Qué debemos esperar las mujeres de la política
Nuestra situación, la de las mujeres, es un espejo que refleja fielmente la situación de nuestra democracia, de su calidad y su recorrido.
Ni la justicia ni la igualdad se corresponden con el orden natural de nuestro día a día. Solo hay que echar un vistazo a nuestro entorno y más allá. Esa frase manida de “los derechos no solo se conquistan, hay que defenderlos cada día” se convierte para las mujeres en regla forjada a fuego.
A su vez, nuestra situación, la de las mujeres, es un espejo que refleja fielmente la situación de nuestra democracia, de su calidad y su recorrido. Así, y no porque esté de moda, ni por las camisetas powergirl, ni por la explotación como un nicho de mercado más que hace de él la gran industria, necesitamos un feminismo vigoroso y militante.
Un movimiento feminista exigente que, desde el debate y la propuesta, trabaje por acabar con la desigualdad existente entre mujeres y hombres, que contribuya a mejorar nuestra democracia, nuestra situación en el trabajo, en el hogar, en la academia, en la ciencia, en la judicatura, en el deporte, en las fuerzas armadas… que nos dé más poder. Como ha hecho hasta ahora y como seguirá haciendo. Un feminismo en red, conectado y atento a los nuevos formatos y vocabularios del machismo organizado. Una sociedad crítica, con organizaciones de mujeres feministas y cada vez más hombres igualitarios que combatimos codo con codo en el resbaladizo frente abierto que supone el nacional populismo de VOX.
Todo lo que debilite la democracia nos perjudica. Más a las mujeres. Por eso es imprescindible seguir adelante con el feminismo de Estado que mantenga y refuerce la igualdad entre mujeres y hombres. Tras cada conquista hay una reivindicación llevada al BOE, a los presupuestos y a las políticas públicas por gobiernos que mejoran así el bienestar de todos y todas.
Nuestro país, gracias a la agenda feminista de los gobiernos socialistas, está hoy a la vanguardia en materia legislativa de igualdad de derechos entre mujeres y hombres, liderando las políticas de igualdad y la transversalidad de género en toda la acción política en Europa.
En cada ley hay una mirada feminista y avances en la igualdad entre los dos sexos. Los resultados del Indice Europeo de Igualdad de Género publicados en 2020 sitúan a España en el puesto número 6, con 73,7 puntos sobre 100, 5,7 puntos por encima de la media para el conjunto de la UE y un incremento de 3,6 puntos desde 2017.
Pero no soy nada autocomplaciente. El crecimiento del apoyo popular a VOX, con un discurso misógino militante y el blanqueamiento al que le somete el PP pactando gobiernos, leyes y presupuestos, supone una caída de fuerte pendiente reaccionaria con consecuencias preocupantes.
Hoy, uno de cada cinco hombres españoles de entre 15 y 29 años considera que la violencia machista no existe y que es sólo un “invento ideológico”. Lo cierto es que hace unas semanas la prestigiosa revista The Lancet publicaba el estudio más completo hecho hasta ahora con la base de datos de la OMS: el 27% de la población femenina a nivel mundial entre 15 y 49 años ha sufrido algún tipo de violencia. Hechos frente a mentiras nada piadosas.
El 8M no celebro. El 8M repaso, hago balance y fijo objetivos. Siempre como parte del movimiento feminista, desde el sindicato o desde el Partido Socialista. Y este año, desde mi nueva responsabilidad, me comprometo a combatir con más fuerza si cabe los discursos y las prácticas negacionistas que crecen peligrosamente en nuestra sociedad.