feminista Beata está utilizando su canción para promocionar los juegos de rol Handbok För Superhjältar (algo así como Manual para superhéroes, en español), donde la protagonista es una superheroína.