'Prognofascismo': un nuevo y útil concepto para el 'todofascismo'
¿Se acuerdan de todos esos que se valieron de la realidad para atacar, ahora más que nunca, la gestión de nuestro Gobierno?
Nada más útil que aprovechar estas horas de aislamiento para identificar con mayor ahínco y método a todos aquellos que se esfuerzan por atacar todo lo que nos es bello, libre y memorable como sociedad, por ejemplo: lo que yo pienso, lo que pensamos nosotros, lo que nosotros pensamos en tanto que pensamos lo mismo en oposición a otros que piensan distinto en tanto que ellos piensan lo mismo que ellos mismos, aun siendo distinto ese pensar lo mismo de nuestro común pensar lo mismo, así es que piensan distinto en oposición a nosotros y a nuestro pensar lo mismo, por lo que hay que estar alienadamente ciego para no ver ahí fascismo. Como esta idea no sólo está clara, sino que es cierta, no me detendré en ella.
Ahora bien, nuestra lucha, que es bella y justa y memorable y narrable y tuiteable, precisa de un nuevo concepto analítico con el que hacer frente al fascismo que nos rodea y que nos acecha en estos tiempos de forma cada vez más sofisticada. Ahora ¡en pleno siglo XXI! el fascismo, ese no pensar nuestro pensar lo mismo, encuentra excusas ¡miserables! para inocular su veneno ¡venenoso! en nuestras mentes ¡mentalizables! Y precisamente por ello, siendo consciente además de que algún día, si apoyo hoy la lucha con mis palabras e ideas, podrán darme algún puesto bien remunerado en alguna institución de nombre profundo asociada a cualquier gobierno antifascista, he creado en el laboratorio de mis humanas y sinceras emociones un nuevo y sofisticado concepto ¡una herramienta del pensamiento que avanza! con el que analizar agudamente un aspecto capital de nuestra situación sociopolítica, y así defendernos mejor de toda la propaganda que no sea la nuestra, aunque la nuestra no es propaganda sino información informada por nuestro pensar lo mismo. ¡Es diferente!
No me demoraré más. He aquí nuestra nueva y útil herramienta, que podrá hacer las delicias analíticas de politólogos, periodistas y de todos aquellos que gracias a sus corazones benevolentes y combativos aspiran a transformar el mundo en algo que se asemeje a nuestro pensar lo mismo si es que nuestro pensar lo mismo no es el mismo pensar lo mismo de los otros que no piensan nuestro pensar lo mismo: prognofascismo. Son muchos sus méritos, como veremos.
El nombre de este concepto no sólo es eufónico, sino también sólido y cautivador cuando se lo pronuncia. Hagan la prueba, no sean tímidos. Repitan conmigo: PROG-NO-FAS-CIS-MO. ¿No aprecian cómo la “g” salta de la garganta al paladar, como si fuese un boquete en un avión a reacción, para luego caer ingrávida sobre la lengua y desaparecer con el amanecer de la siguiente sílaba? Ahora bien, antes de dar una definición del término, será preciso poner de manifiesto que etimológicamente está basado en dos términos griegos: “pro-” que significa “antes” y “gnosis” que se refiere al “conocimiento”. Como ustedes ya intuyen, porque pensamos todos nuestro pensar lo mismo, el término prognosis nos habla de la posibilidad de un “conocimiento anticipado”,
es decir, de saber algo antes de que suceda.
¿Se acuerdan de todos aquellos que decían ¡ventajistas! que se podía saber lo que iba a suceder con respecto al Covid-19 en España solo por haber leído las claras recomendaciones de OMS así como sus informes y los de otros especialistas o por atender a lo que sucedía en China o Italia? ¿Se acuerdan de todos esos que se valieron de la realidad para atacar, ahora más que nunca, la gestión de nuestro Gobierno? Mi concepto de prognofascismo los retrata con total precisión y generaliza la concepción de su caso: definimos prognofascismo como la actitud deliberada de recurrir al uso de información pasada para, relacionándola además con las acciones tomadas o no por los subsiguientes,
demostrar la incompetencia o prevaricación de un Gobierno de izquierdas que piensa igual que nosotros, es decir, que piensa nuestro pensar lo mismo.
Este concepto permitirá recurrir de forma más elegante y juiciosa a la explicación de dicha actitud, otorgando a las conversaciones un aura de mayor precisión y formalidad analítica, dando a la lucha todofascista una mayor agudeza. ¡Que corra libre y en gratuidad! ¡Muerte al no pensar lo mismo que nuestro pensar lo mismo!
Quod erat demonstrandum.