¿Qué pasa en Barcelona para que otros países alerten a sus turistas cuando van?
Los diarios internacionales se han hecho eco de la criminalidad de Barcelona. Vecinos de esta y otras ciudades de Cataluña buscan alternativas seguras.
“Fuera de control”. Estas son las tres palabras con las que la cadena británica BBC ha resumido la situación en Barcelona, la segunda ciudad más importante de España, en su página web. No ha sido sólo la televisión pública británica: la revista alemana Der Spiegel señala que se trata de “la ciudad del crimen” y Estados Unidos ha alertado a sus ciudadanos del aumento de los “crímenes violentos” este verano, especialmente en áreas turísticas y populares.
Se refieren así al aumento de la criminalidad y de la violencia en la ciudad, que copa decenas de noticias en medios de comunicación este verano por este asunto. Robos con violencia, hurtos, agresiones... Incidentes que en algunos casos han dejado heridos y que la Generalitat y los consistorios están tratando de abordar. Pero, ¿qué ha pasado para que se llegue a esta situación en una ciudad que recibe a más de 12 millones de visitantes al año? ¿Qué medidas están tomando los políticos? ¿Han notado los vecinos de a pie este problema?
Un aumento considerable de la violencia
Los actos violentos han incrementado en la ciudad hasta un 31% los últimos dos meses con respecto a 2018. Si se observan los datos concretos de robos con fuerza y con hurto han aumentado más de un 60%.
Ejemplo de estos casos ha sido el atraco de una diplomática coreana, que ha resultado ser mortal. También el embajador de Afganistán en España, Masood Khalili, sufrió un robo con violencia cuando unos asaltantes le tiraron al suelo para llevarse su reloj. Eso, sumado al acoso, los hurtos y la violencia que sufren los turistas han hecho que salten las alarmas.
También ha sido el argumento perfecto para que la oposición cargue contra el Ejecutivo de Ada Colau por su gestión. Pero la BBC lo desmiente y publica que ha “aumentado el presupuesto en seguridad en un 16% el año pasado y un 11% en este año”.
Algunas asociaciones de vecinos confirman el malestar. Desde la plataforma ciudadana Salvalona afirman que “el índice de criminalidad se ha disparado y la ciudad está fuera de control”. Esto, según ellos, es un “caldo de cultivo muy peligroso” para que se produzcan estos incidentes. Por eso reclaman no sólo el refuerzo policial, sino un cambio en la legislación. “Actualmente el hurto es castigado con una multa de 400 euros aunque seas reincidente, así que hay personas con 20 denuncias que siguen en la calle”, dice un miembro de la organización. “Hemos normalizado apuñalamientos, violaciones en grupo, agresiones... Y eso no puede ser”, añaden.
Por eso se están organizando por su cuenta en algunos barrios. Preparan movilizaciones, caceroladas y grupos de vecinos que vigilan las calles para avisar a la policía cuando ven algo sospechoso.
Es lo que han hecho los últimos días en algunos barrios, como Can Comulada. Allí, cuando anochece, los vecinos se preparan para iniciar sus rondas equipados con su móvil, linterna y chaleco reflectante para vigilar el barrio.
No es la única iniciativa que ha salido de los ciudadanos. También se han creado cuentas de Twitter para denunciar hechos delictivos. “Hemos decidido adoptar las patrullas vecinales porque el Ayuntamiento tiene un déficit de policía local y los Mossos d’Esquadra tampoco cuentan con suficientes efectivos para una zona tan amplia”, ha explicado el presidente de la Asociación de Vecinos Comafosca, Javier Martínez. Por eso, ha continuado, quienes hacen estas rondas nocturnas se limitan a pasear y a avisar a la policía en cuanto ven alguna “conducta sospechosa”. En otras urbanizaciones han contratado compañías de vigilancia privada, se han creado grupos de whatsapp para denunciar la falta de seguridad ciudadana.
Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona han señalado a El HuffPost que no quieren entrar a hacer declaraciones: “Queremos esperar al final del verano, para ver si es una cosa puntual, sólo de verano o un problema estructural de cambio de políticas”.
Por su parte, la Generalitat le ha quitado hierro al asunto. “Hay un incremento de robos con intimidación y hurtos, pero ya empezó en 2018”, cuentan fuentes de la institución a este diario, “desde entonces los Mossos han puesto en marcha distintos dispositivos, como reforzar su presencia en algunos barrios”
Admiten que “hay una tendencia a la alta” y “un repunte de la criminalidad” pero que se “están poniendo en marcha programas para abordarlo”. E intentan quitarle importancia: “Las cifras no cambian mucho si se comparan con 2018 y son más bajas que en 2012 y 2013, pero se han congregado los delitos en los meses de julio y agosto, por eso parece que hay más”. Aunque los delitos cambian: el año pasado “nos centramos más en luchar contra el narcotráfico y el robo en domicilios y este año es el hurto y los robos con violencia”.
La Generalitat insiste en que, aunque los delitos hayan aumentado un 30%, la actividad policial y las detenciones “han subido un 80%” por lo que, afirman fuentes de Interior, “no hay una crisis de seguridad”.
Al igual que algunos vecinos, Interior afirma que no basta con el refuerzo policial: “Hay que hacer cosas en otros ámbitos, quizá haga falta revisar el Código Penal o interpretarlo de una manera más dura”. Un reincidente, opinan, “debería ir a prisión y no estar en la calle porque si sale gratis hurtar, no vamos a conseguir nada”.
Por otro lado, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha cargado este viernes contra el PP por pedir el envío de más policías y guardias civiles a Barcelona y, tras elogiar la colaboración de Mossos y Policía Nacional y los planes de la Guardia Urbana, ha augurado que “en breve se podrán ver los resultados”.
Entrevistado en la Cadena Ser, Marlaska ha señalado que la situación en Barcelona, como en otras partes de España, preocupa desde hace tiempo a los responsables de la seguridad y ha criticado a los populares: buscar soluciones simples a los problemas es lo más sencillo, pero los políticos están para atajarlos “de formar seria” y con soluciones “de futuro”, ha dicho.
Tras recordar que durante los gobiernos del PP Policía y Guardia Civil perdieron 12.000 efectivos, ha considerado que la petición de los populares es muestra de “ignorancia”. En Barcelona, ha explicado, ya hay policías nacionales en funciones de policía judicial, que colaboran con los Mossos; son estos quienes ejercen las competencias en materia de seguridad pública y también tiene competencias concretas la Guardia Urbana.
En este contexto ha elogiado al concejal de Seguridad de la ciudad condal, el socialista Albert Batlle, exjefe de los Mossos d’Esquadra y “una de las personas que más sabe de seguridad no sólo en Cataluña, sino en España”, y ha asegurado que “tiene una planificación más que correcta y en breve se podrán ver los resultados”.
Marlaska ha restado importancia a las declaraciones del conseller de Interior, Miquel Buch, diciendo que el “top manta” genera inseguridad porque “distrae” a los ciudadanos y facilita los hurtos, delitos que, ha recordado el ministro, son siempre más fáciles de cometer en aglomeraciones.
“Yo cuando voy por Gran Vía 32 si hay una afluencia importante la cartera me la paso del bolsillo trasero al delantero”, ha apuntado poniendo como ejemplo el lugar en el que se encuentra la Cadena Ser, en una de las avenidas más transitadas de Madrid.
Ha rechazado reformas en caliente, ha estimado que los robos con violencia e intimidación están “perfectamente regulados” en el Código Penal con penas importantes y ha asegurado que la regla general al detener a alguien por ese delito es decretar la prisión provisional.
El líder del PP en Cataluña, Alberto Fernández señala a los menores no acompañados (MENAS) como uno de los factores de esta problemática. Llega a señalar que el 80% de esta población, principalmente de origen marroquí, “acaba en círculos delictivos”, que dañan la habitabilidad de los barrios.
“La presencia de estos menores no acompañados es un problema social en Barcelona, pero no asociamos su presencia con el aumento del crimen”, responde una fuente del ayuntamiento sin determinar.
Julia, una vecina de 26 años del barrio de Horta, rebate también la teoría de los populares. Trabaja con menores no acompañados: “Son 25 y sólo hay cuatro que son unos perlas”. Ella, que volvió hace año y medio de Londres, opina que la criminalidad es “como en cualquier otro sitio”: “En Londres sí que daba miedo. Te podían hasta tirar ácido”. Cree que en Barcelona hay más criminalidad que en Madrid porque “hay el triple de turistas y les roban”.
“Están haciendo una alarma pero yo no lo veo para tanto. No veo tanta matraca y eso que mi barrio dicen que es peligroso. Camino tranquilamente. Al loro, como en cualquier sitio, pero tranquila”, sentencia.
Cualquier usuario que sufra o presencie un hecho delictivo puede entrar en contacto con algunos perfiles de Twitter para hacerse eco de lo sucedido y ayudarlos así a “combatir, prevenir y visibilizar la delincuencia de una manera no invasiva”. Algunas de ellas son @Harto_de_Hurtos o @BCNHelpers, que se definen como una “plataforma colaborativa de seguridad ciudadana” y se dedican a recoger incidentes que ocurren en la vía pública.