Puedes quitar la 'dieta detox' de tus propósitos de Año Nuevo. No sirve de nada
Tu organismo ya sabe lo que debe hacer para "eliminar toxinas".
Ya puedes respirar tranquilo, las fiestas navideñas han (casi) terminado. Después de esa maratón de comidas sin fin, de copiosos aperitivos y de exceso de alcohol, por fin tu estómago podrá reposar. Y, para eso, nada mejor que un pequeño régimen, ¿verdad? Una cura detox, para ser más exactos. Para empezar, una buena infusión detox, seguida de un famoso zumo detox para la comida, acompañado de unos complementos alimenticios, obviamente también detox.
En el rostro te pondrás una crema detox y, en las plantas de los pies —para los más ortodoxos—, un parche detox para evacuar las toxinas presentes en el cuerpo. Sobre las próximas vacaciones seguro que también planeará la sombra detox, con una fase que alternará paseos y ayuno. Así que este nuevo año tu cuerpo y tu mente estarán limpios y purificados en poco tiempo. Aunque también tu monedero se verá aligerado.
Después de haber señalado con el dedo la grasa, la carne, el azúcar, la leche y, últimamente, el gluten, tememos más que nunca el contenido de nuestro plato. Fertilizantes químicos, disruptores endocrinos, productos industriales de composición misteriosa, aditivos con nombres bárbaros, pero también malos hábitos alimenticios. En nuestros platos encontramos un buen popurrí de cosas. De ahí que todo el mundo quiera hacer lo posible por limpiar y ordenar su organismo, y dar así sentido a la máxima latina que habla de un cuerpo sano en una mente sana.
"La idea de poder lavar tus pecados calóricos es el antídoto perfecto para nuestro estilo de vida adepto a la comida rápida y para nuestra vida social lubricada por el alcohol", denuncia The Guardian en un artículo que critica la "detox industry". "La idea de que es posible vaciar el sistema y sus impurezas y dejar los órganos limpios como nuevos y con las pilas cargadas es un fraude. Es un concepto pseudomédico creado para vender cosas", explica Edzard Ernst, profesor emérito de Medicina de la Universidad de Exeter (Reino Unido) consultado por el diario inglés.
"Detox" es una palabra bastante reciente. De hecho, Fundéu recomienda utilizar 'depurativo' en lugar de 'detox' por tratarse de un anglicismo. El Nuevo Diccionario Histórico del Español registra la primera aparición de la palabra 'desintoxicación' (la traducción literal de 'detox') en 1930, en la obra Amor, conveniencia y eugenesia de Gregorio Marañón. Y desde ahí su éxito ha ido in crescendo. Al principio estaba relegado al tratamiento de la adicción a las drogas o al alcohol, pero en la década del 2000 todo cambió. En concreto, a partir de 2007, como documentan las búsquedas de Google. ¿Por qué? Ese año, las dietas detox de estrellas como Beyoncé o Gwyneth Paltrow fueron portada en numerosas revistas. También coincidió con la comercialización del primer producto con la etiqueta "detox" por parte de la casa de tés Kusmi Tea, que se convirtió en una de las mejores ventas de la marca y en una gama completa de productos.
¿Cuál era el objetivo inicial de esta moda? Eliminar toxinas. ¿Cuáles? En este punto, las industrias son más evasivas, pero sí aseguran que estas toxinas se acumulan y son responsables de muchos de nuestros tormentos. "Si las toxinas se acumularan en tu cuerpo sin que pudiera eliminarlas, ya estarías muerto o al menos en urgencias", recuerda el Guardian. El doctor Alain Vadeboncœur, médico de urgencias y jefe del servicio de medicina de urgencia del Instituto de Cardiología de Montreal (Canadá) abunda en este mismo sentido en su blog, y da un ejemplo: "El amoniaco, efectivamente tóxico, se transforma en urea y después se elimina; de lo contrario, la persona entraría rápidamente en coma profundo, como ocurre en caso de cirrosis terminal".
En materia de desintoxicación, nuestro organismo no ha esperado a que nos entrara la fiebre de las toxinas para encargarse de eliminarlas a través del hígado, los riñones, la piel y hasta los pulmones. "Se desconoce la forma de lograr que algo que funciona perfectamente bien en un cuerpo sano funcione aún mejor", defiende Edzard Ernst en el Guardian. Pero sí se sabe que esto "no se consigue con un tratamiento detox". Si bien estas dietas prometen un cuerpo más sano, también se vanaglorian de hacer adelgazar. Estas curas son, en efecto, diuréticas y pobres en calorías. Pero después de una dieta de una semana a base de sopas y zumo de frutas el peso perdido volverá cuando la persona vuelva a una alimentación normal.
Como prueba del mercado que se ha generado en torno al negocio detox, entre 2003 y 2008 el número de productos marcados como "detox" se ha triplicado en Estados Unidos. La marca americana Your Tea, que comercializa uno de los productos estrella de los regímenes detox, el Tiny Tea, vende un paquete de 42 bolsitas de infusiones por no menos de 25 euros. Según el New York Times, la mayoría de los productos detox se fabrican a partir de sustancias "diuréticas, laxantes y/o excitantes", por lo cual hay que relativizar el efecto milagro.
Todo esto no debería impedirnos estar un poco más atentos después de las fiestas, por aquello de evitar una indigestión. Y como el mes de enero se presta a ello, también conviene adoptar buenos hábitos que costarán menos que un régimen detox y serán más eficaces al largo plazo. "El verdadero estilo de vida detox consiste en no fumar, en hacer deporte y en seguir una dieta equilibrada, como la dieta mediterránea", concluye la nutricionista Catherine Collins. Nada nuevo, por tanto.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano