Qué ha hecho bien Italia para contener los brotes (al contrario que España)
Siendo los países europeos más afectados por la pandemia, en esta segunda fase Italia se desmarca de España, que tiene 10 veces más contagios.
Italia dejó atrás hace tiempo el título de país europeo más afectado por el coronavirus. Después de meses muy duros de confinamiento, el país transalpino fue reabriendo muy, muy lentamente. Ahora, Italia mira muy de cerca a su principal compañero de penurias, España, asombrado por lo rápido que se están descontrolando ahí —aquí— los nuevos brotes mientras ellos, los italianos, están consiguiendo mantener a raya el virus, al menos por el momento.
“Casi todos mis compañeros del hospital me preguntan todos los días: ‘¿Qué está pasando en España?’. No consiguen entender por qué dos países que son a priori tan parecidos están teniendo dos desarrollos tan diferentes. Yo tampoco entiendo muy bien por qué está ocurriendo esto”, reconoce Pau Mateo, médico y divulgador científico español que trabaja en Piacenza, epicentro de la primera onda epidémica en el norte de Italia.
Con el objetivo de mantener esos buenos datos, Italia ha anunciado esta semana que someterá a pruebas de coronavirus a todos los viajeros que lleguen desde España. Pero no es sólo cosa de Italia, pues hasta 20 países Schengen ya recomendaban o exigían test diagnósticos o cuarentenas a estos viajeros.
Las cifras dan la razón a quienes señalan a España, que ya se ha desmarcado de la mayoría de países europeos, como demuestra el siguiente gráfico, en el que se compara el acumulativo de casos registrados en las dos últimas semanas en España, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Portugal. Es cierto que todos los países, salvo Portugal, van en aumento, pero la línea de España destaca claramente sobre el resto.
La diferencia es aún mayor si se tiene en cuenta la cantidad de población. En la tabla publicada este jueves por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) que incluye el factor de población (casos detectados por 100.000 habitantes), España, con 100 positivos por cada 100.000 habitantes, triplica la tasa de Francia (32), cuadruplica la de Portugal (25), quintuplica la tasa de Reino Unido (18), multiplica por siete la de Alemania (14) y multiplica por doce la de Italia, que tiene 8 casos confirmados por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas.
El ECDC ya pinta en rojo Cataluña, Aragón, País Vasco, Madrid y Navarra en el mapa, con más de 120 casos por 100.000 habitantes, cuando nuestros vecinos siguen en color amarillo. Curiosamente, España ha sido más estricta que otros países en algunas de sus reglas para esta nueva normalidad. Es paradigmático el ejemplo de las mascarillas, cuyo uso en Italia sólo es obligatorio en espacios cerrados, mientras que en España también lo es en espacios abiertos. ¿Qué falla aquí? ¿Qué han hecho bien ellos?
Las posibles explicaciones son muchas y muy variadas, pero algunas generan bastante consenso: Italia nunca reabrió el ocio nocturno en espacios cerrados, a diferencia de España; Italia abrió sus fronteras el 1 de julio, como el resto de la Unión Europea, pero impuso una cuarentena de dos semanas para todos los ciudadanos de fuera del espacio Schengen, sin importarle sus pérdidas en turismo; por último, el Gobierno italiano obtuvo el apoyo en el Parlamento para prorrogar el estado de emergencia hasta el 15 de octubre. “Permite activar poderes y potestades necesarios para afrontar eficaz y rápidamente la crisis en curso”, argumentó entonces el primer ministro, Giuseppe Conte.
“Creo que esta extensión del plazo está siendo útil, porque la emergencia no ha terminado, y no tenemos ni idea de cómo evolucionará la epidemia en otoño”, comenta Federica Olivo, periodista del HuffPost Italia. “Entre la gente, y sobre todo entre los políticos, ha habido mucho debate, y varios encontronazos, sobre esta cuestión. No todo el mundo estaba de acuerdo y algunos argumentaban que era una ‘amenaza’ para la democracia, pero tras mucha negociación se acordó que el estado de emergencia se prorrogaría hasta octubre”, explica. Eso sí, la derecha votó en contra.
Pau Mateo, el médico de Piacenza, no recuerda haber oído de manifestaciones en Italia en contra del estado de alarma, y se sorprendió al ver que en España la gente sí salió a pedir el fin del confinamiento en plena desescalada. “Personalmente, estoy muy de acuerdo con el hecho de que el estado de emergencia se prolongue hasta octubre en Italia”, opina. “Creo que lo que está haciendo Conte y su equipo de Gobierno es algo muy complicado, porque fueron los primeros de Europa que decidieron cerrar el país y, de algún modo, están haciendo de rompehielos para el resto. Honestamente, creo que están haciendo las cosas como deberían. Los sanitarios estamos bastante de acuerdo en esto”, apunta.
Entre los sanitarios de España también hay voces que respaldan el enfoque italiano. “Italia no ha abierto los locales de ocio cerrados. En España, hasta ahora, apenas había diferencia entre las restricciones en ocio cerrado y abierto [al aire libre], cuando no debería haber sido así”, sostiene Javier Padilla, médico de familia especialista en Salud Pública.
Este viernes, el ministro de Sanidad español, Salvador Illa, ha anunciado que se cerrarán todas las discotecas del país, algo que los expertos venían pidiendo desde hace tiempo. “En Italia han apostado muy fuerte por los espacios al aire libre y las terrazas, porque en el exterior hay menos riesgo de contagio”, recuerda Pau Mateo.
“Cuando nos preguntamos cómo estamos en esta situación en España si llevamos más mascarilla que nadie, tenemos que mirar a aspectos estructurales, como el ocio nocturno o el hecho de ser el país líder en reservas hoteleras en el año de la pandemia, pero también a otros aspectos relacionados con las desigualdades, que tienen que ver con focos como que se han dado en Cataluña y Aragón”, apunta Padilla.
Este factor es fundamental para Adrián Hugo Aginagalde, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. “Las pandemias responden a dinámicas y a factores estructurales que son ajenos a la autoridad sanitaria y que se tarda muchísimo en corregir”, afirma Aginagalde. “El modelo de trabajo, por ejemplo, es algo terriblemente complicado de atajar. Un ejemplo fácil: los brotes en mataderos en Alemania versus los brotes en temporeros en España. Es más fácil combatir un brote en un centro cerrado, donde todos los trabajadores están localizados y tienen un sistema de salud laboral muy eficiente, en comparación con nuestro sistema de temporeros, que viven una situación de infraempleo o incluso de alegalidad, y existen dificultades importantes para poder realizarles las pruebas pertinentes y aconsejarles la cuarentena”, ilustra el epidemiólogo.
En Italia, la mayoría de los brotes se han producido entre personas que volvían del extranjero, cuenta Federica Oliva, aunque también ha habido alguno en el entorno laboral y en el del ocio, que han sido atajados rápidamente, señala la periodista. Pau Mateo apunta también al estricto control y vigilancia que se está dando en Italia. “Hace tres semanas estuve en una discoteca al aire libre, y esa misma noche pasaron por allí dos patrullas de policía local, una de Carabinieri, una de Policía Nacional y después, una más de la Guardia de Vigilancia para controlar que se estuviera respetando todo”, cuenta el médico.
Ahora la atención está puesta principalmente en la movilidad y el turismo. “Este año, la mayoría de italianos ha preferido quedarse de vacaciones en Italia. Algunos han viajado a España, pero muchos menos que en años anteriores. Obviamente, la noticia del aumento de infecciones en vuestro país influye en la elección del destino vacacional”, constata Olivo.
“Muchos de mis compañeros que iban de vacaciones a España están cancelando sus vuelos, no tanto por miedo al virus sino por miedo a tener que hacer cuarentena después. También hay otros que han decidido viajar a España, pero a zonas donde hay menos contagios”, añade Pau Mateo.
De nuevo, Italia fue más cauta que España en su reapertura y puede que esto también haya influido en el desarrollo de la epidemia. “En Italia, sólo cuando se vio que los contagios estaban bajo control se abrió el país al turismo exterior, y creo que este ha sido un factor clave”, opina Mateo. “La movilidad es un aspecto muy importante en todo esto. Llevamos meses anunciando que España era líder de reservas hoteleras en todo el mundo como si eso fuera algo bueno. Sabemos que esta epidemia aumenta cuando la gente se mueve”, coincide Javier Padilla.
De hecho, la preocupación en Italia, en España y en toda Europa es esa: que los contagios, que ya están al alza, se multipliquen a la vuelta de las vacaciones y con el comienzo de la actividad escolar.
“Casi todos los italianos se han ido a finales de julio y principios de agosto de vacaciones, y es ahora cuando se está viendo el repunte”, cuenta Paolo Costa, un veterinario italoespañol que vive en la región de Lombardía. “No sé cómo en España ha ido todo tan rápido, pero me imagino que en septiembre estaremos como está ahora España. No creo que lleguemos a la situación de marzo y abril, porque ahora sabemos reconocer las cosas, pero está claro que habrá muchos contagios”, vaticina.
“Ahora estamos en unos 500 casos diarios cuando hace una semana estábamos en la mitad”, señala el joven. “Quizás es pronto para decir que Italia ha hecho las cosas bien, porque ya está habiendo rebrotes y ahora quieren poner más limitaciones, como cerrar pubs y discotecas al aire libre en algunos lugares y volver a hacer obligatoria la mascarilla en todos los sitios”, explica Costa. “Yo ahora estoy de vacaciones en Puglia [en el tacón de Italia] y nadie, nadie lleva mascarilla”, ilustra.
La periodista Federica Olivo coincide con la visión de Costa. “La gente puso mucho de su parte durante el confinamiento y cuando se reabrió el país, pero en las últimas semanas se está poniendo mucha menos atención en general, entre la gente, en restaurantes, mercados, playas, etcétera”, afirma. “De hecho, los contagios están aumentando, aunque mucho menos que en otros países”, señala. En su opinión, lo que está frenando, de momento, estos brotes es el rastreo de casos. “Pero creo que el problema vendrá dentro de unas semanas”, advierte Olivo.