Después de mucha confusión y de muchas negativas por parte del Gobierno de Vladimir Putin, cada vez va quedando más claro que el opositor ruso Alexei Navalny fue envenenado.
Este miércoles, Alemania ha anunciado que el laboratorio especial de las Fuerzas Armadas que ha analizado las muestras de Navalny ha hallado “pruebas inequívocas del suministro de un agente nervioso del grupo Novichok”. Así lo ha confirmado el portavoz de la canciller Angela Merkel, Steffen Seibert, en un comunicado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán ha avanzado que pedirá explicaciones al embajador ruso acerca de este envenenamiento. El portavoz del Gobierno ruso Peskov, por su parte, asegura que no saben nada de los hallazgos alemanes.
Navalny se encuentra ingresado en Berlín desde el 22 de agosto, cuando fue trasladado desde un hospital de Siberia donde llevaba dos días en cuidados intensivos tras sufrir un desvanecimiento durante un viaje. La familia del opositor lo achacó desde el principio a un envenenamiento, posiblemente con un té, pero el Gobierno ruso lo negó.
Alemania ha confirmado ahora que sí hubo envenenamiento y que, además, habría sido con el agente nervioso Novichok, un viejo conocido para los rusos. Se trata de la misma sustancia que se utilizó en el ataque contra el ex espía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury (Reino Unido) en marzo de 2018.
Novichok, el ‘recién llegado’
Según explica la BBC, el nombre Novichok significa en ruso ‘recién llegado’ o ‘novato’ y se utiliza para denominar a un grupo de agentes nerviosos de origen insecticida desarrollados por la Unión Soviética durante la Guerra Fría, entre los años 70 y 80. En su día se consideraron como armas químicas de cuarta generación y fueron parte de un programa militar.
En general, la mayoría de variantes del Novichok son líquidas, aunque también existen otras en estado sólido, en forma de partículas diminutas.
Sus efectos son muy rápidos. Se calcula que si una persona inhala agente Novichok o este toca su piel, los síntomas pueden aparecer entre 30 segundos y dos minutos después.
El agente Novichok es mucho más tóxico que otros agentes nerviosos, aunque sus efectos iniciales son similares, empezando por el bloqueo de las señales nerviosas a los músculos, lo cual paraliza a su vez las principales funciones del organismo.
En el peor de los casos, puede provocar la muerte, que se inicia con una ralentización del ritmo cardíaco y la obstrucción de las vías respiratorias, lo que produce la asfixia.